Una de las ocho puertas del recinto del Templo, uno de cuyos "guardias" o porteros acude a la reparación de las murallas con ocasión del Retorno (Ne 3,29). En la visión de Ezequiel, la puerta del templo futuro "que mira al este" reviste una gran importancia; está ampliamente descrita: es un edificio de unos 26 por 13 metros, al que se entra por un primer umbral precedido de una escalera; la parte central está flanqueada en cada uno de sus lados por "tres cámaras" y se continúa en un segundo umbral que comunica con un vestíbulo desde donde se accede al atrio exterior del Templo (Ez 40,6-16).
Por esta puerta oriental el profeta vio la Gloria de Yahvé salir del Templo y volver, luego, a él; desde ese momento, la puerta se cerró (Ez 10,18-19; 43,1,4; 44,1). De ahí procede la leyenda posexílica de una entrada cerrada en la muralla oriental del recinto: es el caso de la actual "puerta Dorada", también llamada "puerta de la Eternidad", por la cual, según los judíos, hará su entrada el mesías en su ciudad.
Por una entrada oriental del recinto de la ciudad es por donde Cristo, procedente del Monte de los Olivos, entró en Jerusalén el día de los Ramos (cf. Mt 21,2; Mc 11,1; Lc 19,28-29). Podría ser ésta la "puerta Hermosa" donde Pedro y Juan realizaron el primer Milagro; la tradición ha situado allí el encuentro entre Ana y Joaquín, los futuros padres de la Virgen María. Por último, cuentan las crónicas que la Vera (Verdadera) Cruz, devuelta por los persas, entró por esa puerta a Jerusalén, en hombros del emperador Heraclio, en el S. VII.
Los Padres de la Iglesia aplicaron esta imagen de la puerta cerrada a la virginidad de María o a su Inmaculada Concepción.
Por esta puerta oriental el profeta vio la Gloria de Yahvé salir del Templo y volver, luego, a él; desde ese momento, la puerta se cerró (Ez 10,18-19; 43,1,4; 44,1). De ahí procede la leyenda posexílica de una entrada cerrada en la muralla oriental del recinto: es el caso de la actual "puerta Dorada", también llamada "puerta de la Eternidad", por la cual, según los judíos, hará su entrada el mesías en su ciudad.
Por una entrada oriental del recinto de la ciudad es por donde Cristo, procedente del Monte de los Olivos, entró en Jerusalén el día de los Ramos (cf. Mt 21,2; Mc 11,1; Lc 19,28-29). Podría ser ésta la "puerta Hermosa" donde Pedro y Juan realizaron el primer Milagro; la tradición ha situado allí el encuentro entre Ana y Joaquín, los futuros padres de la Virgen María. Por último, cuentan las crónicas que la Vera (Verdadera) Cruz, devuelta por los persas, entró por esa puerta a Jerusalén, en hombros del emperador Heraclio, en el S. VII.
Los Padres de la Iglesia aplicaron esta imagen de la puerta cerrada a la virginidad de María o a su Inmaculada Concepción.
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