viernes, 7 de junio de 2013

ASERÁ.

Astoret (en plural, Astarot) era una diosa de la fertilidad y del amor sexual. Fue deidad principal de los cananeos.

Índice

Nombre y epítetos

Asera fue llamada la «madre de todos los dioses», pues El era el «padre de los dioses». Se la conoce entre los babilonios como Ishtar, originalmente llamada Athirat (o Afdirad). Es la gran diosa semítica de la fecundidad. En la Biblia recibe el nombre de Astoret, pronunciación desfigurada de la original 'Astart, mediante la inclusión de las vocales de la palabra hebrea boset (vergüenza) según la costumbre de los rabinos, para desprestigiar a las divinidades paganas.
De acuerdo con el libro The Early History of God, Astarte sería la denominación correspondiente a la Edad de hierro (después del 1200 a. C.) de la diosa Asera de la Edad de bronce (antes del 1200 a. C.) La forma griega es Astarté. [Astarté era considerada la "diosa de los sidonios" (1ª Re 11:5)]. En las Cartas de Amarna, es Ashirtu y Ashratu.
Los textos de Ras Shamra identifican a Asera (‘atrt = atirat) con la diosa esposa de El; la llaman «señora Asera del mar» y «progenitora de los diosas», (aquí sería la madre de Baal).1 No obstante, las funciones de esta deidad debían de ser variadas, presentando similitudes con las tres diosas del baalismo: Anat, Aserá, Astoret (Jueces 3: 7; 6.25; el que los nombres aparezcan en plural pude indicar que cada localidad tenía su Baal y Aserá).2 c

Iconografía

Como diosa de la fertilidad vegetal, su representación era una estaca o tronco de árbol clavado en el patio de los templos, de los que ya se tienen referencias en el S. XVIII a. C. en la ciudad de Mari, por lo que la palabra aserah sirve también para designar estas estacas sagradas.

Culto

El culto a El y Asera era de los más antiguos en la zona de Mesopotamia, y fue introducido en el Antiguo Egipto por los hicsos.
Por su parte, el nombre Israel (IsraEl) significa «el que pelea con(tra) El», según el pasaje del Génesis 32:23-28, aunque otros autores lo traducen de diferente manera. Esta era la característica que diferenciaba al patriarca Jacob: Luchar contra el culto al dios El –del cual surge el dios Baal– y ello equivalía a luchar también contra el culto a la diosa Asera (Astoret).3
Los descendientes israelitas, al permanecer en tierra egipcia, adoptarían gradualmente el culto a los dioses locales. A partir de la época de Moisés, Israel comenzó a abandonar el culto a otros dioses en favor del culto monólatra a Yahvé.
Pero ya en Canaán, el culto a Astoret, muy común entre los cananeos (vecinos de Israel), se encontraría presente también entre muchos israelitas (Jue 2.13; 3.7; 1 S 7.3, 4) (ver El). La Biblia suministra detalles concretos de ese culto: se veneraba a Astoret bajo la denominación de la «Reina de los cielos». Los niños recogían leña por las calles a fin de encender fogatas en su honor; las mujeres hacían tortas sacramentales con su figura; se quemaba incienso y se hacían libaciones para que les fuera propicia, pues se creía que de esta forma los asuntos marcharían mejor.
Hacia el Siglo X a. C. las autoridades religiosas israelitas lograron imponer el culto único a Yahvé, anulando formalmente el politeísmo. Pero en tiempos de su sucesor, el rey Salomón, tras un periodo de lealtad a Yahvé, la adoración a otros dioses se reinstauró. Dirigentes y pueblo terminaron envueltos en prácticas comerciales y religiosas propias de la región que habitaban, ajenas al culto yahvista. El abandono de la monolatría se debió a la mezcla interétnica, que derivó en la (re)introducción a la comunidad israelita el culto al dios El y a su esposa Asera. Según la Biblia, Yahvé advierte a Salomón que sería desposeído del reino en la generación de su hijo (1 la Reyes 11:1-12,33) pues se creía que la adopción de costumbres extranjeras traería calamidades sobre Israel. Posteriormente, con la reforma de Josías, todo lo relacionado con Astoret y otras deidades fue extirpado del culto yahvista formal, como primer paso hacia la formación de una identidad propia, que comenzaría en un punto esencial de la nación israelita: el templo (2 Reyes 23:4–7).

Referencias

  1. Del Olmo Lete, G.: Interpretación de la mitología cananea, valencia, 1984.
  2. Day, J.: Asera, 1986.
  3. Ugarit –Gran Enciclopedia Rialp- (www.canalsocial.net/GER)

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