Los
tres sinópticos insertan la perícopa en que Jesús niega que el Mesías
sea el hijo/sucesor de David (Mc 12,35-37 par.), es decir, que, a
imitación de David, sea un caudillo nacionalista y guerrero, liberador
por la violencia. En Mc, la denominación «hijo de David» es siempre
peyorativa y denota al Mesías nacionalista (10,47s; 11,10; cf. Mt
20,30s; 21,9; Lc 18,38s), por oposición al «Mesías Hijo de Dios» (Mc
1,1; 14,61; cf. Mt 16,16).
En
Mt, el título tiene también un aspecto positivo, el de restaurador de
la gloria de Israel, aunque no con acciones guerreras e incorporando a
Israel la humanidad entera (1,1; cf. 21,15). De José, Mt 1,20; Lc 1,27.
En
Jn aparece el nombre de David solamente en 7,42, en una pregunta que se
hace la multitud sobre la ascendencia del Mesías, a la que Jn no da
respuesta. Se alude a David en 1,31.3: «tampoco yo sabía quién era», cf.
1 Sam 16,1-13. Para Jesús como «pastor» (10,11.14), cf. Nm 27,17; Ez
34,23; Sal 78,70s; Jr 30,9; Mc 6,34.
Jesús, descendiente de David: Rom 1,3; 2 Tim 2,8; Ap 5,5; 22,16.
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