martes, 11 de junio de 2013

DIOS.

I. Mc distingue los apelativos de Dios: «Dios» (bo theos) designa al Creador (13,19) e incluye la idea de universalidad (1,15, etc.); «Señor» (gr. Kyrios, sin artículo; 13,20), traducción de «Yahvé», designa al Dios de Israel (cf. Mt 1,20; 4,7;, etc.; Le 1,17.38; 2,9; 4,18); para la comunidad cristiana, Dios es designado como «Padre».
«Señor», sin artículo, designa a Dios en las citas del AT (Mt 1,22; 2,15; 3,3; 21,42; 22,44; 23,39; Mc 1,3; 11,9; 12,11.36; Lc 4,8.18s; 13,35; Jn 1,23; 12,13; 12,38a).
En los evangelios, «el Señor» suele aplicarse a Jesús, como título de respeto (en boca de los discípulos, Jn 6,69; 11,3. 12.21.27.32, etc.; en boca de otros personajes, 4,11.15.19.49; 5,7; 6,34; 9,36.38) que Jesús confirma (13,13.14); el narrador lo utiliza en 6,23; 11,2; 20,20; 21,12 (cf. Mt 7,21s; 8,2ss; 21,25. etc.; Mc 7,28; 11,3; Lc 5,8.12; 9,54, etc.).
II. a) En Jn, «Dios», en gr. con artículo, designa a Dios Padre (6,27; 16,27s, etc.; en 20,28, dirigido a Jesús, la forma articulada equivale al vocativo). «Dios», sin art., designa la condición divina (1,1c.13.18), a menos que vaya precedido de preposición (1,6; 9,16.33, etc.).
b) Dios es Espíritu (4,24), es decir, fuerza de vida cuya actividad es el amor generoso y fiel (1,14). La actividad de su amor que comunica vida hace que sea designado como Padre. El Padre es el único Dios verdadero (17,3; cf. 5,44) y, paralelamente, sólo aquel que se manifiesta como Padre es el Dios de Jesús y de sus discípulos o hermanos (20,17).

c) La falsa imagen de Dios es la que oculta su calidad de Padre, es decir, su amor al hombre y su designio de darle vida plena, presentándolo, en cambio, como el Soberano que somete (cf. 15,15), poniendo la observancia de la Ley por encima del bien del hombre (5,10; 9,16.24;cf. Mc 3,4). Es la idea del Dios exigente la que crea la continua conciencia de pecado. Esta falsa idea de Dios es «la mentira» (8,44) o «la tiniebla» que intenta apagar la luz (1,5).
Los dirigentes judíos presentan la imagen de un Dios opresor que legitima la opresión que ellos ejercen; Jesús revela un Dios liberador que, por su medio, saca al hombre de la esclavitud para darle la condición de hijo (8,36). La deformación de Dios puede llegar hasta el punto de pensar que se le ofrece culto dando muerte al hombre (16,2).

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