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Luciano de Antioquía, Santo |
Sacerdote y Mártir
Martirologio Romano: En la ciudad de Nicomedia, en
Bitinia, pasión de san Luciano, presbítero de la Iglesia de
Antioquía y mártir, el cual, ilustre por su doctrina y
elocuencia, al ser llevado ante el tribunal, en medio de
continuos interrogatorios acompañados de tormentos se mantuvo intrépido en confesarse
cristiano (312).
Fecha de canonización: Información no disponible, la antigüedad
de los documentos y de las técnicas usadas para archivarlos,
la acción del clima, y en muchas ocasiones del mismo
ser humano, han impedido que tengamos esta concreta información el
día de hoy. Si sabemos que fue canonizado antes
de la creación de la Congregación para la causa de
los Santos, y que su culto fue aprobado por el
Obispo de Roma, el Papa.
San
Luciano nació en Samosata de Siria. Se distinguió en la
retórica y la filosofía. Bajo la dirección de Macario de
Edesa, se consagró al estudio de la Sagrada Escritura. Persuadido
de que su deber de sacerdote consistía en entregarse totalmente
al servicio de Dios y al bien de sus prójimos,
no se contentó con predicar con el ejemplo y la
palabra la práctica de la virtud, sino que emprendió una
revisión de todo el Antiguo y Nuevo Testamento, para corregir
los errores debidos a la falta de atención de los
copistas y a otras causas. Sea que haya revisado simplemente
el texto del Antiguo Testamento, comparando las diferentes ediciones de
los Setenta; sea que, gracias a sus conocimientos de hebreo,
haya podido hacer las correcciones, a partir del texto original,
lo cierto es que su edición de la Biblia fue
muy estimada y que resultó de gran utilidad a San
Jerónimo.
San Alejandro, obispo de Alejandría, cuenta que Luciano estuvo separado
de la comunión católica en Antioquía bajo tres obispos sucesivos.
Es posible que haya favorecido exageradamente al hereje Pablo de
Samosata, condenado en Antioquía el año 269. En todo caso,
está fuera de duda que Luciano murió en la comunión
de la Iglesia, como lo demuestra el fragmento de una
de sus cartas a la Iglesia de Antioquía que se
conserva en la Crónica Alejandrina. Aunque pertenecía a la diócesis
de Antioquía, le encontramos en Nicomedia el año 303, en
el momento en que Diocleciano publicaba sus primeros edictos contra
los cristianos. Sufrió ahí una larga prisión por la fe,
y desde su mazmorra escribía: "Todos los mártires te saludan.
Te comunico que el sacerdote Antimo (obispo de Nicomedia) ha
sido martirizado." La carta es del año 303; pero Eusebio
nos dice que San Luciano no obtuvo la corona del
martirio, sino después de la muerte de San Pedro de
Alejandría, en 311, de suerte que su prisión parece haber
durado nueve años más.
Después de tan larga espera compareció ante
el gobernador, o tal vez ante el mismo emperador, pues
la palabra que usa Eusebio para designar a su juez
es ambigua. En su defensa, Luciano hizo una excelente apología
de la fe cristiana. El juez le devolvió a la
prisión y dio la orden de privarle de todo alimento;
dos semanas más tarde, cuando estaba medio muerto de hambre,
el carcelero le presentó un plato de carne que había
sido ofrecida a los ídolos, pero él no quiso tocarla.
La acción de comer la carne ofrecida a los ídolos
no era ilícita en sí misma, como lo explica San
Pablo, excepto cuando podía ser un escándalo para los débiles,
o cuando equivalía a un acto de idolatría, como en
el caso presente. Llevado por segunda vez ante el tribunal,
la única respuesta que dio a cuantas preguntas se le
hicieron fue: "Soy cristiano." En el potro siguió repitiendo estas
palabras, y terminó su gloriosa carrera en la prisión, muriendo
por hambre o bien por la espada, como lo afirma
San Juan Crisóstomo. En sus actas se cuentan muchos de
sus milagros y algunos detalles de su martirio. Por ejemplo,
cuando se encontraba en la prisión, encadenado al suelo, celebró
la misa sobre su propio pecho y repartió la comunión
a los fieles que se hallaban presentes. Filostorgio, historiador arriano,
narra también este hecho. San Luciano murió en Nicomedia de
Bitinia, el 7 de enero del año 312, y fue
enterrado en Drepano (Helenópolis).
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