domingo, 8 de septiembre de 2013

Administrar.

El puesto de mando y de gobierno es siempre un servicio que debe realizarse con fidelidad. La fidelidad en la gestión y en la administración merece un premio e incluso una promoción; la infidelidad y el abuso en el cargo merecen un castigo (Lc 12,42-46). La parábola del administrador malversador e infiel indica que el hombre tiene dos tiempos, uno temporal, en el que debe administrar correctamente las riquezas del mundo, y otro eterno, en el que dejará definitivamente los bienes de este mundo: el que haya sido administrador bueno, se quedará en la casa del padre, pues ha sabido preparar su futuro con los bienes presentes. El parabolista alaba la astucia y la prudente previsión -nunca los medios ilícitos de que se sirve- del administrador (Lc 16,1-10).—> parábolas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Procura comentar con libertad y con respeto. Este blog es gratuito, no hacemos publicidad y está puesto totalmente a vuestra disposición. Pero pedimos todo el respeto del mundo a todo el mundo. Gracias.