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El panteón de Agripa
- M·AGRIPPA·L·F·COS·TERTIVM·FECIT
- Marco Agrippa, hijo de Lucio, cónsul por tercera vez, (lo) hizo
Esta es la
inscripción que puede leerse en el
friso del
pórtico de entrada. Atribuye la construcción del edificio a
Marco Vipsanio Agripa, amigo, general y yerno del
emperador Augusto. El tercer
consulado de Agrippa nos indica el año
27 a. C. Además,
Dión Casio lo encuadra
2 entre las obras realizadas por Agrippa en la zona de
Roma conocida como el
campo de Marte en
25 a. C.
Durante siglos se pensó que esta inscripión hacía referencia al edificio actual. Sin embargo, tras las investigaciones
3 efectuadas por
Chedanne en el
siglo XIX
se supo que en realidad, el templo de Agripa fue destruido, y que el
existente actualmente es una reconstrucción realizada en tiempos de
Adriano. Los restos descubiertos a finales del
siglo XIX nos permiten saber que el templo original guardaba semejanzas con el actual. Lo que hoy es un
pórtico de entrada fue originalmente la
fachada
de un templo períptero. La primitiva entrada se efectuaba por el lado
opuesto, hacia el sur, ya que en la rotonda actual había una
plaza circular porticada. Al otro lado de esa plaza se encontraba la
basílica de Neptuno.
El primer templo era rectangular, con la
cella dispuesta transversalmente, al igual que en el
templo de la Concordia del
Foro romano, o en el pequeño
templo de Veiove en la colina del
Campidoglio. Estaba construido con bloques de travertino y forrado en mármol. También se sabe que los
capiteles eran de bronce y que la decoración incluía
cariátides y
estatuas frontales. En el interior del pronaos había sendas estatuas de Augusto y Agripa.
Por
Dión Casio sabemos que la denominación de Panteón no era la oficial del edificio, y que la intención de Agrippa era la de crear un
culto dinástico, probablemente dedicado a los protectores de la
gens Julia:
Marte,
Venus y el
Divus Iulius, es decir,
Julio César divinizado.
El edificio sufrió daños por un
incendio en el año
80, de los que fue reparado por
Domiciano, aunque sufrió una nueva destrucción en tiempos de
Trajano, en el año
110.
El panteón reconstruido por Adriano
En tiempos de
Adriano
el edificio fue enteramente reconstruido. Su nombre no aparece en las
inscripciones debido al rechazo de este emperador a que su nombre
figurase en las obras llevadas a cabo bajo su mandato, muy al contrario
que su predecesor
Trajano. Las marcas de fábrica encontradas en los ladrillos corresponden a los años
123–
125, lo que permite suponer que el templo fue inaugurado por el emperador durante su estancia en la capital entre
125 y
128. Aunque no se sabe con certeza quién fue el
arquitecto, el proyecto se suele atribuir a
Apolodoro de Damasco.
Se cambió la orientación respecto del panteón precedente, ya que se
colocó la fachada principal hacia el norte. El edificio quedó compuesto
por una
columnata a modo de pronaos, una amplia
cella
redonda y una estructura prismática intermedia. El gran pronaos y la
estructura de unión con la cella ocuparon por completo el espacio del
templo anterior, mientras que la rotonda fue construida sobre el espacio
de la plaza augustea que separaba el panteón de la basílica de Neptuno.
Delante del templo se edificó una plaza porticada en tres de sus lados y
pavimentada con lajas de travertino.
Características
La construcción de una amplia sala redonda adosada al pórtico de un templo clásico es una innovación en la
arquitectura romana. El modelo de espacio circular cubierto por una bóveda se había utilizado por la misma época en las grandes
salas termales, pero era una novedad usarlo en un templo. El efecto de sorpresa al cruzar el umbral de la puerta debía ser notable.
La construcción de una
cúpula semiesférica sobre un tambor circular, era típico de la arquitectura de la época. Se observa en la
Villa Adriana en
Tívoli, en las
termas de Agripa, las
termas de Caracalla, y en general en las salas de los primeros tiempos del
imperio. Las
pechinas no se generalizarían hasta una época más tardía, en tiempos de
Diocleciano.
El espacio interno de la rotonda está constituido por un
cilindro
cubierto por una semiesfera. El cilindro tiene una altura igual al
radio, y la altura total es igual al diámetro, por lo que se puede
inscribir una
esfera completa en el espacio interior. El
diámetro de la cúpula es de 43,44 m (150 pies), lo que la convierte en la mayor cúpula de
hormigón en masa de la historia. La cúpula de la
Basílica de San Pedro fue construida un poco más pequeña.
El pronaos
La cobertura del pronaos.
El pronaos octástilo, con ocho
columnas
en la fachada, y con cuatro columnas en los laterales, mide 34,20x15,62
m, y se encuentra 1,32 m sobre el nivel de la plaza, de modo que se
accede subiendo cinco escalones. La altura total del
orden es de 14,15 m y los fustes tienen un diámetro de 1,48 m en la base.
El
friso contiene la inscripción de Agrippa en letras de bronce. En el
arquitrabe se grabó posteriormente una segunda inscripción
4 relativa a la restauración acometida en tiempos de
Septimio Severo. El frontón debía estar decorado con estatuas de bronce, ancladas con
pernos, y hoy perdidas. Por la posición de los orificios se especula con que pudo ser la figura de un
águila con las alas desplegadas.
Al interior, dos filas de cuatro columnas dividen el espacio en tres
naves, la central y más amplia conduce a la gran puerta de acceso a la
cella, mientras las dos laterales terminan en dos amplios
nichos que debían albergar estatuas de
César Augusto y de
Agrippa, trasladadas desde el edificio viejo. El fuste de las columnas estaba hecho de
granito gris (en la fachada) o rojo, provenientes de las
canteras de
Egipto. También los pórticos que rodeaban la plaza eran de granito rojo, aunque de menor dimensión. Los
capiteles corintios, las basas y los elementos de trabazón son de
mármol pentélico, proveniente de
Grecia. La última columna del lateral oriental, perdida en el
siglo XV, fue sustituida por otra de granito gris en tiempos de
Alejandro VII. La columna del extremo oriental de la fachada fue igualmente sustituida con un fuste de granito rojo bajo el pontificado de
Urbano VIII. De este modo se modificó la alternancia de colores original.
La cubierta a dos aguas está soportada por
cerchas de
madera,
apoyadas sobre una estructura muraria que apoya por medio de arcos en
las columnas. La cobertura original estaba formada por cerchas de
bronce, con perfiles en forma de U, según las describió
Andrea Palladio. Una versión dice que fueron expoliadas por el papa
Urbano VII, que mandó fundirlas para fabricar cien
cañones para el
Castillo Sant'Angelo. Otra versión asegura que el Papa
Urbano VIII mandó fundir el bronce del techo para que fuera empleado en el
baldaquino de San Pedro. El pavimento es de piezas de mármol de color, colocadas formando círculos y cuadrados.
El cuerpo intermedio
El cuerpo intermedio que conecta el pronaos con la
cella está construido en
opera latericia, y consta de dos grandes machones adosados a la
cella.
Los machones flanquean el paso de acceso a la rotonda, que es la
prolongación de la nave central del pronaos. Por otra parte, entre los
machones y la
cella queda un espacio residual en el que se ubican dos
escaleras de acceso a la parte superior de la cúpula.
Al exterior, la estructura tiene la misma altura del cilindro de la rotonda, y debía tener un revestimiento en
estuco y
mortero
hoy desaparecido. Sobre este cuerpo existe un segundo frontón de
ladrillo, de una altura mayor que la del pórtico de entrada, y que se
preveía que se viera solo desde gran distancia. Las líneas de cornisa,
que recorren el exterior de la rotonda marcando los pisos, continúan en
este cuerpo sin solución de continuidad.
La diferencia de nivel entre los dos frontones ha hecho suponer que
el pronaos estaba previsto de mayores dimensiones, con columnas de 50
pies de alto (14,80 m), mayores incluso que las del acceso norte del
foro de Trajano. El proyecto hubo de ser modificado, al no poderse suministrar columnas de tan grandes dimensiones.
El interior de la rotonda
En el nivel inferior se abren siete amplias
exedras, de planta
trapecial y
semicircular alternativamente. Los nichos están enmarcados por un orden de
pilastras y de columnas, con un
entablamento
corrido en todo el perímetro, excepto en las exedra del eje principal.
En estas, cubiertas mediante bóvedas, el entablamento se interrumpe ya
que las columnas intermedias no son necesarias. Entre las exedras, en
los paños de muro intermedios, aparecen
edículos con
capialzados triangulares y circulares alternados.
En un segundo nivel, desde el entablamento hasta la
imposta de la bóveda, hay una fila de
ventanas.
Estas ventanas, que abren a una galería superior, coinciden en vertical
con los nichos y los edículos. La decoración romana original fue
sustituida en el
siglo XVIII por la que se puede ver actualmente, realizada probablemente entre los años
1747-
1752. El sector sudoccidental ha sufrido varias restauraciones, no del todo apropiadas, que han alterado el aspecto inicial.
El pavimento de la rotonda es ligeramente
convexo, con la parte central 30 cm más alta que el perímetro, para que la
lluvia
que entre por el óculo fluya hacia el canal situado en todo el
perímetro. El revestimiento es de baldosas con un diseño de cuadrados en
los que se inscriben alternativamente cuadrados y círculos más
pequeños.
La cúpula
La
cúpula está formada en el interior con cinco filas de
casetones, que decrecen en tamaño hacia el centro, donde está perforada por un
óculo
de 9 m de diámetro. Dicha ventana circular permanece abierta, y por
ella entra la luz, e incluso la lluvia; el pavimento del templo cuenta
con desagües que la evacuan. El óculo estaba rodeado por una
cornisa
de bronce fijada a la cúpula en la última fila de casetones. Las
oquedades en la fábrica sugieren que tanto los casetones como el espacio
intermedio estaban forrados de bronce.
Al exterior, la cúpula arranca de una sobreelevación del muro, a 8,40
m por encima del arranque interior de la bóveda. Se encuentra
articulada por medio de siete anillos superpuestos, el inferior de los
cuales conserva todavía el revestimiento de mármol. El resto se
encontraba cubierto por planchas de bronce dorado, hoy perdido a
excepción del perímetro del óculo, todavía en el lugar. Las planchas de
bronce fueron arrancadas en el año
663 por orden de
Constante II,
emperador de Bizancio, y se colocó una cubierta nueva de
plomo en
735.
Otro elemento que refuerza la idea de perfección es que la altura de la
última cornisa segunda, donde arranca la bóveda, es justo la mitad de
la altura desde el punto más alto de la bóveda al suelo, y curiosamente
ésta coincide con el diámetro (pudiendo inscribir en el interior de la
construcción una esfera completa perfecta).
La técnica constructiva
Panorámica de Roma con la cúpula.
En la parte trasera pueden verse los arcos embebidos en el muro.
Las técnicas
constructivas romanas han permitido a la cúpula resistir diecinueve
siglos
sin necesidad de reformas o refuerzos. Son varios los factores técnicos
responsables de que la cúpula haya llegado hasta nuestros días en
perfectas condiciones.
La cúpula es semiesférica, formada de
hormigón con cascotes de tufo y escoria volcánica. Las partes externas de la cúpula se forraron con
opera latericia. También se utilizaron ladrillos bipedales en capas horizontales, a modo de anillos.
5
Estaba reforzada conformando un sistema de nervios (paralelos y
meridianos, como muestra la forma de los casetones). Fue construida
mediante sucesivos anillos concéntricos de hormigón, resultando una
estructura autoportante, ya que al fraguar cada anillo, se puede
desmontar el andamiaje y proceder a hormigonar el siguiente anillo. Por
ello, el óculo no se "cae", como pensó
Brunelleschi
cuando entró, ya que que en su época solo se utilizaban sistemas de
construcción para cúpulas mediante dovelas apoyadas en cimbras de
madera.
La cúpula se apoya sobre un grueso muro cilíndrico de
opera latericia
(hormigón con paredes de ladrillo), en la que se practicaron aberturas
correspondiéndose con los tres niveles compositivos. En parte, estas
aberturas eran funcionales, ya que conformaban las exedras, pero sobre
todo eran estructurales, porque formaban una estructura interna de arcos
de descarga. Estos arcos, resistentes y flexibles, forman un armazón
que es visible en la pared trasera ahora que se ha perdido el
revestimiento original.
Choisy describe detalladamente este proceso constructivo.
En cuanto a la composición del hormigón romano, el
cemento venía mezclado en pequeñas cantidades drenando de este modo el agua sobrante. En el
hormigón moderno, cuanta más
agua se emplea en el amasado, mayor es la
porosidad una vez que el agua se evapora, reduciéndose la capacidad resistente. Así se conseguía eliminar parcial o totalmente las
burbujas
de aire que normalmente se forman durante el fraguado, confiriendo al
material una resistencia notable. El hormigón se vertía en delgadas
capas alternándolas con
hiladas horizontales de piedra. Al ser colocado en pequeñas cantidades, se reduce la
retracción del
cemento, y por tanto la posibilidad de asientos o agrietamientos.
Por otra parte, se buscó reducir el
peso de la cúpula por dos medios: aligerando los
materiales (en lugar del travertino empleado en la
cimentación, en la cúpula se utilizó
piedra pómez), y reduciendo paulatinamente el espesor de la
cáscara
muraria hacia arriba (desde 5,90 m inicialmente hasta 1,50 m). Además,
los nichos, galerías y ventanas practicadas en los muros, así como los
casetones y el óculo de la bóveda, dispuestos entre los arcos
principales, aligeran la construcción en las zonas de relleno.
Historia posterior
Se sabe de una reparación realizada por
Antonino Pío. Por otra parte, una inscripción de menores dimensiones
4 recuerda otra restauración a cargo de
Septimio Severo en
202.
El edificio se salvó de la destrucción al principio de la
Edad Media, porque ya en
608 el
emperador bizantino Focas lo donó al papa
Bonifacio IV, que lo transformó en iglesia cristiana (
Santa María de los Mártires). Es el primer caso de un templo
pagano convertido al culto cristiano. Por esta razón fue el único edificio de la
Antigua Roma que permaneció intacto y en uso ininterrumpido.
En el
siglo XV, el panteón es enriquecido con
frescos: el más notable el de
La Anunciación de
Melozzo da Forlì, colocado en la primera capilla a la derecha de la entrada. En
1435 se lleva a cabo la
demolición de las construcciones medievales anexas. A partir del
Renacimiento el panteón es utilizado como sede de la
Academia de los Virtuosos de Roma,
6 sirviendo de
sepulcro a grandes artistas italianos como
Rafael o
Vignola. En el
siglo XVII se añadieron a los lados del frontón dos
campanarios, obra de
Gian Lorenzo Bernini, bautizados popularmente como
orejas de asno, y eliminados en
1893.
El rey
Víctor Manuel II, su hijo
Humberto I y su esposa
Margarita reposan en una de las capillas del Panteón. Estas tumbas son mantenidas por voluntarios de organizaciones
monárquicas. Existen continuas polémicas acerca de si deberían trasladarse los restos, debido al comportamiento de la
Casa de Saboya en el curso de las dos
guerras mundiales.
Aunque el Panteón es un monumento cuyos gastos de conservación corren a cargo del
Ministerio de Bienes Culturales de Italia, sigue siendo una iglesia en la que se celebran
misas (principalmente de la forma extraordinaria del rito romano) y sobre todo
bodas. Existe una tradición en la que el día de
Pentecostés,
a mediodía, se lanzan miles de pétalos de rosas rojas desde la linterna
de la cúpula del Panteón mientras un coro canta el himno
''Veni Creator Spiritus''.
Este gesto recuerda la venida del Espíritu Santo en forma de lenguas de
fuego sobre los apóstoles, y a dicho ritual asisten cientos de personas
cada año.
En
1980 el centro histórico de Roma, incluyendo el Panteón, fue declarado
Patrimonio de la Humanidad por la
Unesco.
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Influencia posterior
El Panteón ha tenido una enorme trascendencia en la arquitectura
occidental. Durante el
Renacimiento,
los artistas y arquitectos que volvieron los ojos hacia la antigüedad
clásica no podían pasar por alto uno de los edificios más bellos y mejor
conservados de toda Roma.
Brunelleschi estudió el Panteón para la construcción de la cúpula del
Duomo de Florencia, punto de partida de la
arquitectura renacentista.
Bramante y
Miguel Ángel lo recrearon en obras como el
Templete de San Pietro in Montorio o la
Basílica de San Pedro. Durante el
neoclasicismo italiano,
Antonio Canova proyectó un templo en Possagno, su ciudad natal, basándose en el diseño del Panteón.
Su influencia se deja notar en
Inglaterra y
América del Norte, sobre todo gracias a
Andrea Palladio, que fue muy imitado hasta el
siglo XIX. Muchas salas cívicas, universidades y bibliotecas reutilizan la forma de cúpula con pórtico: la iglesia del
cementerio monumental de Staglieno, la
Iglesia de San Francisco de Paula en
Nápoles, la
villa Capra de
Vicenza, la rotonda de
Thomas Jefferson de la
Universidad de Virginia, la biblioteca de la
Universidad de Columbia, el edificio principal de la
National Gallery de Washington o la
Biblioteca del Estado de Victoria en
Melbourne.
Referencias
Bibliografía
- Montero Fernández, Francisco Javier (2004). El Panteón: Imagen, tiempo y espacio. Proyecto y patrimonio.. Sevilla: Universidad de Sevilla. Instituto Universitario de Ciencias de la Construcción. ISBN 84-472-0824-9.
- Choisy, Auguste (1873). L'art de bâtir chez les Romains. París: Librarie gènèerale de l'architectura et des travaux publics et Cie.
- Lanciani, Rodolfo. (1897). Las ruinas y excavaciones de la Antigua Roma.. Extracto en inglés
- Vighi, R. (1959). Il Pantheon.
- Fine Licht, K. (1968). The Rotunda in Rome. A study of Hadrian's Pantheon.
Véase también
Enlaces externos
En castellano
En inglés