jueves, 22 de agosto de 2013

LA RELIGIÓN DE LOS ESCLAVOS. ÁFRICA.


Cada vez es más común en ciudades de España y Europa la presencia de tiendas que venden objetos para realizar ceremonias de santería cubana, de umbanda o candomblé brasileño, de vudú haitiano y de toda una serie de cultos procedentes de América, que mezclan las creencias del cristianismo con las creencias africanas.
América es la intermediaria entre Europa y esos cultos africanos. Detrás de ese viaje de ida y vuelta hay una terrible historia en la que muchos seres humanos fueron cazados como animales, vendidos como objetos y maltratados.
En América, los colonizadores europeos emplearon muchos esclavos africanos para cultivar los campos y trabajar en las minas, en las faenas más duras y peligrosas. Los capturaban en África, los transportaban de modo inhumano en barcos negreros, donde muchos morían, y terminaban vendiéndolos, separando a las familias, sin reconocerlos como seres humanos con derechos, simplemente por tener un color de piel diferente.
Los esclavos africanos mantuvieron como pudieron las religiones de su lugar de origen, para no perder completamente sus señas de identidad, aunque, para no ser perseguidos por sus creencias, se bautizaron y aceptaron el culto católico a las vírgenes y a los santos.
Pero tras las imágenes de los santos, veían también a sus dioses ancestrales. Después de la misa católica, continuaban con ceremonias en las que el baile y la música les ponían en contacto con los dioses africanos de sus antepasados.
El escaso interés por evangelizar a los negros en América y su resistencia a perder sus raíces han tenido como consecuencia el hecho de que, con diferencias y adaptaciones, estas formas de entender la religión hayan perdurado hasta la actualidad. Además, incluso han conseguido adeptos entre la población blanca, tanto en América como en Europa.

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