TELEPREDICADORES Y CIBERPREDICADORES.

 

Oral Roberts, un famoso telepredicador estadounidense.

En Estados Unidos, donde la televisión por satélite y por cable están muy desarrolladas, hay cientos de canales disponibles en cada hogar, y son habituales los que se dedican exclusivamente a la religión.

Así, ha surgido una forma de vivir la religión en la que no es necesario ir a la iglesia, ni convivir con la comunidad de fieles. No se conoce personalmente al pastor, sino únicamente su imagen televisiva. Los donativos se hacen por teléfono o Internet, y la iglesia es un plató de televisión. La comunidad virtual puede ser de varios millones de personas.

Sin embargo, algunos critican la soledad que produce en muchas personas el que ni siquiera para las celebraciones religiosas tengan contacto con sus vecinos, rompiéndose así la comunidad de fieles.

Otros advierten de que algunos telepredicadores, al no tener control de ninguna congregación, se han enriquecido personalmente y hasta han sido perseguidos por la justicia por actividades delictivas.

Las cifras de donativos que se recaudan por televisión son enormes. Incluso uno de los telepredicadores más escuchados, Oral Roberts, ha creado una universidad con su nombre.

En los últimos tiempos, además, han empezado a surgir ciberpredicadores que ofrecen servicios religiosos por Internet, y que pueden personalizar sus consejos o ayudas gracias al correo electrónico. La iglesia electrónica, a pesar de los interrogantes que plantea, tiene un desarrollo imparable.

Billy Graham es el predicador evangélico actual más famoso de Estados Unidos. Ha conseguido una enorme relevancia pública e incluso ha asesorado a un buen número de presidentes de Estados Unidos. Este predicador utiliza Internet para difundir su pensamiento de forma eficaz.