N. en Cádiz el 30 mar. 1743, vistió el hábito en Sevilla (12 nov. 1757), cifrando su ideal en ser: «capuchino, misionero y santo». Ordenado sacerdote en Carmona (13 jun. 1766) se impuso un riguroso plan de vida: mucha oración y negación de sí mismo, observancia, estrecha pobreza, austeridad y penitencias de ayunos, cilicios y disciplinas. Durante seis años vivió retirado en el convento de Ubrique, dedicado por entero a intensificar la vida espiritual y ampliar sus estudios; así se preparó para secundar mejor los designios de Dios sobre él. En 1772 inició la predicación, sobre todo de misiones populares, que bien pronto se convirtieron en ruidosas y llamativas, poniendo en conmoción a toda España. En ese apostolado, encaminado a la reforma de costumbres y reafirmación de fe en el pueblo, prosiguió los 30 años de su existencia. Marcan la primera etapa las dadas en muchas ciudades y villas de Andalucía; con frecuencia se veía obligado a predicar en las plazas o campos, pues los auditorios superaban a veces 40.000 almas. En 1782 marchó a Castilla: Ocaña, Toledo, Aranjuez, Madrid y Alcalá oyeron su palabra. En 1784 reanudó su predicación en Andalucía y dos años después pasó por Cuenca, Aragón, Cataluña, Valencia y Murcia, donde tuvo auditorios de 50.000 personas. Vuelto a Andalucía, continuó misionando hasta 1794, año en que pasó a Galicia y más tarde a Oviedo, León y Salamanca. Al regreso, siguió incansable por Andalucía su apostólico ministerio hasta el fin de sus días. Su predicación se vio confirmada con frecuentes milagros que junto con su santidad de vida causaban tal conmoción en las gentes que en masa salían a su paso para recibir la bendición. Su humildad, la intensa vida interior, continuada oración y ásperas mortificaciones daban vigor a su espiritualidad, y su celo se avivaba de tal modo que ansiaba estar hasta el fin del mundo predicando a las puertas del infierno para impedir que nadie entrase en él. Ejerció además una eficaz acción santificadora con el clero, almas religiosas y muchos seglares, predicando Ejercicios, por medio de la dirección espiritual, con sus numerosísimas cartas, que completó con sus abundantes escritos en prosa y verso. M. en Ronda el 24 mar. 1801. León XIII fijó su fiesta ese mismo día al beatificarle el 10 abr. 1894. Las principales reliquias se conservan en Ronda y en los capuchinos de Sevilla. Su iconografía es muy abundante.
BIBL.: J. J. ALCOBER, Historia de la vida interior y exterior del b. Diego 1. de Cádiz, Madrid 1894; J. C. DE LLEVANERAS, Vida documentada del Bto. Diego 1. de Cádiz, Roma 1894; S. DE UBRIQUE, Vida del Beato Diego 1. de Cádiz, 2 vol., Sevilla 1926; S. AusElo, Reseña bibliográfica de las obras impresas del Bto. Diego 1. de Cádiz, Madrid 1947; B. D'ARENZANO, Diego Giuseppe, en Bibl. Sanct. 4,610-612.
BUENAVENTURA DE CARROCERA.
Cortesía de Editorial Rialp. Gran Enciclopedia Rialp, 1991
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