Un poemilla enigmático en el CANTAR de los Cantares atribuye a Salomón la posesión de una "viña", en un lugar que lleva este nombre (Cr 8,11). Lo más probable es que esa viña no sea sino un símbolo -el de la esposa o el harén celosamente guardado-, y en consecuencia Baal-Amón sería un lugar imaginario, lo mismo que Béter, que aparece también en el mismo libro (Cr 2,17): el poeta ha escogido ese vocablo por su sonoridad.
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