miércoles, 4 de julio de 2012

IDÓ o YEDÓ.

Seis personajes al menos llevan este nombre que significaría "Amigo de Dios". De los dos más antiguos, uno, hijo de Yoaj y padre de un Zéraj, es levita, de la descendencia de Guersón (1Cró 6,6 ó 21 según vers); el mismo, sin duda al que llama Adaías en la genealogía de Asaf (1Cró 6,26 ó 41 según vers). El otro es el padre de Ajinadab, uno de los doce "prefectos (1R 4,14)" de Salomón.

Después de ellos aparece, según la cronología, el Idó más célebre: un profeta de finales del s. X a.C., testigo del cisma de Israel. A él, junto con un tal Semaya, se le debería la redacción de una crónica, llamada Hechos o Midras, de los reinados de Roboán (2Cró 12,15) y de Abías, hijo y sucesor de éste (2Cró 13,22). Es posible reconocer también a este IDó en "Yedó el Vidente", que habría dejado además un escrito sobre sus "visiones" concernientes al fin de Salomón y al advenimiento de Jeroboán (2Cró 9,29). Sus obras son conocidas tan sólo por la mención que de ellas hace las Crónicas.

El "padre" o más exactamente el abuelo de Zacarías, profeta posexílico, se llamaba también Idó (Esd 5,1; 6,14; Za 1,1). Se trata probablemente del personaje que cita Nehemías entre los jefes de familia sacerdotales que volvieron del exilio con Zorobabel y el sumo sacerdote Josué (Ne 12,16). Por último, otro Idó es el jefe de una colonia de levitas deportados en Casifia, en la región de Babilonia; es a él a quien se dirige Esdras a fin de reclutar servidores para el nuevo templo de Jerusalén que se unieran al convoy de repatriados que él mismo iba a conducir (Esd 8,17).

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