El arminianismo es una doctrina teológico concerniente a la gracia divina
y a la salvación del hombre, que nació en el seno de la comunidad
reformada de los Países Bajos, y de allí se extendió a otros países
protestantes a fines del s. XVI y principios del XVII. El nombre
proviene de Arminio (Jacobo Armenszoon o Harmenszoon, 15601609), pastor
protestante en Amsterdam, luego profesor en Leiden, que jugó un importante
papel en el conflicto.
1. Precedentes. El
protestantismo penetró muy pronto en los Países Bajos a pesar de los
esfuerzos de Carlos V y de Felipe 11 para mantener la unidad religiosa en
sus Estados, convirtiéndose el calvinismo en la tendencia
dominante. Como base doctrinal, se adoptó la Profesión de fe de los
Países Bajos (Conjessio belgicci. 1561). Las luchas entre católicos y
protestantes fueron encarnizadas, porque a los motivos religiosos se
añadía el deseo de independencia. Finalmente siete Provincias del Norte se
separaron de España (1579) y el protestantismo se extendió, con una
difusión que estuvo acompañada de la represión de las doctrinas
disidentes, aun dentro del mismo protestantismo, entre las que está el
arminianismo. Calvino v sus seguidores afirmaban de la manera más absoluta
la omnipotencia de Dios, su prescieiicia y el libre don de su gracia. Todo
aquello que aunque fuera bajo la soberanía divina afirmara una obra humana
les hacía el efecto de una impiedad. Enseñaban a los fieles que su
salvación no dependía ni de su voluntad, ni de la Iglesia, sino sólo de
Dios que desde toda la eternidad ha elegido a aquellos destinados para la
salvación eterna. En este contexto se sitúa la teoría de A.
2. Inicio de la controversia.
A. había sido estudiante en Marburgo,
Leiden v Ginebra donde escuchó a Teodoro Beza . Nombrado en 1588 pastor en
Amsterdam, le fue encargado el refutar las obras qlie atacaban la
predestinación. Este estudio le inclinó hacia una doctrina que iba a ser
el arminianismo. Consideraba que la gracia de Dios es ofrecida a todos y
que su aceptación o rechazo dependen también del hombre mismo. A pesar cle
esto fue nombrado profesor en Leiden (1603), donde se enfrentó con su
colega Francois Gomar, calvinista rígido, que no tardó en acusarle de
pelagianismo. Ni el sínodo ni los Estados Generales pudieron poner término
a los debates que se extendían v envenenaban a todo el país. A.
murió en 1609. Sus partidarios, para justificarse ante las acusaciones de
las que eran objeto, dirigieron a los Estados en 1610 una
Remonstraiztia (manifestación) con cinco artículos, de donde viene el
nombre de remostrantes con el que todavía se los designa hoy día.
Declaraban que: l) Dios ha decidido desde toda la eternidad destinar para
la salvación a aquellos que creyeran en El; 2) Cristo murió por
todos los hombres, pero de manera que sólo los fieles gozaran
verdaderamente de su perdón; 3) El hombre no recibe la fe salvadera más
que por la gracia divina; 4) pero se puede resistir a esa gracia y
prepararse para recibirla; 5) No se excluye la posibilidad de perder la
gracia. Los a. se separaron de los protestantes rígidos al afirmar que se
puede resistir a la gracia v que se puede perder. El jurista Hugo Grocio
los apoyaba. Una asamblea de teólogos redactó una contraremonstrantia
en términos muy impetuosos. Se constituyeron dos partidos. Uno quería
imponer a todos el calvinismo más estricto; el otro, el de A., quería
atenuar la doctrina calvinista sobre la predestinación. De otra parte un
complicado sistema repartía el poder entre el Consejero Pensionario
de Holanda, lean Barnevelt, uno de los fundadores de la República, y
el Stathouder Mauricio de Nassau, príncipe de Orange, hijo de
Guillermo el Taciturno. Ambas potestades pronto se hicieron
rivales. Detrás del consejero estaba la burguesía, más cultivada v menos
rigurosa, que aceptaba las doctrinas de A. Con los príncipes de Orange se
alineaban los marinos, los campesinos y los extranjeros que, habiendo
escapado a la persecución, eran calvinistas ardientes. Los Estados,
considerando que no había herejía, quisieron imponer la paz. Pero el
partido popular y orangista se negó a someterse y decidió convocar
un sínodo general con los representantes de las comunidades calvinistas de
Europa, para terminar definitivamente con la cuestión,
3. El sínodo de Dordrecht.
Comenzó en noviembre de 1618 y duró seis meses.
Se reunieron 28 delegados llegados de Inglaterra, Escocia, Alemania v
Suiza (los franceses fueron retenidos por Luis XIII). Los remonstrantes
fueron citados a comparecer como acusados. El profesor Simón Episcopio
(1583-1643) expuso sus tesis. El hecho de que negaran a sus adversarios el
derecho a ser juez y parte a la vez irritó a la asamblea, que los expulsó.
El sínodo fijó entonces la doctrina calvinista en los cánones de
Dordrecht (1619) y condenó a los a. Siguió una verdadera persecución
político-religiosa. a la que ayudó la reacción orangista. El consejero
Barnevelt murió en el patíbulo, Episcopio se exilió, Grocio escapó a la
reclusión huyendo, 200 pastores fueron depuestos, 80 marcharon al
extranjero, acompañados a menudo de sus fieles.
4. Desarrollo posterior del
arminianismo. En los Palses Bajos. Debida al espíritu de
partido y empañada de violencias, la obra de Dordrecht fue efímera. El
pueblo y el gobierno volvieron pronto a cierta tolerancia, Habiendo muerto
Mauricio de Nassau en 1625, su hermano llamó a los remonstrantes.
Tuvieron derecho a establecerse en todos los lugares, escribir, erigir
iglesias y escuelas. Sin embargo, su número tendió a disminuir. En
nuestros días no son más de 25.000 repartidos en 33 comunidades. La
principal razón es la infiltración gradual de sus ideas en el seno del
calvinismo.
La influencia de los teólogos a.
fue considerable. Entre ellos destacan, además del ya citado Episcopio, J.
Vytenbogaert' (1557-1644); J. Limborch (m. 1714); l. le Clerc (m. 1736),
uno de los más grandes eruditos de su tiempo; J. l. Wettstein (m. 1754),
autor de una edición crítica del N. T. En el s. XIX, los remonstrantes
conocieron un nuevo avance. Citemos a J. Tideman y C. P Tiele, autor
de una historia comparada de las religiones.
Entre los remonstrantes
actuales reina un espíritu que recuerda al humanismo erasmiano:
cristianismo adogmático centrado en la Biblia y en la práctica, en el amor
universal de Dios más que en el pecado, y en la tolerancia. Sin embargo,
no se han quedado apartados de la teología contemporánea basada en Cristo,
con K. H. Roessingh y G. J. Heering, como lo muestran una profesión de fe
(1940) y una doctrina de la Iglesia (1950).
En Inglaterra, influyó en
miembros de la High Church como el arzobispo W. Laud (m.
1645), l. Taylor, H. Hales, convertido al arminianismo en el sínodo en el
que era observador. En el s. XIX se encuentran las ideas de A. en el seno
del Broad Church party.
En Francia,
el calvinismo se unió a las decisiones de Dordrecht
(sínodo de Alés, 1620). Esto no impidió la extensión del arminianismo,
debido a la presencia de refugiados holandeses (Grocio especialmente).
Encontró allí una forma atenuada y original en la enseñanza de
Moise Amyraut (1596-1664) en la academia de Saumur, Este intentó una
especie de síntesis entre el calvinismo estricto y los elementos positivos
de la doctrina de A. Insiste sobre la voluntad general de Dios que tiende
a la salvación de todos; pero Dios no da la fe, por un decreto especial,
más que a aquellos que serán salvados. Se ha llamado a esta doctrina,
expuesta en el Bref traité de la prédestination (1634),
universalismo hipotético, o amyraldismo. Suscitó una gran oposición
en el país (Pierre du Moulin, A. Rivet, etc.) y en el extranjero. Amyraut,
citado ante los sínodos de Alenzón (1637) y de Charenton (1645) que
deseaban mantener la paz, se mostró conciliador y la asamblea, satisfecha
de sus explicaciones, le dio su confianza. Continuó difundiendo sus ideas
en sus escritos y en sus enseñanzas. Fue estimado por católicos como
Richelieu y Mazarino. Su doctrina ganó terreno en Francia gracias al apoyo
de hombres eminentes, como Jean Daillé. Este último propuso en 1651 el
universalismo hipotético como base de entendimiento con los luteranos. La
moderación de los sínodos, el hecho de que los reformados fueran una
minoría oprimida, evitaron a este país las violencias de los Países Bajos.
En Suiza. La
evolución religiosa de este país fue diferente. Hubo un reforzamiento del
integrismo en el momento en que un espíritu de comprensión triunfaba en
los Países Bajos. Los cantones protestantes no habían sufrido gravemente,
pero rodeados por guerras y constantemente amenazados, vivieron a la
defensiva en cuanto a teología. Ginebra se mantuvo en la más estricta
ortodoxia, se negó a someter a debate cualquier cuestión, aplaudió las
decisiones de Dordrecht, y sus delegados, l. Diodati y T. Tronchin se
mostraron muy severos con los a. El prof. Benito Turrettini, hijo de un
noble italiano exiliado por la persecución, era un ultracalvinista;
asistió al sínodo francés de Alés para combatir la doctrina de A. Cuando
Amyraut comenzó a enseñar en Sauniur un semi-arminianismo, parte de los
pastores ginebrinos adoptaron sus ideas, especialmente A. Morus, L.
Tronchin, Ph. Mestrezat. Les fue prohibido predicar o enseñar la
universalidad de la gracia. Los otros cantones suizos que luchaban también
contra las tendencias liberales se inquietaron por la influencia de A. en
Ginebra. J. H. Heidegger (1633-98) y F. Turrettini (hijo de Benito)
prepararon una profesión de fe para cortar el camino a las ideas
francesas. Este texto, hecho más exclusivo por otros colaboradores, se
convirtió en la Formilla cotisensus helvetica (1675), fórmula de
concordia, que fue impuesta en los cantones con más o menos éxito. Los
estudios doctrinales suscitaron numerosas controversias y crearon
problemas a muchos fieles. En el siglo siguiente, en el que se buscaba una
«ortodoxia razonable», se dejó de exigir a los pastores la firma de la
profesión de fe.
BIBL.: P. J. BLOCK,
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ERIC PETER.
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