(De acuerdo a su bautismo Alexandra Lucrecia Romola), una monja
dominica, de la tercera orden, aunque de clausura, nació en Florencia,
el 23 de Abril, de 1522; murió el 2 de Febrero, de 1590. Ella es
principalmente conocida en el mundo por su vida milagrosa y altamente
mística, y especialmente por el tema de un muy auténtico y maravilloso
éxtasis, dentro del cual fue absorbida todas las semanas, desde el
mediodía del Jueves hasta las 4 p.m. del sábado, por varios años. En
este estado ella fue a través de todas las etapas de la pasión de
Nuestro Señor, de hecho dándose cuenta y mostrando a otros con
maravillosa intensidad todo lo que su Bendita Madre sufrió presenciando
ello. Su padre, Pier Francesco de' Ricci, fue un integrante de una
antigua y respetada familia de banqueros y mercaderes. Su madre, de la
familia Ricasoli, murió cuando ella era una pequeña niña y ella fue
atendida por una devota madrastra, Fiammetta da Diacceto. El último
hermano observó la insólita tendencia a la santidad – particularmente a
la oración solitaria – e hizo a ella más grande para sostener y
desarrollar ello. Mientras que aún era una niña, Alexandra decidió
unirse a una orden religiosa estricta; pero el estado de relajación fue
tan extendido que paso buen tiempo antes de que ella pudiera encontrar
lo que ella deseaba. Su vocación fue finalmente encontrada durante una
estancia en Prato, donde ella hizo contacto con el convento Dominicano
de San Vicencio, fundado en 1503 por ocho damas quienes habían sido
fieles seguidoras de Savonarola. Alexandra ahí encontró el espíritu
religioso lo suficientemente grande aún para satisfacer su ideal; y
después de algunas dificultades con su padre ella ingresó al noviciado,
vistiendo hábito religioso en 1535 (tomando el nombre de Catalina), y
profesó sus votos solemnes en el año 1536.
Tanto durante su noviciado y por cuatro años luego de su
profesión religiosa, ella estuvo expuesta a humillantes aflicciones de
la comunidad, debido a la errada comprensión de algunos de los grandes
dones supernaturales que ella recibió; pero su santidad y humildad
finalmente vencieron. Ella fue entonces asignada a una importante cargo
después de otro, finalmente permaneció priora o sub priora hasta su
muerte. Durante todos estos años, aunque escrupulosamente cumplió cada
labor religiosa, ella sentía y mostraba agudo interés en todas sus
relaciones, especialmente con sus hermanos y con numerosos amigos y
“niños espirituales”. El gran “Éxtasi de la Pasión”, anteriormente
referido, ocurrió por primera vez en Febrero de 1542, y fue renovado
después todas la semanas por veinte años, cuando este cesó en respuesta a
las oraciones de la misma Catalina y de la comunidad. La fama de esto
era difundido a muchas personas de toda condición y llamando a Prato a
la paz y observación estricta como se experimentaba en el convento.
Catalina de Ricci vivió en una época de grandes santos; entre sus
contemporaneos estuvieron San Carlos Borromeo San Felipe Neri, y Santa
Maria Magdalena de Pazzi. Con los dos últimos nombrados se dice que tuvo
en diferentes formas, comunicación mutua milagrosa, nunca habiendo
teniendo encuentro en forma natural. Ella fue beatificada en el año 1732
por Clemente XII, después de muchos retrasos en el proceso, y
canonizada por Benedicto XIV en 1746 en ambas ocasiones en medio de gran
regocijo en Prato, donde su memoria es siempre mantenida fresca. Los
descendientes de su comunidad aún habitan el convento de San Vicencio
(comúnmente llamado Santa Catalina), y donde su cuerpo aún reposa. Su
fiesta es guardada el 13 de Febrero.
For the original sources see the Letters of Catherine de' Ricci,
ed. Gherardi (Florence, 1890); also two old Italian lives by Razzi and
Guidi with documents mentioned. A number of her letters with full
details of her life may be found in Capes, Life of St. Catherine de'
Ricci (London, 1905).
F.M. CAPES
Transcrito por Caroly Hust
Traducido por: Ramiro Banda Valdivia.
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