LAS MUJERES CAPTAN INCONSCIENTEMENTE LAS SEÑALES FÍSICAS QUE DELATAN A UN ADÚLTERO.
La Psicología evolutiva postula que la negatividad que asociamos al hecho de estar disponible a pesar de tener pareja es puramente cultural. Evolutivamente, la mejor estrategia reproductiva masculina es esparcir sus genes entre el mayor número posible de mujeres. Y para lograrlo, es mejor que los hombres muestren su propensión al coito fuera de la pareja.
Partiendo de esta idea, tres psicólogas de la universidad australiana de Perth idearon una investigación que demostrara esa visibilidad de la tendencia masculina al adulterio. Enseñaron a voluntarios de ambos sexos fotografías de hombres que habían sido infieles. Cuando se preguntó a los varones que habían visto las fotos cuáles correspondían a tipos que habían mantenido aventuras fuera de la pareja, solo acertaron al azar. Sin embargo, las mujeres mostraron un porcentaje de aciertos sorprendente, en torno al 70%. ¿Cómo detectaban ellas el potencial del adulterio? Asociando probabilidad alta de infidelidad a los rasgos tenidos por masculinos: frente prominente, mentón pronunciado, rasgos angulosos, mandíbulas fuertes...
La Psicología evolutiva postula que la negatividad que asociamos al hecho de estar disponible a pesar de tener pareja es puramente cultural. Evolutivamente, la mejor estrategia reproductiva masculina es esparcir sus genes entre el mayor número posible de mujeres. Y para lograrlo, es mejor que los hombres muestren su propensión al coito fuera de la pareja.
Partiendo de esta idea, tres psicólogas de la universidad australiana de Perth idearon una investigación que demostrara esa visibilidad de la tendencia masculina al adulterio. Enseñaron a voluntarios de ambos sexos fotografías de hombres que habían sido infieles. Cuando se preguntó a los varones que habían visto las fotos cuáles correspondían a tipos que habían mantenido aventuras fuera de la pareja, solo acertaron al azar. Sin embargo, las mujeres mostraron un porcentaje de aciertos sorprendente, en torno al 70%. ¿Cómo detectaban ellas el potencial del adulterio? Asociando probabilidad alta de infidelidad a los rasgos tenidos por masculinos: frente prominente, mentón pronunciado, rasgos angulosos, mandíbulas fuertes...
Bastantes cosas se nos ocultan en este mundo como para que vivamos bajo el yugo de un engaño o infidelidad.
Y casi siempre resulta como dicen: el cornudo es el último en
enterarse. Pero la culpa muchas veces es compartida por la persona
traicionada, ya que se descuida y se deja llevar por las corrientes de
la aparente estática de una relación amorosa. Mantenerse al tanto de la
conducta de la pareja nos puede ayudar a identificar algunos factores de que pudiera existir infidelidad, esto no es una guía para detectar a un infiel, sino una lista de comportamientos que podrían indicar que algo va mal en la relación.
1 – Te vuelves más deseable.
Sí, de un momento a otro, quien comparte la cama contigo comienza a proponer diferentes posiciones, encapricharse más en la calidad y el tiempo de los preliminares y también se interesa por los juguetes para adultos, puede tratarse de un intento por innovar. Pero también puede tratarse de una señal de que hay un deseo de traición emergente. Tanta pasión puede significar una especie de “entrenamiento intensivo” sobre los placeres de la carne, es decir, la persona puede estar tratando de mejorar el rendimiento para, quien sabe, demostrárselo a alguien.
2 – Todo lo que dices es motivo de atención.
Es poco probable que te hayas convertido en una persona más interesante de un momento a otro. Los que puede estar sucediendo es que tu pareja tenga las antenas más alerta con el fin de conocer más en profundidad los detalles de tu rutina y horarios, el tiempo que tardas en pasar de un lugar a otro, los caminos, los compromisos programados, etc. Todo esto para evitar que la encuentres en flagrancia, en cuyo caso deberías poner en marcha el proyecto “caza a la Tracy”.
3 – Insatisfacción y demostración de celos.
¿Has sentido celos demás? La desconfianza exagerada e infundada termina con las relaciones más prometedoras. Quién se siente en un huracán de celos todo el tiempo puede involucrarse en otra relación por dos razones: la primera es, de modo inconsciente, para satisfacer las expectativas de los celos. La segunda razón sería buscar en otra relación una válvula de escape para la excesiva vigilancia.
4 – Distanciamiento después de la llegada de un bebé
La llegada de un bebé es una prueba de fuego para muchos hombres y mujeres. El niño, en especial el primero, ocupa siempre el papel de un elemento extraño en la vida de la pareja. La rutina cambia por completo y ambos deben tener en cuenta los nuevos roles de padre y madre, sin dejar de lado el hecho de que son pareja. Problemas como que la mujer se enfoque demasiado en la maternidad y solo se preocupe por el niño, pueden provocar que el hombre se vuelva celoso respecto del nuevo miembro de la familia o que la pareja no tenga la estructura emocional para manejar los cambios que un recién nacido trae a casa, pueden desencadenar una crisis. No resolver estos problemas puede llevar a la traición de los dos.
5 – Los familiares se entrometen en la relación.
Es obvio que la familia no puede ser acusada, directamente, de la infidelidad de una de las partes de la pareja. Pero las conjeturas y las implicaciones de los familiares ayudan, sí, a desgastar una relación, especialmente si uno de los dos no toma ninguna medida al respecto. La interferencia frecuente de la familia anula y devalúa el respeto a la pareja. Y, como una forma de escapar de la presión, por ejemplo, no es raro que el alivio sea encontrado en los brazos de alguien más.
6 – La persona está en crisis.
La crisis no siempre tiene que ver con la relación o con la pareja, bien podría deber sea a una carrera frustrada, proyectos personales desestimados, sueños dejados atrás o la llegada a una edad determinada. La persona se siente, en general, insatisfecha, con ganas de dar un vuelco a su vida. Es este deseo de cambio el que a menudo deja espacio para el surgimiento de un nuevo romance.
7 – No hay contacto visual durante las conversaciones.
La mirada en muchas situaciones, dice más que las palabras e incluso puede contradecirlas. Evitar el contacto visual es una forma de tratar de ocultar sentimientos, como dilemas íntimos.
8 – Aumentos de interés cultural.
Cuando nos relacionamos con alguien, tratamos de dar y mostrar lo mejor de nosotros. Después de todo, la intención es seducir. El tiempo de convivencia entre una pareja va haciendo que hombres y mujeres vayan mostrando su peor lado. El mal humor, la falta de atención, la cara fea en la mañana… Siguiendo esta lógica, él o ella puede comenzar a invertir más en la información y a interesarse en nuevos géneros de diferentes libros, películas y musicales. Lo más probable es que, de esta forma, la persona quiera ampliar su acervo cultural para impresionar a algún objetivo amoroso.
9 – Creer que has ganado el juego.
Te dejaste llevar por el lado oscuro de la rutina, que es considerar que tu pareja te pertenece para siempre. Cualquiera que piense de esa manera no se esfuerza para seducir ni para alimentar el deseo o la inseguridad del otro, factores críticos para sostener la relación. Un poco de miedo de perder siempre es bueno. Si percibes que tu pareja se da cuenta de tu exceso de confianza, cuidado. La indulgencia masculina, por lo general detona varios casos de infidelidad femenina. Gran parte de las mujeres que engañan no buscan sexo. Tienen sexo en casa. Lo que no tienen, muchas veces, es besos en la boca, romance, elogios. Quieren sentirse conquistadas y seducidas.
10 – Comportamientos comunes se vuelven inestables.
La persona parece confusa, perdida en la luna. Incluso puede presentar lapsos de olvido y perder la concentración cuando está hablando algo. Este estado puede demostrar que, a nivel interno, la persona está viviendo un conflicto mayor y teniendo en cuenta los pros y los contras de cometer una infidelidad.
1 – Te vuelves más deseable.
Sí, de un momento a otro, quien comparte la cama contigo comienza a proponer diferentes posiciones, encapricharse más en la calidad y el tiempo de los preliminares y también se interesa por los juguetes para adultos, puede tratarse de un intento por innovar. Pero también puede tratarse de una señal de que hay un deseo de traición emergente. Tanta pasión puede significar una especie de “entrenamiento intensivo” sobre los placeres de la carne, es decir, la persona puede estar tratando de mejorar el rendimiento para, quien sabe, demostrárselo a alguien.
2 – Todo lo que dices es motivo de atención.
Es poco probable que te hayas convertido en una persona más interesante de un momento a otro. Los que puede estar sucediendo es que tu pareja tenga las antenas más alerta con el fin de conocer más en profundidad los detalles de tu rutina y horarios, el tiempo que tardas en pasar de un lugar a otro, los caminos, los compromisos programados, etc. Todo esto para evitar que la encuentres en flagrancia, en cuyo caso deberías poner en marcha el proyecto “caza a la Tracy”.
3 – Insatisfacción y demostración de celos.
¿Has sentido celos demás? La desconfianza exagerada e infundada termina con las relaciones más prometedoras. Quién se siente en un huracán de celos todo el tiempo puede involucrarse en otra relación por dos razones: la primera es, de modo inconsciente, para satisfacer las expectativas de los celos. La segunda razón sería buscar en otra relación una válvula de escape para la excesiva vigilancia.
4 – Distanciamiento después de la llegada de un bebé
La llegada de un bebé es una prueba de fuego para muchos hombres y mujeres. El niño, en especial el primero, ocupa siempre el papel de un elemento extraño en la vida de la pareja. La rutina cambia por completo y ambos deben tener en cuenta los nuevos roles de padre y madre, sin dejar de lado el hecho de que son pareja. Problemas como que la mujer se enfoque demasiado en la maternidad y solo se preocupe por el niño, pueden provocar que el hombre se vuelva celoso respecto del nuevo miembro de la familia o que la pareja no tenga la estructura emocional para manejar los cambios que un recién nacido trae a casa, pueden desencadenar una crisis. No resolver estos problemas puede llevar a la traición de los dos.
5 – Los familiares se entrometen en la relación.
Es obvio que la familia no puede ser acusada, directamente, de la infidelidad de una de las partes de la pareja. Pero las conjeturas y las implicaciones de los familiares ayudan, sí, a desgastar una relación, especialmente si uno de los dos no toma ninguna medida al respecto. La interferencia frecuente de la familia anula y devalúa el respeto a la pareja. Y, como una forma de escapar de la presión, por ejemplo, no es raro que el alivio sea encontrado en los brazos de alguien más.
6 – La persona está en crisis.
La crisis no siempre tiene que ver con la relación o con la pareja, bien podría deber sea a una carrera frustrada, proyectos personales desestimados, sueños dejados atrás o la llegada a una edad determinada. La persona se siente, en general, insatisfecha, con ganas de dar un vuelco a su vida. Es este deseo de cambio el que a menudo deja espacio para el surgimiento de un nuevo romance.
7 – No hay contacto visual durante las conversaciones.
La mirada en muchas situaciones, dice más que las palabras e incluso puede contradecirlas. Evitar el contacto visual es una forma de tratar de ocultar sentimientos, como dilemas íntimos.
8 – Aumentos de interés cultural.
Cuando nos relacionamos con alguien, tratamos de dar y mostrar lo mejor de nosotros. Después de todo, la intención es seducir. El tiempo de convivencia entre una pareja va haciendo que hombres y mujeres vayan mostrando su peor lado. El mal humor, la falta de atención, la cara fea en la mañana… Siguiendo esta lógica, él o ella puede comenzar a invertir más en la información y a interesarse en nuevos géneros de diferentes libros, películas y musicales. Lo más probable es que, de esta forma, la persona quiera ampliar su acervo cultural para impresionar a algún objetivo amoroso.
9 – Creer que has ganado el juego.
Te dejaste llevar por el lado oscuro de la rutina, que es considerar que tu pareja te pertenece para siempre. Cualquiera que piense de esa manera no se esfuerza para seducir ni para alimentar el deseo o la inseguridad del otro, factores críticos para sostener la relación. Un poco de miedo de perder siempre es bueno. Si percibes que tu pareja se da cuenta de tu exceso de confianza, cuidado. La indulgencia masculina, por lo general detona varios casos de infidelidad femenina. Gran parte de las mujeres que engañan no buscan sexo. Tienen sexo en casa. Lo que no tienen, muchas veces, es besos en la boca, romance, elogios. Quieren sentirse conquistadas y seducidas.
10 – Comportamientos comunes se vuelven inestables.
La persona parece confusa, perdida en la luna. Incluso puede presentar lapsos de olvido y perder la concentración cuando está hablando algo. Este estado puede demostrar que, a nivel interno, la persona está viviendo un conflicto mayor y teniendo en cuenta los pros y los contras de cometer una infidelidad.
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