jueves, 25 de diciembre de 2014

LA PALABRA AMOR SIGNIFICA: SERVICIO.

ESCOGE: VIDA O MUERTE...
El hombre a lo largo de su historia a asimilado ideologías que propugnan la ambición, la violencia, la rivalidad, estas ideologías están presentes en la sociedad en que vive. A menudo, esas tendencias e ideologías llevan al hombre a optar por la "tiniebla". Esta compleja realidad del hombre está reflejada en la parábola del sembrador (Mc 4,3-20). Los cuatro terrenos representan las diversas actitudes de opción del hombre, y entre ellas se encuentra la posibilidad de respuesta. Existe por tanto en el hombre una dualidad, su ser profundo lo lleva a la "vida"; sus tendencias destructivas a la "muerte" (Rom 8, 5-6). Normalmente la opción es anterior al encuentro con Jesús (Jn 3, 20s), el que obra con bajeza "odia" la luz y no se acerca a ella, en cambio el que obra con lealtad se acerca a la luz y es entonces cuando responde el Espíritu dándole capacidad y estabilidad. El hombre que ya había orientado su vida hacia los demás, al encontrarse con la figura de Jesús, le dará plenamente su adhesión y el que vive "solo para él", le rechazará. El Dios-Padre, que es todo amor, quiere compartirlo todo con el hombre, tanto su ser como su actividad. La gloria de este Dios-Padre es precisamente el pleno desarrollo de sus hijos.
UN DIOS SIEMPRE DISPUESTO A PERDONAR...
El Dios-amor, el Dios-Padre, es el que no castiga, sino que está siempre dispuesto a perdonar (Mt 18, 21-25). Si es de esta manera el comportamiento de Dios, el hombre no tiene ningún pretexto para negar a nadie su perdón. En Dios no hay venganza ni rencor, como en la parábola del hijo pródigo (Lc 15,11-32). La alegría del padre por la vuelta de su hijo es impresionante, ni siquiera deja que su hijo termine las palabras de arrepentimiento que llevaba preparadas. Para obtener el perdón solo se requiere el reconocimiento del pecado, del daño o injusticia cometido contra el amor. Si el hombre no rectifica su actitud no hay cauce posible para el perdón, para el amor de Dios. Además, solo puede ser perdonado quién está dispuesto a perdonar (Mt 6,12). El amor que procede del Padre y se manifiesta en y por Jesús, exige por su misma naturaleza la propagación y la comunicación del mismo, el que se niega a comunicarlo se hace incapaz de recibirlo.
UN DIOS PARA EL QUE LA PALABRA "AMOR" SIGNIFICA SERVICIO...
Dios pone su poder al servicio de la comunidad para propagar el amor y la vida entre los hombres e ir creando una sociedad nueva. Jesús se hace servidor de los suyos para darles su propia condición de "señor", es decir, de hombres libres. (Jn 13,1). Es lo que no termina de entender el apóstol Pedro (Jn 13,6-8), porque no comprende lo que significa el amor y no capta el sentido del servicio de Jesús. La práctica pues, del amor como servicio, debe ser el distintivo de la comunidad cristiana (Jn 13,12-15). Vemos como tanto el Padre como él, siguen trabajando por los hombres (Jn 5,16-17). Mientras una parte de la humanidad tenga hambre o sufra opresión e injusticia, no cesará el empeño de Jesús para que la sociedad humana se vaya configurando de tal manera que se favorezca el pleno desarrollo de todos los hombres. Uno de los modos de servir a Dios era por medio del culto, los sacrificios, las postraciones, ofrendas, la expiación de los pecados, que subrayaban la inferioridad y dependencia del hombre. La idea nueva del Dios-amor cambia también el concepto del culto, en el NT se llama "culto" o "liturgia" solamente a los ritos judíos o paganos (1), pero nunca se aplica estas palabras a una celebración cristiana. Cuando el NT aplica estos términos a los cristianos, liturgia, culto y sacrificio se refieren a la vida misma (La excepción de Hch 13,2 se refiere a una celebración de estilo judío). En el NT el culto a Dios no se ejercita con ritos especiales, sino con el mismo vivir, ocupa toda la existencia del hombre. Es un culto existencial, el hombre se ofrece a sí mismo en su circunstancia histórica (Rom 12,1). El culto es la entrega a los demás, es total y continuo e implica la desaparición de los "lugares sagrados" (Jn 4, 21-24). Dios no quiere al hombre a su servicio, sino al servicio de los demás hombres, "Os doy un mandamiento nuevo: que os améis unos a otros; igual que yo os he amado, también vosotros amaos unos a otros"(Jn 13,34).
UN DIOS RESPETUOSO CON LA LIBERTAD DEL HOMBRE...
Ante el dolor y la miseria de tantos seres humanos ¿por qué Dios, si todo lo puede, no hace nada para poner remedio? Parece como una contradicción: si Dios es omnipotente, no es bueno, pues, pudiendo suprimirlo no lo hace y si es bueno, no puede ser omnipotente. Dios no quiere el mal, pero lo permite, aun pudiendo evitarlo, para respetar la libertad del hombre. Pero Dios es amor y nos deberíamos de preguntar: ¿es el amor omnipotente? Por una parte la fuerza del amor ("vida") tiene una potencia sin límites; por otra, el amor tiene efecto solamente si es aceptado, es ofrecimiento, no imposición. El querer forzar una respuesta de amor es hacer imposible al amor porque el amor presupone la libertad de respuesta. La coacción impide el amor. aunque una persona ame a otra con toda su alma; si la otra permanece indiferente ante ese ofrecimiento ("amor"), este no puede realizarse y muere. Para responder al amor de Dios es necesario que el hombre esté libre de coacción. Un Dios de terror, que amenaza con castigos, en vez de amor produce hipocresía. Cuando no existe una actitud receptiva, la acción del amor resulta imposible. Son los hombres los que han de aprovechar libremente la posibilidad de salvación que Dios ofrece en Jesús.

Notas:
(1) Lc 1,23; 2,37; Hch 7,41; 14,13; Rom 9,4; Heb 9,21.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Procura comentar con libertad y con respeto. Este blog es gratuito, no hacemos publicidad y está puesto totalmente a vuestra disposición. Pero pedimos todo el respeto del mundo a todo el mundo. Gracias.