El uso de las mismas, fuera de las
prescripciones estrictamente terapéuticas, es una falta grave. Su
producción clandestina y su tráfico son prácticas contrarias a la ley
moral por el daño que causan. El uso de la droga
inflige muy graves daños a la salud y a la vida humana. Fuera de los
casos en que se recurre a ello por prescripciones estrictamente
terapéuticas, es una falta grave. La producción
clandestina y el tráfico de drogas son prácticas escandalosas;
constituyen una cooperación directa, porque incitan a ellas, a prácticas
gravemente contrarias a la ley moral (Catecismo I.C: 2291)
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