El Credo de Calcedonia o credo Caldedónia, fue escrito en el Concilio de Calcedonia en Asia Menor, en el año 451.
Fue el resultado de la Concilio de Calcedonia en el trato con la disputa entre las iglesias orientales y occidentales acerca de la encarnación y de la naturaleza de Jesucristo(hipostática sindicato). Algunas iglesias no aceptan este credo, ver no Calcedonia iglesias.
Credo de Calcedonia [editar | editar fuente]
Fiel a los santos Padres, todos perfectamente unánime, enseñamos que hay que confesar un solo y mismo Hijo, nuestro Señor Jesucristo, perfecto como la divinidad y perfecto en cuanto a la humanidad;
verdadero Dios y verdadero hombre, compuesto de alma y cuerpo racional,
consustancial con el Padre según la divinidad, y consustancial con nosotros según la humanidad; en todo como nosotros, menos en el pecado;
nacido después de la divinidad del Padre antes de todos los siglos, y en los últimos días, de acuerdo a la humanidad, por nosotros y por nuestra salvación, nacido de la Virgen María, Madre de Dios; único mismo Cristo, Hijo, Señor, Unigénito, que uno debe confesar, en dos naturalezas, inconfundibles, inmutable, indivisible e inseparable;
la distinción de naturalezas de ningún modo anulada por la unión antes de la propiedad de cada naturaleza se conserva, que compiten para formar una persona y un medio de vida;
no separado o dividido en dos personas, sino uno y el mismo Hijo, el Unigénito, Palabra de Dios, el Señor Jesucristo,
como los profetas desde el principio fueron testigos de ello, y el mismo Señor Jesús nos enseñó, y el Credo de los Santos Padres nos dio. [1]
verdadero Dios y verdadero hombre, compuesto de alma y cuerpo racional,
consustancial con el Padre según la divinidad, y consustancial con nosotros según la humanidad; en todo como nosotros, menos en el pecado;
nacido después de la divinidad del Padre antes de todos los siglos, y en los últimos días, de acuerdo a la humanidad, por nosotros y por nuestra salvación, nacido de la Virgen María, Madre de Dios; único mismo Cristo, Hijo, Señor, Unigénito, que uno debe confesar, en dos naturalezas, inconfundibles, inmutable, indivisible e inseparable;
la distinción de naturalezas de ningún modo anulada por la unión antes de la propiedad de cada naturaleza se conserva, que compiten para formar una persona y un medio de vida;
no separado o dividido en dos personas, sino uno y el mismo Hijo, el Unigénito, Palabra de Dios, el Señor Jesucristo,
como los profetas desde el principio fueron testigos de ello, y el mismo Señor Jesús nos enseñó, y el Credo de los Santos Padres nos dio. [1]
Véase también [editar | editar fuente]
Referencias
- ↑ Credo de Calcedonia (en Inglés) Cprf.co.uk. Visitado el 2 de febrero de 2008.
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