lunes, 14 de marzo de 2016

Elección y predestinación.

La predestinación de Dios (gr.,proorizo) es su decreto o predeterminación de las circunstancias y el destino de las personas según su perfecta voluntad (Romanos 8:29, 30;Efesios 1:11), un aspecto específico de la providencia general de Dios. La elección de Dios (heb.,bachar;gr.,eklegomai) es su selección de un pueblo o una persona para la salvación y/o el servicio; la selección se basa no en el mérito sino en susu amor libre y soberano (deuteronomio 4:37; 7:7; 14:2;Hechos 13:17; 15:7;1 Tesalonicenses 1:4).
 
Además, ya que se presentan tanto la predestinación como la elección como actos de Dios, la elección no puede basarse en el conocimiento previo de Dios de las reacciones de las personas a su voluntad. La elección debe ser la selección que fluye únicamente de la iniciativa de Dios. Los creyentes fueron
escogidos en Cristo antes de la fundación del mundo (Efesios 1:4).
 
La elección es un tema destacado en el AT. Está la selección de Abraham y su simiente para que las naciones del mundo fueran benditas en él (Génesis 12:1 ss.; 22:17, 18); y está la selección de (pacto con) el pueblo de Israel (Éxodo 3:6-10;Deuteronomio 6:21, 23). Esta nación fue escogida por Dios como aquella por la cual se podía revelar a sí mismo y su voluntad, y por medio de la cual podía exhibir y declarar sus propósitos y salvación al mundo (Deuteronomio 28:1-14;Isaías 43:10, 12, 20, 21). Además, estaba la selección, dentro del pueblo escogido, de individuos específicos para papeles y tareas específicos; p. ej., Aarón y David (Deuteronomio 18:5;1Samuel 10:24;Salmo 105:26; 106:23).
 
En el NT, Jesús es el elegido (Lucas 9:35), en quien la elección de Israel y  de la iglesia de Dios en el nuevo pacto encuentran su significado y su centro.
 
Jesús es la piedra angular escogida del nuevo edificio que Dios está construyendo, compuesto por creyentes tanto judíos como gentiles (1 Pedro 2:4-6). Dios nos destinó en su amor para ser sus hijos por Jesucristo, Efesios 1:5). Así que la iglesia de Dios es un linaje escogido (1 Pedro 2:9). Nunca se presenta la elección de Dios como motivo de especulación y controversia, sino de celebración de la gracia libre de Dios que otorga la
salvación y también mueve a los creyentes a la adoración constante y a llevar vidas de santidad y bondad. Al igual que en el AT, en el NT existe la elección de individuos para el servicio (p. ej.Hechos 6:5; 15:22, 25). Como pueblo, los judíos siguen siendo los elegidos de Dios (Romanos 9—11).

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