jueves, 9 de junio de 2016

Altruismo

“Die Kinderkrippe” (La guardería), 1890, de Albert Anker.
El altruismo (del francés antiguo altrui, «de los otros») se puede entender como:
  • Comportamiento que aumenta las probabilidades de supervivencia de otros a costa de una reducción de las propias.
  • Servir constructivamente a los otros, para vivir una experiencia de empatía.
  • Sacrificio personal en beneficio de otros.1
De acuerdo a la Real Academia Española, el altruismo proviene del francés altruisme y designa la «diligencia en procurar el bien ajeno aún a costa del propio».
El término altruismo se refiere a la conducta humana y es definido como la preocupación o atención desinteresada por el otro o los otros, al contrario del egoísmo. Suelen existir diferentes puntos de vista sobre el significado y alcance del altruismo.

Índice

Altruismo en psicología y sociología

El filósofo francés Auguste Comte acuñó la palabra "altruisme" en 1851 y ésta fue adoptada luego por el castellano. Muchos consideran su sistema ético algo extremo, en el que los únicos actos moralmente correctos son aquellos que intentan promover la felicidad de otros. Esto llevó al desarrollo de la acepción de las personas.
Es aquella conducta que beneficia a otros, que es voluntaria y cuyo autor no anticipa beneficios externos.

Altruismo en etología y biología evolutiva

El altruismo en etología y, por consiguiente, en la biología evolutiva, es el patrón de comportamiento animal en el cual un individuo pone en riesgo su vida para proteger y beneficiar a otros miembros del grupo. Casi todas estas teorías explican cómo un individuo puede sacrificar incluso su propia supervivencia por proteger la de los demás, aunque siempre añaden el hecho de que entre los miembros de ese grupo ha de hallarse algún miembro que comparta parte de sus mismos genes. Esta sería una manera de asegurar la continuidad de su información genética. Pese a ello, esta teoría resulta insuficiente para explicar las conductas altruistas que se desarrollan hacia individuos no emparentados, es decir, con los que no se comparte información genética.
Para explicar el altruismo no emparentado, se ha postulado que, en estos casos, la conducta altruista se lleva a cabo cuando el individuo espera de alguna forma ser recompensado por el otro o por algún otro miembro del grupo; o que por último algunas de las conductas altruistas pueden ser el resultado de la necesidad del individuo de sentirse aceptado por el grupo o una persona, por sentirse partícipe dentro de él, con lo cual indirectamente también obtiene un beneficio. Esta acepción fue propuesta por científicos que exploraban las razones por las que podría haber evolucionado el comportamiento no egoísta. Se aplica no sólo a las personas (altruismo psicológico), sino también a animales e incluso a plantas.
Existe, sin embargo, una interpretación de la noción de altruismo contraria a la anteriormente expuesta. En su obra El gen egoísta (1976), Richard Dawkins acusa a estas tesis de desviarse del darwinismo ortodoxo y propone, a cambio, una concepción que entiende la evolución considerando el bien del individuo (gen), y no el de la especie, como factor capital. Dawkins sostiene que lo que habitualmente se entiende por altruismo, esto es: la conducta de un organismo cuando se comporta de tal manera que contribuya a aumentar el bienestar de otro ser semejante a expensas de su propio bienestar2 se trataría de un altruismo individual aparente y, por lo mismo, la conducta contraria sería un egoísmo individual aparente. Así, su tesis fuerte consiste en que existe una ley fundamental denominada egoísmo de los genes que explica tanto el altruismo como el egoísmo individual desde el punto de vista genético. En definitiva, Dawkins sostiene que la interpretación ortodoxa de la selección natural darwiniana es aquella que la concibe como selección de genes (egoísmo del gen), y no como selección de grupos (altruismo entre individuos).

Aparición del altruismo en humanos

Se han hecho investigaciones muestran que el altruismo aparece en el ser humano al cumplir los 18 meses, al igual que en el chimpancé; lo que sugiere que los seres humanos tienen una tendencia natural a ayudar a los demás.
Pese a esto, cabe destacar que algunos filósofos como John Stuart Mill defendían que el ser humano no es naturalmente altruista, sino que necesita ser educado para llegar a serlo.

Véase también

Referencias


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