Algunas novias no debían oler todo lo bien que se esperaba y por eso llevaban flores que camuflasen su olor en un día tan importante. Este es el origen de los ramos de novia.
El abanico se creó para dar tregua a las narices medievales y dispersar así el olor. Los más pobres se abanicaban a sí mismos; y los más pudientes tenían quien les abanicase.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Procura comentar con libertad y con respeto. Este blog es gratuito, no hacemos publicidad y está puesto totalmente a vuestra disposición. Pero pedimos todo el respeto del mundo a todo el mundo. Gracias.