lunes, 1 de agosto de 2016

FLOR

Para muchos las plantas son solo adornos en el telón de fondo de la naturaleza. Pero olvidamos que de ellas depende la vida de animales y del hombre. Ellas son las que nos proveen de alimentos, bebidas, productos industriales y muchas y muy variadas medicinas. Su importancia ha sido tal, que muchas veces ellas han cambiado el curso de la historia.
A menudo la vida humana es un torbellino frenético, dentro de una bullente población y un continuo brotar tecnológico. En medio de este caos ¿dónde colocamos a las plantas?. En algunas partes del mundo, donde aún vive la mayor parte de la población en contacto directo con la tierra, las plantas siguen siendo de primordial importancia, tanto para proveerse de alimentos, como para vestirse y medicinarse. Es en el mundo desarrollado donde las plantas parecen como de importancia secundaria: decorativas en los jardines, tal vez agradables por algunos frutos, pero no más allá.

Pero basta echar un rápido vistazo para darnos cuenta que las plantas son de vital importancia para todos. Ellas captan la energía del Sol a través de la fotosíntesis y colocan esta energía a nuestra disposición como alimentos, proveyéndonos, de paso, del oxígeno que necesitamos para respirar (figura 1). Pero las plantas aun significan más. Por miles de años nos han ayudado a formar nuestra sociedad y nuestra cultura y se han entrelazado en nuestra economía y la política. Algunas han sido de tal importancia, que han cambiado el curso de la historia.


Las plantas nos alimentan y nos proporcionan las bebidas

Sin las plantas no habría habido historia y prehistoria humana. Desde un comienzo ellas han complementado nuestra dieta. Globalmente, la mayor parte de la dieta humana proviene de la reproducción de plantas, de los frutos y de las semillas que ellas contienen. Basta recordar que las plantas nos proveen de hidratos de carbonos, proteínas y grasas, como también de fibras (que aun cuando no las podemos digerir, ayudan a que funcione el intestino) y muchos de los minerales y vitaminas que necesitamos para mantener nuestra salud. A ello hay que agregar que muchos de los animales que consumimos como alimentos, también se alimentan de plantas (pastos).

Los cereales, como el arroz, el trigo, el maíz, la cebada, han tenido su origen en pastos salvajes. Por generaciones ellos han sido seleccionados y entrecruzados, ya sea para aumentar su producción o para adaptarlas a las más variadas regiones, o, en fin, para aumentar su resistencia a las enfermedades. Ahora, con los avances de la biotecnología, ellas se están modificando genéticamente para que desarrollen otras propiedades, como producir sus propios pesticidas o que indiquen cuando ocurre una enfermedad o una peste las afecte.

Algunos de estos cereales, como el arroz, son cocinados y usados como tales. Otros como el trigo y el maíz se muelen hasta convertirlos en harina, y luego con ella se preparan panes u otros alimentos. Las semillas almacenan energía que se necesita para el desarrollo del embrión y por ello también se aprovechan como alimentos para las personas, ya que proveen de hidratos de carbono, proteínas y pequeñas cantidades de otros valiosos nutrientes.

Con todo, los cereales no hacen toda la historia. El aceite se extrae de semillas, como es el caso de la semilla de maravilla, del lino y semillas del raps. Además hay nueces y legumbres, como los porotos, las arvejas, las lentejas, la soya, y los garbanzos, que proveen de la mayor parte de las proteínas que requiere la alimentación de la población del mundo. Las jugosas y suculentas frutas también son vitales, especialmente por su contenido en vitaminas. Manzanas, plátanos, tomates, berries, mangos, naranjas, frutas del pan son constantemente consumidas en todas partes del mundo. Probablemente las frutas como las raíces y los tubérculos fueron alimentos fundamentales en la dieta de nuestros ancestros. Las zanahorias, el camote, las betarragas, las papas y otras raíces, aun son consumidas en todo el mundo. Se sabe que un tubérculo (la papa) tuvo profundo impacto en la historia de Europa y América.

Pero todo esto es solo la mitad de la historia. Otra cosa son las bebidas. Aparte del agua, casi todo los líquidos que consumimos dependen directa o indirectamente de las plantas. Aun la leche que nos provee las vacas, las ovejas, las cabras o los camellos, proviene en definitiva de las plantas, ya que los animales se alimentan del pasto en los campos.

Para preparar las bebidas se usan diferentes partes de diversas plantas, a través de tres metodologías básicas. A partir de hojas frescas o secas, se preparan infusiones en agua hervida. Semillas frescas o tostadas se infunden también en agua caliente. Semillas o frutas machacadas se mezclan con agua y se dejan fermentar para producir diversas bebidas alcohólicas. Estos tres tipos de bebidas han sido de gran importancia en la historia humana: basta pensar en el té, el café y el vino.

Con productos de las plantas se preparan también bebidas estimulantes no alcohólicas. Tal es el caso de la cafeína, que está presente tanto en el té (teína), como en el café. Ello explica parte de su popularidad, aun cuando también hay otras razones. En el siglo XVII y XVIII, cuando se comenzó a consumir bebidas no alcohólicas en Europa, las condiciones higiénicas eran deplorables. El agua era fuente de numerosas enfermedades y por eso se recomendaba hervirla antes de beberla. En esas condiciones, cualquier cosa que le diera sabor al agua o tuviera propiedades estimulantes, era muy bien recibida. La única alternativa era beber alcohol, el que era lo suficientemente fuerte como para que matara cualquier germen, pero obviamente ello no era práctico, ya que las personas estarían constantemente borrachas.

De este modo, el té, el café y el chocolate, llegaron a ser las tres grandes bebidas. En un comienzo restringida sólo a los ricos, pero más tarde su consumo se extendió a todos los sectores de la sociedad. Curiosamente, estas tres bebidas llegaron simultáneamente a Londres, en el año 1652. Esté nuevo hábito que fue acogido por millones de personas en Europa, creando una tremenda demanda y un gran mercado con enormes consecuencias económicas (fig. 2).

El chocolate, hecho a partir de las semillas de cacao ("Theobroma": alimento de dioses "cacao"), es originario de Centro América, y lo bebían los indios precolombinos, junto con picantes y vainilla. En el siglo XVII, comenzaron a beberlo los europeos, pero mezclado con azúcar.


Bebidas agradables un mercado mundial

El café se produce también de otro tipo de grano: el grano de café árabe, tostado y molido, que es originario del Cuerno de Africa. El no sólo es estimulante, sino que además produce adicción, lo que explica en parte su popularidad. Mascar semilla de café, fue y es permitido por los musulmanes, una práctica que comenzó en esos países en el siglo VII. Pero fueron los turcos los que primero comenzaron a consumirlo como bebida. Más tarde, en el siglo XVIII, su uso se extendió por toda Europa. En un comienzo sólo lo podían consumir los pudientes, y solo después de la Segunda Guerra Mundial, cuando llegó a un bajo precio la semilla robusta de Brasil, el hábito se extendió a todos los niveles, creándose así la adicción en Europa y Estados Unidos. Más tarde, la aparición del café instantáneo, generalizó el consumo aún más. Actualmente el café es la segunda exportación en el mundo.

El té, en su forma de brebaje, se prepara de las hojas, del brote y de las flores de la "Camellia sinensis", que después de cosechadas se secan y se muelen. Es originario de China, donde se producía desde el siglo III antes de Cristo. Ahora es cultivado también en otros países asiáticos, del Medio Este, Australia, América Latina y los Estados Unidos, y se consume en todo el mundo.

En Europa, el té gatilló profundos cambios económicos y sociales. Con el té surgieron las actividades mercantiles de la India (East India Company). Alrededor del siglo XVI mercaderes europeos navegaron por los mares en búsqueda de valiosas especies. Allí encontraron el té. Lo comenzaron a comprar en Canton, pero pronto los chinos exigieron que lo pagaran en plata, lo que hizo subir grandemente el precio de la plata en Europa. Más tarde, en el año 1801, cuando se incremento notablemente el consumo del té en Europa y cada inglés consumía un promedio de un kilo de la hierba, más de 8 kilos de azúcar, el problema comercial se agravó. En ese entonces los mercaderes ingleses que estaban en la India descubrieron algo que a los chinos les interesaba más que la plata.

Encontraron el "opio", una droga que se extrae del "opium poppy", que produce una gran adicción. Estaba prohibido cultivar esta planta en China, y de ello se aprovecharon los mercaderes europeos para comenzar a intercambiar el té por opio, que los ingleses cultivaban en la India. En 1830, los ingleses estaban exportando anualmente desde la India a China, más de 1.5 millones de kilos de opio (alrededor de 1.000 millones de dólares en moneda de hoy). El flujo del opio a China, dejó millones de adictos y casi destruyeron la sociedad china, que por defenderse determinó la "Guerra del Opio (1840-1842)" entre Inglaterra y China. Al perder China fue forzada a abrir su mercado y con ello se destruyó la gran cultura de ese país. Así fue como el opio arruinó a China, que hasta entonces se encontraba varios siglos adelante del resto del mundo por sus invenciones y tecnologías. Más tarde, el desastre abrió el camino al comunismo en el siglo XX.

La influencia del té en la historia humana no termina aquí. Los europeos, incluyendo a los ingleses, introdujeron plantas de té no sólo en India, sino también en Sri Lanka, Indonesia y Africa, llegando a ser éstas las regiones que ahora abastecen la mayor cantidad de té del mundo. En la India, la introducción del té cambió los hábitos de la nación. Antes de 1840 prácticamente no se consumía el té. Ahora la India es el mayor productor mundial, y dos tercios de lo que se consume dentro del país. La hoja de té también jugó un rol importante en la Guerra de la Independencia de los Estados Unidos. En el año 1773, un grupo de colonos objetaron los impuestos al té que ponían los ingleses, procediendo a arrojar la carga de té de tres barcos dentro del puerto de Boston, estableciendo así el famoso "Boston Té Party".

Al otro extremo de los estimulantes está el "alcohol" que tiene un efecto relajante. Las bebidas alcohólicas forman parte de la historia de la humanidad, ya que su consumo se pierde en la historia. Las bebidas alcohólicas se han fabricado a partir de una enorme variedad de productos vegetales. Los vinos modernos se preparan ahora de las viñas, pero la gente ha preparado vino de las más variadas fuentes, manzanas, hierbas, e incluso de las ortigas o de médula.

Durante el proceso de fermentación, gracias al azúcar que contiene naturalmente la planta, se pueden cultivar levaduras, las que en la reacción dejan como subproducto CO2 (que a veces se utiliza para producir vinos espumantes) y etanol. La cerveza se produce usando malta o malta tratada y lúpulo; la mezcla se calienta al punto de ebullición y luego se enfría antes de agregar la levadura. Los licores se destilan en un proceso de calentamiento enfriamiento y condensación. El Vodka se hace de grano o papas, el ron, de la caña de azúcar.

En la historia humana, el alcohol ha tenido efectos varios. Por una parte, durante miles de años, el alcohol ha aceitado las ruedas de las relaciones sociales y ha facilitado las transacciones. Pero por otra, ha causado enormes sufrimientos por la violencia que induce los crímenes, y el daño que causa a la salud. En sociedades, como los nativos de América y los aborígenes de Australia, la introducción del alcohol las ha devastado, llegando la adicción a destruir totalmente sus culturas. Ya durante el embarazo, el alcohol que consume la madre atraviesa la placenta y daña al feto, produciendo lo que se llama "síndrome fetal alcohólico". El niño nace con deformaciones faciales y dificultades para aprender.


Telas para vestir trabajo intensivo en mano de obra

Hasta ahora le hemos echado un vistazo sólo a las plantas que nos alimentan o que sirven para producir bebidas. Pero también se pueden usar las plantas para vestirse. La estructura de muchas plantas se mantiene en parte debido a la existencia de fibras de celulosa que estructuran los tallos y las hojas. Son éstas las que se pueden utilizar para fabricar tejidos. El cáñamo, el yute, el lino y el sisal son algunos ejemplos. De diferentes maneras, la gente ha usado estas fibras por siglos, ya sea para fabricar sogas o material de escritura, pero también como materia prima para ropa.

Probablemente el más conocido y más ampliamente usado es el algodón. En el siglo XVIII, producir algodón fino era un proceso enormemente laborioso. Se necesitaba el trabajo de 14 personas a diario para producir medio kilo de hilo de algodón, y esto todavía tenía que convertirse en tela. Para producir el equivalente en peso de lana o lino, se necesitaban 3 personas al día, y 6 personas para producir igual cantidad de seda. Es decir, el algodón en esos días era un lujo.

Pero con la llegada de la Revolución Industrial en el siglo XIX, se mecanizó enormemente el proceso. Como resultado la demanda de algodón se incrementó en forma exponencial. En el año 1861, cuando comenzó la Guerra Civil en los Estados Unidos, el algodón había llegado a ser el cultivo más importante que se comercializaba a nivel mundial, y el 80% de él se producía en los Estados del Sur de Estados Unidos. Pero lo mismo que había sucedido con otras cosechas muy valiosas como fue el caso del té, las ansias de dinero comenzaron a degradar y destruir la sociedad.

Los hacendados de los Estados del Sur usaban la mano de obra de los esclavos negros para producir y trabajar el algodón. Entre 1874 y 1861 el número de esclavos negros en los Estados Unidos se incrementó en ocho veces y casi todos ellos estaban trabajando en la industria del algodón. En 1808, justo cuando la industria necesitaba más trabajadores, se prohibió la importación de esclavos. Se hizo entonces necesario "reproducir los esclavos", y los dueños actuaban con ellos en la misma forma que multiplicaban su ganado (figura 3).

Pero el tiempo pasó, y cambió la actitud. Poco a poco la esclavitud se fue haciendo inaceptable, actitud que comenzó en los Estados industriales del norte. Sin embargo en el sur, los dueños de las plantaciones encontraban imposible vivir sin esclavos. Así se desencadenó la Guerra Civil, siendo la esclavitud uno de los motivos principales. Al final, al vencer los Estados del norte, se liberaron 4 millones de esclavos. A pesar de ello, han debido pasar muchas generaciones para que los negros adquieran los mismos derechos de los blancos. Un amargo legado del "rey algodón".

Como hemos visto, las diferentes partes de las plantas (hojas, ramas, semillas, frutos) han sido muy útiles al Hombre. Pero en las plantas también hay sustancias químicas. Algunas son venenos mortales. Así por ejemplo, la "digitalina" de la planta "digital", en dosis altas, puede tener efectos dramáticos y fatales en el corazón. Como ella, otras plantas contienen también una variedad importante de sustancias químicas, y muchas aún hoy día no han sido identificadas. Pero también muchas drogas se han aislado en diversas plantas, con diversos efectos terapéuticos. Las técnicas han permitido usarlas en dosis más precisas para las diferentes enfermedades.

El ácido salicílico, mejor conocido como aspirina, está en las hojas de una especie de sauce. Por siglos estas hojas eran mascadas o bebidas en infusiones para quitar el dolor y bajar la fiebre. Ahora las dosis de aspirina se miden cuidadosamente y se administran en tabletas. Mucho se ha avanzado en la extracción y purificación de drogas benéficas a partir de plantas.

Las concentraciones en que estas sustancias químicas se encuentran en las plantas, varían con la edad de la misma, o con la estación del año, o aun el momento del día. En parte debido a esta razón, es que para extraer los materiales activos se hace necesario utilizar grandes cantidades del material de plantas. Por esta razón, hoy en día se trata mas bien de analizar la estructura química de las sustancias benéficas, para luego tratar de sintetizarlas en escala industrial.


Otras sustancias y drogas

Uno de los efectos más típicos de los beneficios de sustancias extraídas de las de plantas, es el producto que se ha usado para tratar la malaria. Esta enfermedad se esparce por la picadura del mosquito hembra "Anopheles", que introduce a través de ella un parásito a la sangre. Cuenta la historia que hace 350 años, la mujer del Virrey español en Perú, la Condesa de Chinchón, estaba muy enferma de malaria. Su médico le sugirió que usara un remedio indígena: la corteza de la planta "cinchona". La Condesa se recuperó, pasando a ser la primera persona europea que tomó "quinina".

La quinina hizo posible que los europeos pudieran viajar sin temor por las zonas maláricas tropicales. Los indígenas usaban la droga desde hacía mucho tiempo. Es así como el comercio de la quinina pasó a ser muy importante y sus utilidades quedaron en manos de los jesuitas españoles. Pronto la demanda significó la destrucción de los árboles cinchona, estimándose que en 1795 se destruyeran 25.000 arboles. Como las utilidades iban a la iglesia católica, los países protestantes rehusaban usarla o comprarla. De esté modo, en el siglo XVIII, los exploradores ingleses, y americanos no tuvieron oportunidad de utilizar esta magnífica droga.

Como una terrible ironía, en aquellos años se organizaron numerosas expediciones al Amazona, buscando los árboles de cinchona. Ahora, los leñadores y el desarrollo están ocupados destruyendo toda esta flora tropical.

Pero las drogas extraídas de plantas, también pueden mal usarse, y por ello producir un alto costo para la sociedad. Aun la cafeína tiene efectos adversos bien documentados. Provoca insomnios y arritmias cardiacas, y especialmente taquicardia. Pero otras plantas pueden ser mucho más dañinas. Tal es el caso del tabaco. El fumar o mascar las hojas secas de tabaco, es un hábito que se ha extendido por todo el mundo. En las hojas está la "nicotina", que es una droga que produce adicción. Pero también de ella se desprenden alquitranes y otras sustancias químicas, que se sabe producen cáncer de la boca, la garganta y los pulmones. Otras sustancias químicas de la misma hoja de tabaco afectan al sistema circulatorio, incrementando los riesgos de sufrir ataques cardiacos.

Estos hechos son bien conocidos, pero aun así son millones las personas que continúan fumando. Lo que es peor, cada vez más gente joven se suma al hábito. De acuerdo al Centers for Disease Control and Prevention de USA, en ese país una de cada cinco muertes que se producen, tiene relación con el cigarrillo. Según la Organización Mundial de la Salud, en el mundo se producen 4 millones de muertes cada año por igual causa, y se espera que para el año 2030 éstas se eleven a 10 millones (figura 4).

En la actualidad, el consumo de alcohol y tabaco en muchos países no tiene restricciones legales. Sin embargo, otras drogas que también producen adicción, efectos psicotróficos y que alteran la mente, son ilegales. Una de ellas es la marihuana, cuyos efectos no son muy intensos. Pero otras drogas como la cocaína de la coca, la heroína y el opio de la opium poppy, sí tienen poderosos efectos en el cerebro y en el cuerpo. Estas drogas "duras", por sobredosis pueden causar directamente la muerte, como también la pueden causar indirectamente por el estilo de vida que adoptan los adictos a ellas: prostitución para conseguir dinero para adquirir la droga, abandono de la higiene y hábitos alimentarios, y SIDA por compartir las agujas.

En la misma forma que analizamos cómo se destruyó la sociedad china con el opio, ellas también pueden volver a producir igual efecto. La comercialización de las sustancias ilegales, como cualquier comercio, incluye suministradores y consumidores. Desgraciadamente, cada día más y más jóvenes están cayendo víctimas de esta adicción.

El consumo de cocaína es ya un problema en los Estados Unidos y también en Inglaterra. Según el British Crime Survey 1998, el consumo en las edades de 20 a 24 años se ha elevado del 2% en 1966 a 5% en 1998.

Hay y muchas otras cosas que contar acerca de las plantas. Pero no olvidemos que a ellas les debemos los alimentos, las bebidas y el aire que respiramos. La próxima vez que pasemos frente a un jardín, recordemos que gracias a esas plantas nos mantenemos vivos.


Plagas, hambre y enfermedad

Tal vez el ejemplo más extremo de cómo una simple planta puede afectar a la sociedad, es la historia de Irlanda y la papa. Por siglos Irlanda ha sufrido por climas difíciles y por el aislacionismo geográfico, permaneciendo tecnológicamente subdesarrollada. La gente tiene herramientas rudimentarias y métodos primitivos de siembras y cosechas. Cuando la papa llegó a Irlanda en el siglo XVI, rápidamente se adaptó como cultivo en todas las familias, y como consecuencia creció la población. En 1760 había 1.5 millones de personas. En 1840, la población había crecido hasta alcanzar 9 millones de personas. En ese entonces, a pesar de las fricciones entre Irlanda e Inglaterra (que tenía que ver con la división protestante-católica), los irlandeses podían por lo menos alimentarse y mantener a sus hijos en buen estado de salud.

Pero de pronto llegó un hongo, el "tison de la papa" (Phytophthora infestaris), que afectó a la papa y la plaga se extendió por todo el país. Alrededor de un millón de personas agonizaron o murieron de tifus, cólera y otras enfermedades virulentas, que prendieron en la población que padecía de una desnutrición extrema. Otro millón tuvo que emigrar, la mayor parte a los Estados Unidos. La falla de un solo tubérculo tuvo grandes consecuencias en la historia de Irlanda, como también en los Estados Unidos y sus relaciones con Inglaterra. La verdad es que la papa ha causado más sufrimientos e inestabilidades políticas que ninguna otra planta.

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