Los juicios de las brujas a principios de la Escocia Moderna fueron procesos judiciales llevados a cabo entre principios del siglo XVI y mediados del sigo XVII para tratar delitos de brujería. A finales de la Edad Media había pocas persecuciones por daños hechos a través de la brujería, pero la aprobación de la Ley de Brujería de 1563, hizo que la brujería o el consultar a brujas fuera considerado un crimen capital. La primera serie de juicios llevada a cabo bajo la nueva ley fueron los de North Berwick, a principios de 1589, en los que James VI jugó un papel importante como "víctima" e investigador. Se interesó en la brujería y publicó un artículo de la defensa de la caza de brujas en la revista Daemonologie en 1597, sin embargo, eventualmente se volvió escéptico y trató de limitar los juicios.
Se estima que entre 4,000 y 6,000 personas, la mayoría de la Baja Escocia, fueron juzgadas por brujería en ese período; un rango mucho mayor que el de Inglaterra. Las series de juicios más importantes se llevaron a cabo de 1590-91, 1628-31, 1649-50 y 1661-62. Setenta y cinco por ciento de los acusados eran mujeres. Estimaciones modernas indican que más de 1,500 personas fueron ejecutadas. Las mayoría de estas ejecuciones se daban por estrangulamiento y después se quemaban los cuerpos. Las cacerías estaban bajo el mando inglés y la dirección de Oliver Cromwell en el período de Commonwealth. La década de 1650 que dio lugar a la Restauración de 1660, provocó una alarma y que el Consejo Privado de Escocia limitara sus arrestos, persecuciones y torturas. Hubo también un creciente escepticismo a finales del siglo XVII, además de que se redujeron los problemas económicos. Aunque hubo brotes ocasionales de cazas de brujas, la última ejecución registrada fue en 1706 y el último juicio en 1727. Los parlamentos de Escocia e Inglaterra se fusionaron en 1707 y en 1736 anularon la Ley de Brujería de 1563.
Se han sugerido muchas causas para las cazas, incluyendo problemas económicos, el cambio de actitud en las mujeres, el surgimiento de un "estado de Dios",1 el sistema inquisitivo judicial de Escocia, el esparcimiento del uso de la tortura judicial, el papel de la iglesia local y la prevalencia de la idea de un pacto diabólico. La proliferación de las explicaciones parciales para la caza de brujas ha llevado a algunos historiadores a preferir el concepto de "circunstancias asociadas", en lugar de una sola causa significativa.2
Índice
[ocultar]Orígenes[editar]
Orígenes legales[editar]
Existe evidencia de que a finales de la Escocia Medieval, hubo persecuciones ocasionales de individuos que causaron daño a través de la brujería. Casos de un perfil político elevado incluyeron la acción contra John Stewart, Conde del Mar, supuestamente por utilizar brujería contra su hermano, el rey James III en 1479.3 Sin embargo, la poca evidencia de este tipo de casos políticos, indica que cada vez se volvían más inusuales durante la primera mitad del siglo XVI.4 La creencia popular en la magia se extendió en la Edad Media, pero los teólogos por lo general han sido escépticos y los abogados sólo han estado interesado en procesar casos en donde fuera evidente que el daño estaba hecho por la magia. Desde finales del siglo XV las actitudes comenzaron a cambiar y las brujas eran vistas como formas poderosas derivadas del Diablo, ya que la brujería se empezó a ver como una forma de herejía. Estas ideas fueron ampliamente aceptadas por los católicos y protestantes del siglo XVI.3 A consecuencia de la iniciación de la Reformación de 1560, el Parlamento aprobó la Ley de Brujería de 1563, una de las leyes sustentadas por la Biblia. La primera caza de brujas bajo esta ley fue al este del país en 1568 en Angus y el Mearns,5 donde hubo intentos fallidos de introducir elementos acerca del pacto diabólico, perdiendo la caza.6
El papel de James VI[editar]
La visita de James VI a Dinamarca en 1589, donde la caza de brujas ya era algo común, pudo hacerlo alentado a interesarse en el estudio de la brujería, por lo que se topo con tormentas como resultado de la magia.7 Después de regresar a Escocia, asistió a los juicios de las brujas de North Berwick, la primera persecución importante de brujas en Escocia bajo la ley de 1563 y el primero en involucrar un pacto diabólico. Varias personas, en especial Agnes Sampson y el maestro John Fian, fueron declarados culpables de utilizar brujería para enviar tormentas contra James VI. James se obsesionó con la amenaza de las brujas. En consecuencia, creyó que un hombre noble, Francis Stewart, el Conde V de Bothwell, era un brujo, por que intentó huir por miedo, quedando como traidor. Posteriormente, el rey estableció comisiones reales para dar caza a las brujas en su reino, recomendando la tortura para lidiar con los sospechosos. James es conocido por haber supervisado personalmente la tortura de mujeres acusadas de ser brujas.8 Inspirado por su implicación personal, en 1597 escribió Daemonologie, una revista que se oponía a la práctica de la brujería y proporcionaba material de referencia de la Tragedia de Macbeth de Shakespeare, que contiene la representación literaria más famosa de las brujas de Escocia.8 Sien embargo, desde este punto, su opinión se volvió más escéptica9 y en el mismo año revocó las comisiones permanentes de la brujería, limitando las persecuciones de los tribunales centrales.10
La naturaleza de los juicios[editar]
A pesar de que Escocia probablemente tenía solamente alrededor de la cuarta parte de la población de Inglaterra, tenía tres veces más persecuciones por brujería, un estimado de 4,000 a 6,000 durante todo el período.4 Esto fue alrededor de cuatro veces el promedio en toda Europa.3 La mayoría tuvo lugar en tierras bajas,10 donde el Kirk tuvo el mayor control, a pesar de que también existe evidencia de creencias mágicas en las tierras altas.2 Series de juicios incluyen los que se llevaron a cabo en 1590 y 1591 y la Gran Caza Escocesa de Brujas de 1597, que tuvo lugar a través de Escocia desde Marzo hasta Octubre. Al menos 400 personas fueron llevadas a juicio por varias formas de satanismo. El número exacto de los ejecutados, como resultado de estos juicios no se sabe, pero se cree que fueron alrededor de 200. Juicios posteriores incluyeron las cazas de 1628-31 y de 1649-50. Probablemente las cazas más intensas fueron las de 1661-62, que involucraron a 664 brujas renombradas en cuatro condados.11
La mayoría de los acusados, un 75 por ciento, eran mujeres. La modernidad estimó que hubo 1,500 personas ejecutadas.12 La mayoría de éstas, eran mujeres mayores y sólo algunas eran jóvenes u hombres por estar relacionado con estas mujeres, así como en el caso de los hijos y esposos. Algunos hombres fueron acusados por ser curanderos, por creer en un mal uso de sus facultades. La mayoría no eran vagabundo ni mendigos, si no comunidades bien establecidas.
Casi todas las persecuciones por brujería se llevaron a cabo en los tribunales seculares, bajo las condiciones de la Ley de 1563.13En 1649, el régimen religioso de Covenanter, aprobó una nueva ley de brujería que ratificó la ley existente y la amplió para poder lidiar con los consultores de "demonios y espíritus", que ahora también serían castigados con la muerte.14 Hubo tres corte principales donde se juzgaron brujas. Primero estuvo la Corte de Magistratura en Edimburgo, que manejó casos de toda Escocia. Después las Cortes de Cirucuito, llevadas a cabo por jueces de las cortes centrales y en distintos condados del país.
Finalmente, hubo una serie de cortes hoc ad, llevadas a cabo bajo las comisiones del Consejo Privado o el Parlamento y atendidas por los propietarios de las tierras y señores de la localidad que trataban a las brujas en los lugares donde eran acusadas. Basándose en los resultados ya conocidos, las tasas de ejecución de las cortes locales fue mucho mayor que la de las cortes llevadas a cabo por profesionales, pues 90 por ciento de los acusados en las cortes locales fueron ejecutados, mientras que el 55 por ciento de los acusados fueron ejecutados en las cortes judiciales y sólo el 16 por cierto fueron ejecutados en las cortes de circuito.13 Después de la revocación de las comisiones de trabajo en 1597, la búsqueda de brujería fue asumido por las sesiones de Kirk, comités disciplinarios dirigidos por la élite de la parroquia con el fin de atacar a las prácticas supersticiones y católicas.12
Los juicios escoceses por brujería se distinguían por el uso de pinchazos,3 en donde la piel de los sospechosos se perforaba con agujas o alfileres, pues se creía que poseían una marca del diablo, con la cual no podían sentir dolor.15 Entre los punzadores profesionales estaban John Kincaid y John Dick, cuyas acciones ayudaron a llevar a cabo el brote de la caza de brujas en 1661-62, cuyos fraudes y posterior encarcelamiento, ayudaron a poner fin a los juicios.16 La tortura judicial fue usada en algunos casos importantes como los de John Fine, uno de los brujos acusador por planear la muerte del rey en 1590, cuyos pies fueron torturados en una prensa, conocida como Las Botas.17 Sin embargo, estos casos fueron raros. Las confesiones, consideradas como la mejor evidencia para la convicción, se extrajeron de los sospechosos al privarlos del sueño. Después de tres días, los individuos comenzaban a alucinar y mencionar detalles acerca de la brujería.3 En Escocia, las brujas condenadas eran usualmente estranguladas en la hoguera, justo antes de quemar sus cuerpos, aunque hubo casos donde fueron quemadas vivas.18 19
Creencias en brujas[editar]
La creencia de que las brujas podían curar y causar daño era común entre los grupos sociales de los principios de la Escocia Moderna. En 1701, en Ansthruther, Elizabeth Dick, fue apartadas de la fábrica local, pues había maldecido al molino y varios testigos declararon que el grano del molino se había vuelto roja desde su maldición, pero cuando una persona se ofreció a ayudarla y le dio limosnas, ella bendijo al molino y los granos regresaron a la normalidad.20 El hecho de que solo el cuatro por ciento de las acusaciones de brujas registradas, estuvieran asociadas con curaciones, parece indicar que la curación no era un elemento tan importante en la brujería. 21 Los juicios de Aberdeenshire de 1596, revelaron que muchos hechizos ejecutados por las brujas eran para mejorar la pesca, asegurar un matrimonio feliz, prolongar la vida o afectar el clima. Margaret Bain, una comadrona, fue acusada de transmitir dolores de parto a otras mujeres, así como también se acusó a Helen Gray por hechizar a un hombre para que tuviera una erección permanente.22 Las brujas también podían tener premoniciones. Esto lo lograban al leer las marcas en el hombro de un animal sacrificado, midiendo la cintura de una persona para ver si tenía fiebre o encontrando respuestas a través del movimiento de una balanza.23
A menudo se ha afirmado que la particularmente, la brujería escocesa estaba asociado con pactos demoniacos. En el Tribunal Mayor, Katherine Sands, que fue una de las mujeres acusada en el juicio de Culross en 1675, admitió el renunciar a su bautismo, recibiendo así la marca del Diablo, sin embargo, en los juicios locales los elementos demoniacos eran más raros.24 Stuart MacDonald señala que en los juicios de la Fife, el Diablo era una figura relativamente insignificante e indistinta y que más bien había una mayor creencia en hadas. Isobel Gowdie, la joven esposa de un Cottar cerca de Auldearn, quien fue acusada de brujería en 1662, dejó cuatro declaraciones que detallaron todas las creencias mágicas de Bretaña. Declaró que las hadas podían convertirse en liebres y que ella había conocido a la Reina de las Hadas en su casa.25 J. A. MacCulloch argumentó que existía una "mezcla de creencias" en Escocia, entre la creencia popular en las hadas y las ideas demoniacas de la élite cristiana.26
Descenso[editar]
En el siglo XVII hubo un creciente escepticismo acerca de la la realidad de la brujería entre la élite educada.3 Escocia fue derrotada en las guerras civiles por las fuerzas del parlamento Inglés lideradas por Oliver Cromwell. En 1652, Escocia fue declarado parte de una asociación con Inglaterra e Irlanda, por lo que los tribunales y el Consejo Privado dejaron de existir. Los jueces ingleses que los reemplazaron eran hostiles en cuanto al uso de la tortura y por lo general escépticos de la evidencia que producía, resultando en un descenso de las persecuciones.27 En un intento por ganar apoyo de las órdenes de tenencia de la tierra, las cortes de Sheriff se restablecieron y los jueces de la paz regresaron en 1656. El resultado fue una ola de casos de brujería, 102 en el período de 1657-59. Así mismo, las limitaciones en las persecuciones fueron invertidas con la restauración de la monarquía en 1660 con una avalancha de más de 600 casos.28 Esto alarmó al Consejo Privado ya restaurado, lo que lo llevó a insistir en la necesidad de su comisión para un arresto o juicio y la prohibición de la tortura judicial.2
Los enjuiciamientos comenzaron a disminuir a medida que los juicios fueron más estrechamente controlados por el poder judicial y el gobierno, así como la tortura se utilizó con mayor moderación.27 El gran abogado George Mackenzie hizo un gran esfuerzo por hacer inefectivas a las persecuciones.2 También hubo un creciente escepticismo combinado con la paz y estabilidad económica que ayudaron a reducir las acusaciones, aunque sí se mantuvieron brotes locales ocasionales, como el de East Lothian en 1678 y el de Paisley en 1697.
Las últimas ejecuciones registradas fueron las de los tribunales centrales en 1706. El último juicio fue llevado a cabo en la corte de un alguacil-adjunto de Dornoch en 1727 y fue de dudosa legalidad. El parlamento Inglés revocó la Ley de 1563 en 1736, por lo que dio fin a las persecuciones por brujería.27
Causas[editar]
Son varias las razones que han sustentado los historiadores de la intensa caza de brujas que tuvo Escocia en comparación de Inglaterra. Las teorías más antiguas, mencionan la existencia de un culto pagano que fue perseguido en ese periodo y que la caza de brujas surgió como resultado de una nueva profesión médica que eliminó a todos los curadores populares.3 La mayoría de los grandes períodos de persecución coincidió con períodos de gran angustia económica10 y algunas acusaciones pudieron haber seguido el retiro de la caridad de figuras marginales, particularmente mujeres solteras que componían a la mayoría de los acusados.29 El Kirk reformado que emergió en 1560 fue fuertemente influenciado por el Calvinismo y el Presviteranismo, que percibía a las mujeres como una amenaza moral.2 Como consecuencia, la caza de brujas en Escocia ha sido visto como una manera de controlar a las mujeres.12 Christina Larner sugirió que el decaimiento de la caza a mediados del siglo XVI fue a causa del surgimiento de un "estado piadoso", donde el Kirk reformado estuvo fuertemente relacionado con un sistema cada vez más legal.
Se ha sugerido que la intensidad de los escoceses por cazar a las brujas fue a causa de un sistema judicial inquisitorio y el esparcimiento del uso de la tortura judicial. Sin embargo, B. P. Levak argumenta que el sistema escocés era sólo parte inquisitivo y que el uso de la tortura judicial estaba muy limitado como en Inglaterra. Un relativo alto nivel de absolución de los juicios escoceses pudo haber sido por el empleo de abogados en las cortes, un beneficio del que no tenían derecho las brujas acusadas en Inglaterra. El acercamiento del Kirk escocés en los juicios y la naturaleza descentralizada de las cortes escocesas donde los magistrados locales escuchaban muchos casos, pudo haber contribuido a mayores tasas de persecución.30 El pacto diabólico es por lo general establecido como la mayor diferencia entre los casos de Escocia e Inglaterra, pero Stuart Maxwell sostiene que la iconografía de Satanás puede ser una imposición de las creencias en tradiciones locales del gobierno central, en especial las relacionadas con las hadas, que fueron más persistentes en Escocia que en Inglaterra.31 La proliferación de explicaciones parciales de la caza de brujas ha llevado a algunos historiadores a utilizar el concepto "circunstancias asociadas", más que un sola causa significativa.2
Notas[editar]
- ↑ J. Sharpe, "Witch-hunting and witch historiography: some Anglo-Scottish comparisons", in J. Goodare, ed., The Scottish Witch-Hunt in Context (Manchester: Manchester University Press, 2002), ISBN 0-7190-6024-9, pp. 185–9.
- ↑ ab c d e f R. Mitchison, Lordship to Patronage, Scotland 1603–1745 (Edinburgh: Edinburgh University Press, 1983), ISBN 0-7486-0233-X, pp. 88–9.
- ↑ ab c d e f g J. Goodare, "Witch-hunts", in M. Lynch, ed., The Oxford Companion to Scottish History (Oxford: Oxford University Press, 2001), ISBN 0-19-211696-7, pp. 644–5.
- ↑ ab K. A. Edwards, "Witchcraft in Tudor and Stuart Scotland", in K. Cartwright, A Companion to Tudor Literature Blackwell Companions to Literature and Culture (Oxford: John Wiley & Sons, 2010), ISBN 1-4051-5477-2, p. 32.
- ↑ L. Normand and G. Roberts, Witchcraft in early modern Scotland: James VI's demonology and the North Berwick witches (Exeter: University of Exeter Press, 2000), 085989388X, p. 5.
- ↑ L. Martin, "The Devil and domestic witchcraft: witchcraft, quarrels and women's work in Scotland" n J. Goodare, ed., The Scottish Witch-Hunt in Context (Manchester: Manchester University Press, 2002), ISBN 0-7190-6024-9, p. 78.
- ↑ P. Croft, King James (Basingstoke and New York: Palgrave Macmillan, 2003), ISBN 0-333-61395-3, p. 26.
- ↑ ab J. Keay and J. Keay, Collins Encyclopaedia of Scotland (London: Harper Collins, 1994), ISBN 0-00-255082-2, p. 556.
- ↑ P. Croft, King James (Basingstoke and New York: Palgrave Macmillan, 2003), ISBN 0-333-61395-3, p. 27.
- ↑ ab c J. Wormald, Court, Kirk, and Community: Scotland, 1470–1625 (Edinburgh: Edinburgh University Press, 1991), ISBN 0-7486-0276-3, pp. 168–9.
- ↑ B. P. Levak, "The decline and end of Scottish witch-hunting", in J. Goodare, ed., The Scottish Witch-Hunt in Context (Manchester: Manchester University Press, 2002), ISBN 0-7190-6024-9, p. 169.
- ↑ ab c S. J. Brown, "Religion and society to c. 1900", T. M. Devine and J. Wormald, eds, The Oxford Handbook of Modern Scottish History (Oxford: Oxford University Press, 2012), ISBN 0-19-956369-1, p. 81.
- ↑ ab B. P. Levack, The Witch-Hunt in Early Modern Europe (London: Longman, 1987), ISBN 0-582-49123-1, pp. 87–9.
- ↑ J. R. Young, "The Covenanters and the Scottish Parliament, 1639–51: the rule of the godly and the 'second Scottish Reformation'", E. Boran and C. Gribben, eds, Enforcing Reformation in Ireland and Scotland, 1550–1700 (Aldershot: Ashgate, 2006), ISBN 0-7546-8223-4, pp. 149–50.
- ↑ B. P. Levack, The Witch-Hunt in Early Modern Europe (London: Pearson, 3rd edn., 2006), ISBN 0-582-41901-8, p. 52.
- ↑ D. Burton and D. Grandy, Magic, Mystery, and Science: The Occult in Western Civilization (Indiana University Press, 2004), ISBN 0-253-21656-7, p. 170.
- ↑ B. P. Levack, The Witch-Hunt in Early Modern Europe (London: Longman, 1987), ISBN 0-582-49123-1, p. 74.
- ↑ J. Goodare, "Introduction", in J. Goodare, ed., The Scottish Witch-Hunt in Context (Manchester: Manchester University Press, 2002), ISBN 0-7190-6024-9, p. 1.
- ↑ J. W. Brodie-Innes, Scottish Witchcraft Trials (1891, Kessinger Publishing, 2003), ISBN 0-7661-6555-8, p. 44.
- ↑ S. MacDonald, "In search of the devil in Fife witchcraft cases 1560–1705", in J. Goodare, ed., The Scottish Witch-Hunt in Context (Manchester: Manchester University Press, 2002), ISBN 0-7190-6024-9, p. 48.
- ↑ J. McCallum, Reforming the Scottish Parish: The Reformation in Fife, 1560–1640 (Aldershot: Ashgate, 2010), ISBN 0-7546-9624-3, p. 204.
- ↑ L. Henderson, "'Detestable slaves of the Devil': Changing ideas about witchcraft in sixteenth-century Scotland" in E. J. Cowan and L. Henderson, eds, A History of Everyday Life in Medieval Scotland, 1000 to 1600 (Edinburgh: Edinburgh University Press, 2011), ISBN 0-7486-2157-1, p. 227.
- ↑ P. G. Maxwell-Stuart, Satan's Conspiracy: Magic and Witchcraft in Sixteenth-century Scotland (Dundurn, 2001), ISBN 1-86232-136-1, p. 25.
- ↑ S. MacDonald, "In search of the devil in Fife witchcraft cases 1560–1705", in J. Goodare, ed., The Scottish Witch-Hunt in Context (Manchester: Manchester University Press, 2002), ISBN 0-7190-6024-9, p. 45.
- ↑ E. Wilby, The Visions of Isobel Gowdie: Magic, Witchcraft and Dark Shamanism in Seventeenth-century Scotland (Eastbourne: Sussex Academic Press, 2010), ISBN 1-84519-180-3, pp. 3, 79 and 138.
- ↑ S. MacDonald, "In search of the devil in Fife witchcraft cases 1560–1705", in J. Goodare, ed., The Scottish Witch-Hunt in Context (Manchester: Manchester University Press, 2002), ISBN 0-7190-6024-9, p. 47.
- ↑ ab c B. P. Levak, "The decline and end of Scottish witch-hunting", in J. Goodare, ed., The Scottish Witch-Hunt in Context (Manchester: Manchester University Press, 2002), ISBN 0-7190-6024-9, pp. 166–80.
- ↑ M. Lynch, Scotland: a New History (London: Random House, 1991), ISBN 1-4464-7563-8, p. 286.
- ↑ L. Martin, "The Devil and the domestic: witchcraft, quarrels and women's work in Scotland", in J. Goodare, ed., The Scottish Witch-Hunt in Context (Manchester: Manchester University Press, 2002), ISBN 0-7190-6024-9, p. 75.
- ↑ B. P. Levak, "State Building and witch-hunting in early modern Europe", in J. Barry, M. Hester, and G. Roberts, eds, Witchcraft in Early Modern Europe: Studies in Culture and Belief (Cambridge: Cambridge University Press, 1998), ISBN 0-521-63875-5, p. 118.
- ↑ S. MacDonald, "In search of the devil in Fife witchcraft cases 1560–1705", in J. Goodare, ed., The Scottish Witch-Hunt in Context (Manchester: Manchester University Press, 2002), ISBN 0-7190-6024-9, pp. 34 and 47-8.
Lectura posterior[editar]
- Davidson, Thomas (1949), Rowan Tree and Red Thread: A Scottish Witchcraft Miscellany of Tales, Legends and Ballads; Together with a Description of the Witches' Rites and ceremonies, Oliver and Boyd
- Maxwell-Stuart, P G (2007), The Great Scottish Witch-Hunt, Tempus
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Procura comentar con libertad y con respeto. Este blog es gratuito, no hacemos publicidad y está puesto totalmente a vuestra disposición. Pero pedimos todo el respeto del mundo a todo el mundo. Gracias.