Las conferencias, artículos y libros de este teólogo, canonista, abogado, escritor, periodista y profesor de ingeniería industrial tenían una amplia resonancia en toda la prensa del país, con frecuencia en primera página. Sus avanzadas ideas, sólidamente documentadas en los textos sagrados, la historia y los padres de la Iglesia, eran temidas por la iglesia oficial y muy pronto se le pretendió acallar. Sus extraodinarias y ciclópeas traducciones de clásicos latinos del Derecho y la Historia de la Medicina son, en muchos casos, el único intento llevado a cabo con éxito y cita obligada en estas áreas. Durante la dictadura de Miguel Primo de Rivera arriesgó con frecuencia su posición y la libertad en la defensa del catalán, de la causa de Mercedes Pinto y por su supuesta participación en el intento de derrocamiento del dictador para colocar en su lugar al General Francisco Aguilera y Egea y con el apoyo del capitán general Valeriano Weyler. Aunque no participó en el intento de golpe, figuraba como Ministro de Justicia y Culto del gobierno Provisional.
En 1925 fue excomulgado por Leopoldo Eijo y Garay, de manera ilegal al no respetar su derecho a defenderse, por sus críticas al Alto Clero. Republicano y liberal convencido, su coherencia le llevó, a pesar de ser católico, a padecer tortura en las cárceles franquistas (incluso teniendo más de 70 años de edad) por denunciar las condiciones de vida en las mismas y negarse, ofendido porque se obligaba a los presos, a asisitir a misa. Durante los debates de la cuestión religiosa en las cortes de la Segunda República española, sus ensayos fueron ampliamente citados. Durante la Guerra Civil española salvó a numerosas personas en Madrid. En 1947 fue condenado a 20 años por su participación en los movimientos de restauración de la monarquía en la figura de Don Juan de Borbón (como vía para la salida del dictador). Es considerado por muchos católicos comprometidos posteriores como un precursor, en especial de las tesis centrales del Concilio Vaticano II (murió el mismo día que Juan XXIII).
Falleció en su casa de Madrid, calle de Maiquez, 23 (hoy 25), el 3 de junio de 1963 (muy cerca de la Clínica Gregorio Marañón, médico con el que compartió cárcel en 1926 por su supuesta participación en la sanjuanada contra Primo de Rivera).
Fuentes[editar]
- Arbeloa Muru, Victor Manuel (1973). «Los hombres que se adelantan a su tiempo: Jaime Torrubiano Ripoll (1879-1963)». EL Ciervo 22 (230).
Enlaces externos[editar]
- Agustín Miranda Armas (2010). «Jaime Torrubiano Ripoll». Consultado el 9 de agosto de 2011.
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