Renombrado cardenal, general y hombre de Estado nacido hacia 1310 en Cuenca, España y muerto el 23 de agosto de 1367, en el castillo de Bonriposo, cerca de Viterbo, Italia. Su padre. D. García era descendiente del rey Alfonso V de León y su madre, Teresa de Luna, pertenencia a la case real de Aragón. Después de estudiar leyes en Toulouse, fue limosnero real, pronto archidiácono de Calatrava y por fin el 13 de mayo de 1338, arzobispo de Toledo. En 1340 acompañó al rey Alfonso XI en la campaña contra los moros, salvó la vida del rey en la batalla del Río Salado, 30 oct 1340, y tomó parte en el sitio de Algeciras en 1344. Como arzobispo de Toledo celebró dos sínodos para hacer reformas, uno en Toledo en mayo de 1339 (Mansi, XXV, 1143-8), y el otro en Alcalá en abril de 1347 (Mansi, XXVI, 123-6). En marzo de 1350, a Alfonso XI, le sucedió su hijo Pedro “El Cruel”, a quien Albornoz amonestó severamente por su crueldad y lascivia, por lo que el rey le cobró un odio mortal e intentó que le mataran.
El arzobispo huyó de España y se refugio en la corte papal de Aviñón, donde Clemente VI le recibió amablemente y le creó cardenal-presbítero de S. Clemente, el 17 de dic. 1350; Albornoz renunció como arzobispo de Toledo. Dos años y medio después Inocencio VI le confió restaurar la autoridad papal en los territorios eclesiásticos de Italia. El 30 de junio de 1353 se emitió una bula nombrándolo legado y vicario general de los Estados pontificios con poderes extraordinarios. Durante la estancia de los papas en Aviñón, los territorios eclesiásticos en Italia se habían perdido para los papas en todos los aspectos. El intrépido cardenal salió hacia Italia en el otoño de 1353 a la cabeza de un pequeño ejército de mercenarios. Después de conseguir el apoyo del influyente arzobispo Giovanni Visconti de Milán y del los de Pisa, Florencia y Siena, comenzó las operaciones militares contra el poderoso Giovanni di Vico, Prefecto de Roma, señor de Viterbo y usurpador de muchas tierras pontificias, al que derrotó en la batalla de Orvieto, el 10 de marzo de 1354.
Se concluyó un tratado en Montefiascone el 5 de junio, tras el cual Giovanni di Vico se sometió al cardenal, en Orvieto. Para ganarse el apoyo del prefecto para el futuro, el cardenal le nombró gobernador de Corneto por doce años, y aunque a Inocencio VI no le gustaron los moderados términos del tratado, el cardenal los justificó por la necesidad de prudencia para conseguir la victoria final. El papa había ya enviado a Italia previamente a Cola di Rienzi, que antes fuera tribuno de Roma, para que el cardenal le utilizara a su conveniencia. Pero Albornoz no se fió del visionario Rienzi y durante un tiempo lo mantuvo en Perugia, aunque ante la continua insistencia de Rienzi y del pueblo romano, lo nombró senador de Roma remplazando a Guido dell' Isola que se había mostrado impotente ante las intrigas de la nobleza romana. El in de agosto Renzi entró en Roma aclamado por la gente como libertador, pero pronto, su crueldad, los impuesto excesivos, y sus costosas ensoñaciones le hicieron odioso, de manera que un tumulto popular , el 8 de octubre de 1354, acabó con su vida.
Tras la caída de Rienzi, el cardenal impuso el orden en Roma. La sumisión de Giovanni di Vico había dado como resultado la devolución de los estados papales (en sentido restringido) y del ducado de Espoleto a la autoridad papal. Albornoz volvió ahora su atención a la restauración de la marca de Ancona y la Romagna. Tras ganar para su empeño a Gentile da Mogliano de Fermo y a Ridolfo da Varano de Camerino, comenzó operaciones militares contra los poderosos Malatestas de Rímini, que se aliaron con Francesco degli Ordelaffi que había usurpado una gran parte de la Romagna y también se ganaron al poco fiel Gentile da Mogliano.
Ridolfo da Varano, a quien el cardinal había confiado el mando supremo del ejército papal, derrotó a Galeotto de Malatesta cerca de Paterno y el 2 de junio de 1355 se firmó un tratado con los Malatestas, aprobado por Inocencio VI el 20 de junio, En adelante los Malatesta fueron fieles aliados de las fuerzas papales. Su sumisión fue pronto seguida por la de Montefletro que puso los distritos de Urbino y Cagli bajo el poder del cardenal. Poco después las ciudades de Sinigaglia y Ancona y los dos hermanos Bernardino y Guido da Polenta, señores de Ravena y Cervia, se sometieron al cardenal. Hacia finales de 1355 Albornoz fue nombrado obispo de Sabina. Giovanni y Riniero de' Manfredi, de Faenza, y Francesco degli Ordelaffi, de la Romagna, rehusaron obstinadamente someterse y en 1356 se predicó una cruzada contra ellos por orden del papa. Los Manfredi rindieron Faenza a Albornoz, el 10 de nov. de 1356, pero Ordelaffi y su mujer, la belicosa Marzia, no pudieron ser reducido.
El cardenal había pedido reiteradamente a Inocencia VI que le llamara a Aviñón. Ahora que todos los usurpadores de los estados papales, excepto Ordelaffi, habían sido sometidos, el papa le concedió su petición y envió a Androin de la Roche, Abad de Cluny, a sustituirle en Italia. Antes de volver a Aviñón, el cardenal se reunió con los vicarios del territorio papal el 29 de abril de 1357 y los dos siguientes días. En esa reunión publicó su famosa Constitución para los Estados Pontificios "Constitutiones Sanctæ Matris Ecclesiæ", generalmente conocidas como las “Contituciones Egidianas”. Cuando hizo saber a los vicarios reunidos su intención de volver a Aviñón, todos le urgieron a que se quedara, al menos hasta septiembre. Consintió a disgusto y enseguida empezó las operaciones militares contra Ordelaffi. El 21 de junio tomó Casena y Betinoro el 25 de julio. Cando el cardenal salí hacia Aviñón en Septiembre, Ordelaffía aun tenía Forli y unas copas fortalezas más en la Romagna. El23 de octubre el cardenal llegó a Aviñón, fue recibido con grandes honores por el papa y saludado como “Pater Ecclesiae”.
Albornoz permaneció poco tiempo en Aviñón. Su sucesor en Italia, al abad de Cluny, carecía de las habilidades militares para luchar con éxito contra el inteligente y valiente Ordelaffi. Más aún, los intrigas de Giovanni di Vico en las Estados Pontificios y los recientes alborotos en Roma requerían la presencia del cardenal. El papa le ordenó regresar en diciembre de 1358. Enseguida comenzó las operaciones contra Ordelaffi que intentaba comprar la ayuda del Condottiere Lando y su Gran Compañía, pero que Albornoz frustró sus intenciones contratando a Lando. Ordelaffi fue finalmente obligado a rendirse y el 4 de julio de 1359 el cardenal tomó posesión de Forli. Permitió que Ordlaffi gobernara como vicario papal sobre Forlimpopoli y Castrocaro. Mientras Albornoz estaba ausente de Roma se habéis establecido un “septemvirato” para gobernar juntamente con el senador. Consideró imprudente ir contra la voluntad popular y consintió en esta novedad pero reservó al papa la elección del senador. Con la excepción de Bolonia, todos los estados papales reconocían la autoridad del pontífice. Giovanni d'Ollegio que tenía posesión de Bolonia estaba en guerra con Bernabò Visconti de Milán que quería adueñarse de Bolonia. Incapaz de hacer frente al poderoso Bernabò, Giovanni d'Ollegio rindió Bolonia al cardenal que trató inútilmente de llegar a un arreglo amistoso con Bernabé.
Mientras, había muerto Inocencio VI (12 de septiembre). Albornoz rehusó la tiara que le fue ofrecida y se eligió a Urbano V, bajo quien Albornoz siguió las operaciones militares contra Bernabé, cuya obstinada resistencia era el principal obstáculo para la cruzada que Urbano V intentaba organizar contra los Turcos. Cuando todos los demás medios fallaron, Urbano V predicó una cruzada contra Bernabé en la primavera de 1363. En primavera ale cardenal venció en Salaruolo, cerca de Módena, con lo que la redición completa del inflexible tirano era cosa de días.
La idea de una cruzada contra los turcos había tomado posesión del papa y en marzo de 1364 se concluyó una paz precipitada con unas condiciones excesivamente favorables a Bernabó, que recibió 500.000 florines de oro por su rendición de la ciudad y principado de Bolonia.
El cardenal había completado la difícil tarea encomendada por Inocencio VI. Sometido todo el territorio papal a su autoridad, ya era posible que volviera a Roma. Pero Albornoz no recibió la gratitud que se había ganado. Urbano VI dio crédito a los enemigos del cardenal que le acusaron de apropiación indebida de dineros papales y consecuentemente le quitó el control de los asuntos temporales de la Romagna y se lo dio al obispo de Ravena. El cardenal pidió que se le permitiera dejar Roma y dirigió una carta al papa en la que rendía cuentas de sus acciones. El papa descubrió su error y en contestación dio crédito a los inestimables servicios de que Albornoz había realizado por el papado. En 1367 el cardenal recibió al papa en Vitrebo, pero murió antes de la vuelta del pontífice a Roma.
Siguiendo sus deseos fue enterrado en la iglesia de S. Francisco en Asís, pero cuatro años después sus restos fueron trasladados a Toledo. Sus “Constituciones de los Estados pontificios” fueron de los primeros libros impresos en Italia (Jesi 1473) y permanecieron como ley hasta 1816. Es también el compilador de todos los documentos relativos a la sumisión de la Marca de Ancona. Se preservan en los archivos papales bajo el título "Codex legationis Cardinalis Egidii Albornotii". En su testamento (29 de sept. 1364) dejó fondos para la fundación del colegio español de S. Clemente en Bolonia (Collegium Albornotianum) con 24 estudiantes y dos capellanes.
Rashdall (Hist. of Universities, Oxford, 1895, I, 200) dice que fue el primer Colegio Continental “a escala parecida a los que son familiares en las universidades inglesas” y fue el modelo de muchos otros en Italia y España. Aún florece en su antigua sede del siglo dieciséis suntuosamente adornada, llamado Real Colegio de España, bajo el control del gobierno español que enviaba candidatos al servicio diplomático para conseguir la titulación de bachiller de artes de la universidad española.
Bibliografía
WURM, Cardinal Albornoz, der zweite Begründer des Kirchenstaats (Paderborn, 1892); CHRISTOPHE, Hist. de la papauté pendant le XIVe siècle (Paris, 1853), II; SALVI, Il Cardinale Egidio Albornoz e gli archivi di Sanginesio, documenti originali di sua legazione (Camerino, 1890); MURATORI, Annali d'Italia (Venice, 1823), XIX; WERUNSKY, Italienische Politik Papst Innocenz' VI. und König Karls IV. (Vienna, 1878); SEPULVEDA, De vitâ, et rebus gestis Ægidii Albornotii Carilli S. R. E. Cardinalis libri tres (Rome, 1521), Sp. tr. por VELA (Toledo, 1566), y DOCAMPO (Bolonia, 1612); It. tr.por STEPHANO (Bolonia, 1590).
MICHAEL OTT .
Transcrito por Kenneth M. Caldwell .Dedicado a la memoria de Dom McGonigle .
Traducido por Pedro Royo
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