Joseph Hergenröther fue un historiador eclesiástico y canonista, primer cardenal-prefecto de los Archivos Vaticanos; nació en Würzburg el 15 de septiembre de 1824; murió en Merherau (Bodensee) el 3 de octubre de 1890. Fue el segundo hijo de Johann Jacob Hergenröther, profesor de medicina en la Universidad de Würzburg. En 1842, Hergenröther completó con notable éxito su curso en el gimnasio de su ciudad natal, y entró a la Universidad de Würzburg para tomar un curso de dos años de estudios filosóficos, al que agregó ciertas ramas de la teología. Sus tendencias históricas se exhibieron a esta temprana edad en un poema dramático titulado "Papst Gregor VII" (Würzburg, 1841). El obispo von Stahl tomó un vivo interés en el prometedor joven, y en 1844 lo envió al Colegio Germánico en Roma, donde ya había enviado a Denzinger y a Hettinger. Entre sus eruditos profesores estaban Perrone y Passaglia en teología doctrinal, Tomei en teología moral, Ballerini en historia de la Iglesia, Patrizi en exégesis bíblica y Marzio en derecho canónico.
Los problemas políticos de 1848 impidieron la finalización de sus estudios teológicos en Roma; fue ordenado sacerdote el 28 de marzo de ese año y regresó a Würzburg, donde continuó su preparación eclesiástica por otro año. En 1849 fue nombrado capellán en Zellingen, y durante algún tiempo se dedicó con celo a los deberes de su cargo. En 1859 se presentó exitosamente como candidato para el grado de doctor en teología ante la Universidad de Munich, y ofreció como su disertación un tratado sobre la enseñanza Trinitaria de San Gregorio Nacianceno (“Die Lehre von der göttlichen Dreieinigkeit nach d. heil. Gregor von Nazianz, Ratisbona, 1850). Las brillantes cualidades del joven doctor indujeron a la facultad de teología de Munich a ofrecerle un puesto como instructor (privatdozent) en teología, el cual aceptó. Siguiendo el uso antiguo, justificó la confianza de la universidad mediante una tesis impresa (Habilitationschrift) sobre las teorías protestantes posteriores de los orígenes de la Iglesia Católica (“De católica ecclesiæ primordiis Recentiorum Protestantium systemata expeuntur”, Ratisbona, 1851).
De ahí en adelante se dedicó sin reservas a sus deberes profesionales. En 1852 fue llamado a Würzburg, como profesor extraordinario de derecho canónico e historia eclesiástica; después de tres años (1855) fue ascendido a la posesión total de esa cátedra. A sus otros deberes, añadió la enseñanza de la patrología. En esos años Würzburg se regocijaba en la posesión de teólogos tan brillantes como Hettinger, Denzinger, Hähnlein y Hergenröther; su reputación extendió ampliamente la fama de esta vieja escuela de Franconia. Hergenröther fue honrado a menudo por la elección al cargo de decano de su facultad, y ocasionalmente al Senado de la Universidad; nunca ocupó este último cargo debido a su oposición a Döllinger. Por una razón similar nunca fue electo para ser rector de la universidad. Hasta 1869 Hergenröther estuvo ocupado como maestro y escritor, principalmente sobre la historia eclesiástica cristiana y bizantina primitiva. El descubrimiento (1851) del texto cristiano griego conocido como la Philosophoúmena lo llevó a examinar su disputada autoría en una serie de estudios en el "Tübinger Theol. Quartalschrift" (1852) y en el volumen complementario (1856) a la primera edición del "Kirchenlexikon" de Wetzer y Welte. De nuevo defendió la autoría de Hipólito en el "Œsterreichische Vierteljahrschrift f. kath. Theol." (1863).
Hergenröther estaba especialmente interesado en la carrera de Focio y en los orígenes del cisma griego, y mantuvo una investigación continua en las principales bibliotecas para los manuscritos de las obras de Focio, con el fin de exhibir los materiales originales en un texto tan perfecto como podría ser establecido. Esto condujo a la publicación (Ratisbona, 1857) de la obra "Photii Constantinopolitani Liber de Spiritus Sancti mystagogia". Contribuyó con ensayos sobre la misma obra y sobre la "Amphilochia" de Focio al "Tüb. Theol. Quartalschrift" (1858). En 1860 apareció en París la edición de Migne de "Focio" (P.G., CI-CIV), la cual ofreció muchas enmiendas textuales que se debían a Hergenröther, particularmente en la "Amphilochia"; fue contra su voluntad que su edición anterior del "Liber de Sp. Sancti mystagogia" fue reimpresa por Migne. Cuando apareció la obra de Pichler sobre la historia de la separación de las Iglesias orientales y occidentales (Munich, 1864), Hergenröther estaba preparado para criticarlo de la manera más exhaustiva, lo que hizo en una serie de estudios en un periódico teológico de Würzburg, el "Chilianeum" (1864-65), y en el "Archiv. f. kath. Kirchenrecht" (1864-65). Los resultados de sus doce años de investigación sobre la historia del Cisma Griego aparecieron finalmente en la obra clásica "Photius Patriarch von Constantinopel, sein Leben, seine Schriften, und das griechische Schisma" (3 vols., Ratisbona, 1867-69). Un volumen adicional lleva el título: "Monumenta Græca ad Photium ejusque historiam pertinentia" (Ratisbona). En esta obra monumental es difícil decir si el mérito pertenece al amplio conocimiento del autor de todo el material manuscrito, a su profunda erudición o a su actitud tranquila y objetiva. Krumbacher, el historiador de la literatura bizantina, dice que la obra no puede ser superada. En estos volúmenes, Hergenröther expone en minucioso detalle los orígenes de la Iglesia Bizantina, su desarrollo desde el siglo IV y después de la muerte de Focio hasta la desafortunada compleción del cisma en los siglos XII y XIII.
Mientras fue profesor de derecho canónico en Würzburg, Hergenröther publicó varios ensayos histórico-canónicos importantes sobre temas tales como las primeras reordenaciones eclesiásticas (Ester, Vierteljahrsch. f. kath. Theol., 1862), las relaciones canónicas de los diversos ritos en la Iglesia Católica (Archiv f. kath. Kirchenrecht, 1862), las relaciones político-eclesiásticas de España y la Santa Sede (ibid., 1863-66) y el derecho canónico de los griegos hasta finales del siglo IX (ibid., 1870). Su interés en las vicisitudes eclesiásticas de su propia época se manifestó en valiosos ensayos sobre los Estados de la Iglesia después de la Revolución Francesa (Hist.-polit. Blätter, 1859), espíritu de la época (Zeitgeist) y la soberanía papal (Der Katholik, 1861), y el Tratado Franco-Sardo (Frankfort, 1865).
Entre sus ensayos histórico-apologéticos encontramos sus tratados sobre los errores modernos condenados por la Santa Sede en la encíclica (Syllabus) del 8 de diciembre de 1864 (en el Chilianeum, 1865), la veneración de la Santísima Virgen en los primeros diez siglos de la era cristiana (Münster, 1870). Fue colaborador habitual de artículos similares pero más breves para las publicaciones periódicas de Würzburg, "Die katholische Wochenschrift" y el "Chilianeum". Hergenröther se dedicaba constantemente a tratar de desarrollar un sentimiento católico genuino y una vida verdaderamente cristiana entre los fieles. Predicaba con frecuencia, y siempre fue un orador bienvenido en las asambleas generales de las asociaciones católicas alemanas (Vereine; 1863-77). Para la reunión de los obispos prusianos en Fulda (1870) preparó un exhaustivo estudio histórico sobre el despojo de los Estados Pontificios, en el que desarrolló extensamente los argumentos para el poder temporal del papado.
Junto con otros católicos de prudencia y discernimiento, Hergenröther deploraba la actitud que ciertos teólogos católicos habían asumido desde aproximadamente 1860, en particular la del célebre historiador Döllinger. La obra de este último "Kirche und Kirchen, Papsttum und Kirchenstaat" (1861) fue criticada por Hergenröther en "Der Katholik". En la reunión de sabios católicos en Munich (1863), Hergenröther fue uno de los ocho que enviaron una protesta escrita contra el discurso de apertura de Döllinger sobre el pasado y presente de la teología católica. Entre los otros firmantes estaban Heinrich Moufang von Schäzler, Haffner, Philipps, Hettinger y Scheeben. Pronto Hergenröther fue llamado a contestar el panfleto del Dr. Michelis, "Kirche oder Partei? Ein offenes u. freies Wort an den deutschen Episkopat" (“¿Iglesia o Facción? Un discurso franco al episcopado alemán”), en el que este escritor atacaba violentamente a los teólogos de “Maguncia” y “romanos”. La respuesta de Hergenröther apareció en el "Chilianeum" (1865) bajo el título de "Kirche u. nicht Partei. Eine Antwort auf die jüngste Broschüre des Herrn Dr. Fr. Michelis" ([Iglesia y no Facción: una Respuesta al más Reciente Folleto del Dr. Michelis”). En la misma revista (1863) Hergenröther había escrito un relato crítico de los últimos esfuerzos de los católicos occidentales para una reunión eclesiástica con las Iglesias Orientales.
La apertura del Concilio Vaticano (1870) puso de manifiesto el conflicto interno en Alemania. Hergenröther fue el principal defensor del concilio y sus decretos; ya en 1868 había sido nombrado, con Hettinger, consultor para la preparación de los trabajos del concilio y había fijado su residencia en Roma. Su inagotable conocimiento de la historia eclesiástica, el derecho canónico y el dogma católico lo convirtieron en un valioso colaborador en las numerosas cuidadosas y detalladas reuniones preliminares de la comisión del concilio. Mientras tanto, preparó, junto con Hettinger, y publicó en el "Chilianeum" (1869) un memorial de la facultad de teología de Würzburg en respuesta a cinco preguntas, presentadas por el gobierno bávaro, sobre el concilio próximo. También publicó (Der Katholik, 1871) otro memorial bosquejado sobre el Concilio Vaticano, en respuesta a once preguntas sometidas por el Ministro de Culto bávaro a las facultades de teología y derecho de Würzburg. Este memorial, aunque proyectado, nunca fue formalmente requerido por el gobierno.
La oposición al Concilio Vaticano alcanzó su apogeo en la notoria obra "Der Papst und das Concil", por "Janus" (Döllinger). En ese mismo año (1869) Hergenröther preparó su "Anti-Janus", una crítica histórico-teológica (Friburgo, 1870). También publicó una serie de pequeños folletos a favor del concilio y contra Döllinger, por ejemplo, "Die Irrthümer logischer Censor" (Friburgo, 1870), y una crítica a la declaración del doctor Döllinger del 28 de marzo de 1871 (Friburgo, 1871). Su pluma también estuvo activa en el "Historisch-politische Blätter", donde publicó (1870) una serie de artículos sobre el "Allgemeine Zeitung" y sus cartas del concilio, sobre la infalibilidad papal antes del Concilio Vaticano, y sobre los antiguos galicanos y los apelantes modernos. En 1871 publicó el sólido estudio "Das unfehlbare Lehrant des Papstes" [El Infalible Magisterio (oficio docente) del Papa, Passau, 1871]. Estas obras arduas y agotadoras fueron coronadas y parcialmente resumidas por una nueva obra, "Katholische Kirche u. christlicher Staat in ihrer geschichtlichen Entwicklung u. in Beziehung auf die Gegenwart" (La Iglesia Católica y el Estado Cristiano, en su desarrollo histórico y sus relaciones al presente), junto con un "Anti-Janus vindicatus" (Friburgo, 1872, 2da ed. anotada, Friburgo, 1876). La primera es un thesaurus de información relativa a los conflictos politico-eclesiásticos del pasado, y está marcada por un tono católico intransigente. Fue traducida al italiano (Pavía, 1877) y al inglés (Londres, 1876; Baltimore, 1889).
Los amigos y discípulos de Hergenröther lo habían instado a menudo a redactar un manual de historia eclesiástica, pero los trabajos del Concilio Vaticano no le habían dejado tiempo para tal tarea; además, él había estado considerando una extensa obra sobre Iglesia y Estado en el siglo XVIII. Sin embargo, cedió al deseo general y publicó su "Handbuch der allgemeinen Kirchengeschichte" (Manual de Historia Eclesiástica General) en la "biblioteca teológica" de Herder (Friburgo, 1876). Una segunda edición anotada apareció en 1879; en 1880 se añadió un tercer volumen, que contenía las notas y la evidencia documental. Esta obra fue entonces y sigue siendo insuperable por la abundancia de información, la precisión de la narrativa y las múltiples fuentes de pruebas históricas. Apareció una tercera edición (1884-86), en la que las notas ya no se imprimen aparte, sino que acompañan al texto. El escritor de este artículo (Johann Peter Kirsch) fue el editor de una cuarta edición (3 vols., Friburgo, 1902-1909). Cuando se propuso presentar una nueva edición del "Kirchenlexikon" de Wetzer y Welte, naturalmente se sugirió a Hergenröther como el sabio más capaz de ejecutar esta gigantesca tarea. La aceptó, pero se vio obligado a abandonarla apenas comenzada, pues su elevación a la dignidad de cardenal con la obligación de una residencia en Roma, no le dejó libertad para la empresa. El primer volumen contiene muchos artículos de su pluma, algunos de ellos bastante largos. No pudo hacer tanto por los otros volúmenes —en total hay ochenta y siete artículos firmados por él.
Otras tareas literarias menores consumieron sus horas libres en el último período de su vida en Würzburg. Los diversos temas fueron Pío IX (Würzburg, 1876); Atanasio el Grande (Colonia, 1876); el Cardenal Maury en "Katholische Studien" (Würzburg, 1878); una breve historia sobre los Papas (Würzburg, 1878); el voto de pobreza entre los monjes orientales en "Archiv f. kath. Kirchenrecht" (1877); el significado canónico de la nominación (ibid., 1878). Los sólidos e importantes trabajos de Hergenröther en los departamentos de historia eclesiástica y derecho canónico, y su firme actitud ante las grandes cuestiones eclesiásticas de la época, le ganaron la confianza de todos los obispos y eruditos católicos de Alemania. En 1877 Pío IX reconoció sus servicios al Concilio Vaticano y las ciencias eclesiásticas al nombrarlo prelado doméstico. Cuando León XIII determinó abrir los Archivos Vaticanos a los eruditos del mundo, encontró en él al sabio a quien le podía confiar seguramente la ejecución práctica de este generoso acto.
Hergenröther fue nombrado cardenal-diácono de San Nicolò en Carcere, el 12 de mayo de 1879, para gran alegría de todos los alemanes, y particularmente los católicos bávaros. Posteriormente fue transferido a Santa María en Via Lata. También fue nombrado cardenal-prefecto de los Archivos Apostólicos, un nuevo cargo que él fue el primero en ocupar y en el que se le encomendó el establecimiento de trabajo investigativo sobre los Archivos Vaticanos y la sistematización, en líneas científicas, de trabajo erudito en medio de estos ricos tesoros. Los numerosos trabajadores históricos que han laborado en los archivos desde 1879 reconocen que ejecutó los puntos de vista de León XIII de manera satisfactoria e incluso generosa. Hergenröther también fue miembro de varias Congregaciones Romanas (Índice, Estudios y Asuntos Eclesiásticos Extraordinarios), y protector de varios institutos religiosos. Se dedicó, además, a editar la correspondencia oficial (Regesta) de León X, una tarea bastante ingrata y de gran dificultad, debido a la letra extremadamente mala de esa época. Fue eficientemente ayudado por su hermano menor, Franz Hergenröther, quien lo había acompañado a Roma. Antes de su muerte el cardenal publicó ocho partes o fasciculi de esta extensa obra, "Leonis X Pont. Maximi Regesta", Vol. I (Friburgo, 1884-85). Una pequeña parte del segundo volumen fue publicada (Friburgo, 1891) por su hermano y compañero editor, desde entonces la publicación ha cesado debido al regreso de este último a Würzburg como canónigo capitular de la catedral.
A pesar de las arduas cargas que ahora pesaban sobre él, el cardenal Hergenröther emprendió otra obra de la naturaleza más exigente: la continuación de la "Historia de los Concilios" de Hefele, dos volúmenes de los cuales publicó antes de su muerte (vol. VIII, Friburgo, 1887; vol. IX, 1890). El último volumen contiene la historia preliminar del Concilio de Trento y también es una historia de la Reforma luterana. Sufrió mucho en los últimos años de su vida, como resultado de un ataque apoplético que lo paralizó gravemente, aunque no afectó el brillo y el vigor de su intelecto. Pudo mantener su trabajo literario hasta el día de su muerte. Durante las vacaciones de verano de 1880 se instaló en la abadía cisterciense de Mehrerau (en el Bodensee), cuya hospitalidad había disfrutado más de una vez. En este lugar apartado se encontró con otro ataque apoplético y murió. Fue enterrado en la iglesia de la abadía. En 1897, sus amigos erigieron en su memoria y le dedicaron (25 de marzo) un monumento adecuado.
Bibliografía: STEINER, Cardinal Hergenröther in Der Episcopat der Gegenwart in Lebensbildern dargestellt (Würzburg, 1882); HEINRICH, Cardinal Hergenröther in Der Katholik (1890), II, 481-99; HOLLWECK, Ein bayerischer Cardinal in Historisch-politische Blätter, CVI (1890), 721-29; STAMMINGER, Rede zum Gedächtnisse Cardinal Hergenröthers (Friburgo, 1892); ZOBI, Trauerrede beim Leichenbegängnisse Sr. Eminenz des Cardinals Hergenröther (Feldkirch, 1890); NIRSCHL, Gedächtnissrede (Würzburg, 1897); LAUCHERT in Allgem. deutsche Biogr., s.v.
Fuente: Kirsch, Johann Peter. "Joseph Hergenröther." The Catholic Encyclopedia. Vol. 7, pp. 262-264. New York: Robert Appleton Company, 1910. 26 Oct. 2019 <http://www.newadvent.org/cathen/07262a.htm>.
Traducido por Luz María Hernández Medina
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Procura comentar con libertad y con respeto. Este blog es gratuito, no hacemos publicidad y está puesto totalmente a vuestra disposición. Pero pedimos todo el respeto del mundo a todo el mundo. Gracias.