Cristiano de Tróade, en cuya casa se dejó Pablo un manto la última vez que pasó por esa ciudad. Probablemente el año 67, el Apóstol, prisionero en Roma por segunda vez, encarga a su discípulo Timoteo, cuya visita espera, que recupere esa prenda y se la lleve junto con otros objetos, "libros y sobre todo pergaminos (2 Tm 4,13)". Tradiciones no autorizadas por ningún texto antiguo sostienen que Carpo fue obispo de Tróade, o bien obispo de Berea en Macedonia, de Berito en Fenicia, o el sucesor de Tito en Creta.
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