Ciudad real cananea conquistada por Josué, que la consagró al anatema, y ejecutó a su rey (Jos 10,28 y 12,16). Los guerreros de Israel habían perseguido hasta su territorio al ejército de los coaligados cananeos del Sur, diezmado en la región de Gabaón (Jos 10,10). Los cinco reyes vencidos, puestos en fuga con sus tropas, se refugiaron entonces en la "gruta de Maquedá"; allí fueron enterrados después de su captura y su ejecución (Jos 10,16-27). La propia ciudad, situada en el límite de la Tierra Baja, verosímilmente en las proximidades de Laquis, fue asignada a Judá en el reparto de la Tierra Prometida (Jos 15,41).
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