Prefecto de la acrópolis, es decir, comandante de la guarnición de Jerusalén que se encontraba allí entonces, antes de su traslado a la ciudadela (1 Hch, 1M 1,33-35), en nombre del rey seléucida Antíoco IV Epifanes. Encargado de percibir los impuestos, los reclamaba en vano al gran sacerdote Menelao. Los fueron convocados por el rey a Antioquía (2M 4,28-29).
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