Hijo del infame Carpócrates, maestro de la gnosis del s.II,. Se ha conservado una de las epístolas de Epífanes, en la que dice que cuando el Señor prohibió codiciar o raptar a la mujer del prójimo no le decía en serio, que por algo el mismo Dios había creado el deseo sexual y los objetos más deliciosos del mundo, y que además debió ser su designio que los humanos lo compartiesen todo. La tradición de Carpócrates y Epífanes llamada el gnosticismo carpocratense horrorizó a los cristianos ortodoxos e incluso a otros gnósticos, en particular por sus enseñanzas comunistas, calificadas de "libertinaje".
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