El término armario es un derivado, a través del francés, del clásico armarium, o del latín medieval almarium.
Su significado original era un aparador y nunca ha perdido este sentido
más general, pero incluso en el latín clásico había adquirido, además,
el significado especial de un anaquel para sostener libros. Este
significado limitado fue de amplia prevalencia en la Edad Media. Así, en la regla del siglo X de Cluny a la biblioteca se le llama armarium, y al oficial que estaba a cargo de la misma, armarius; mientras que por un acuerdo que fue larga y ampliamente observado tanto en la Orden Benedictina como en otras casas monásticas, este armarius, o bibliotecario, fue por lo general idéntico al chantre.
En el glosario anglosajón de Aelfric, compilado a principios del siglo XI, la palabra anglosajona bochord (depósito de libros, es decir, biblioteca) es interpretada bibliotheca vel armarium vel archirum. De forma similar era un proverbio común en las casas religiosas, que vemos ya en 1170, que claustrum sine armario est quasi castrum sine armamentario (un monasterio sin una biblioteca es como una fortaleza sin arsenal). Además de esto, debido al número de aparadores y armarios necesarios para almacenar las vestimentas, vasos, etc., la palabra armaruim también fue usada a menudo para designar la sacristía, aunque quizás esto se debió también al hecho de que los libros en muchos casos se guardaban en la sacristía. El alemán la palabra Almerei, un derivado de armarium, tiene el significado de sacristía.
Fuente: Thurston, Herbert. "Aumbry." The Catholic Encyclopedia. Vol. 2. New York: Robert Appleton Company,1907. 3 Mar. 2012 <http://www.newadvent.org/cathen/02107b.htm>.
Traducido por Luz María Hernández Medina.
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