Filósofo escolástico francés del siglo XIV; nació en Béthune, en el distrito de Atois, hacia el final del siglo XIII; se desconoce la fecha de su muerte. Estudió en la Universidad de París con el nominalista Guillermo de Ockham; fue profesor de la facultad de artes, procurador de la “Nación” de Picardía y (en 1327) rector de la universidad. En 1345 fue uno de los embajadores enviados por la universidad a la corte papal de Aviñón. También se dice que ayudó en la fundación de la Universidad de Viena; sin embargo, es probable que Buridan nunca fue a Viena, pues es cierto que estaba en París en 1358 y el padre Denifle
ha mostrado (Chartul. Univ., Paris, II, 646) que la universidad de
Viena no fue fundada hasta 1365, cuando Buridan era tan anciano que
difícilmente pudo haber emprendido tal viaje. Sus obras principales son:
"Compendium Logicae", "Summa de Dialectica, y "Commentaries" sobre las
obras de Aristóteles,
la más importante de las cuales fue sobre la “Política”. Dullard
publicó una edición completa en París, 1500, que ha sido reimpresa con
frecuencia, por ejemplo, Oxford 1637, Londres 1641
Buridan no era teólogo. En filosofía, pertenecía a la escuela
de los nominalistas o terministas de Ockham, a la que se adhirió a
pesar de las reiteradas condenas. También fue seguidor de aquella
determinada forma de escepticismo que apareció en la filosofía escolástica de aquel tiempo y que surgió del creciente sentido de la inadecuación de la razón
para resolver los más altos problemas del pensamiento. En su
“Compendium Logicae” desarrolló por extenso el arte de encontrar el
término medio de una demostración, y eso, con el paso del tiempo
(se menciona por primera vez en 1514) vino a ser conocido como “El
Puente de los Asnos”, es decir, el puente por el que los escolares
estúpidos eran incapaces de pasar del término de silogismo menor o mayor
al del medio. Aún más conocida es la frase “El Asno de Buridan” que se
refiere al “caso” de un burro hambriento colocado entre dos cargas de
heno iguales en cantidad y calidad e igualmente distantes. El animal
colocado así, argüía el dialéctico, nunca podría decidir a qué carga de
heno dirigirse y como consecuencia moriría de hambre. El “caso” no se
halla en los escritos de Buridan (aunque el problema que propone se
encuentra en Aristóteles) y puede haber sido inventado por un oponente
para mostrar lo absurdo de la doctrina de Buridan.
Esa doctrina comenzaba por negar la distinción entre las distintas facultades del alma. La voluntad y el intelecto,
decía Buridan, son lo mismo. De ahí que decir que la voluntad es libre
en algún sentido excepto en el que el intelecto es también libre, es
decir que la voluntad es más libre que sí misma. La libertad de la
voluntad es la libertad de toda el alma. La libertad humana consiste,
pues, en el poder de elegir entre dos o más alternativas deseables (libertas oppositionis).
Cuando el intelecto presenta una alternativa como mejor (o mayor) que
la otra, la voluntad debe elegir la primera. Cuando la voluntad presenta
dos alternativas como igualmente deseables, no puede haber elección.
(Aquí, probablemente, el oponente introdujo el ejemplo del asno para
ridiculizar la postura de Buridan). La voluntad sin embargo aún tiene
otro recurso: puede posponer su decisión: dirigir el intelecto a
considerar sólo una alternativa, y cuando la otra alternativa, aunque
sea mejor (más alta), desaparece de la conciencia,
la voluntad puede llegar a una decisión y elegir, si, de hecho, su acto
se puede llamar así en absoluto. Por consiguiente, Buridan mantiene que
en un conflicto de motivos el motivo más fuerte siempre prevalece ---la
voluntad está “determinada” por el motivo más fuerte. No es un
voluntarista. La voluntad, dice, es inferior al intelecto, porque la
primera presupone la acción del último, y depende de él; y es por medio
del intelecto, y no por medio de la voluntad, que el hombre se aferra a la felicidad suprema.
Bibliografía: Stockl, Gesch. der Phil. des Mittelalters
(Maguncia, 1865), II, 1023 ss.; Id., Lehrb. der Gesch.der Phil.
(Maguncia, 1888), I, 478; tr. Finlay (Dublín, 1903), 427; Turner, Hist.
of Phil. (Boston, 1903), 408; Ueberweg, Gesch. der Phil. (Berlín, 1905),
II, 347; tr. Morris (Nueva York, 1890), I, 465.
Fuente: Turner, William. "Jean Buridan." The Catholic Encyclopedia. Vol. 3. New York: Robert Appleton Company, 1908. <http://www.newadvent.org/cathen/03078a.htm>.
Traducido por Pedro Royo. Lhm
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