(heb. y aram. Bêlshatstsar y Bélshaztstsar, "caudillo [príncipe] de Bel"; bab. Bêl-shar-utsur, "¡Bel, protege al rey!"). De acuerdo con Dn. 5:2, 30, 31, el último rey de los caldeos. Durante mucho tiempo, Belsasar era desconocido fuera de la Biblia y de los escritos judíos o cristianos basados en Dn. 5. Todas las fuentes seculares que trataban del fin del Imperio Babilónico señalaban a Nabonido como el último rey. Sin embargo, los descubrimientos 153 de los últimos 100 años han identificado a Belsasar. Por numerosos documentos cuneiformes contemporáneos, ahora se sabe que fue el hijo mayor de Nabonido y que ya por el 560 a.C. -4 años antes que su padre ascendiera al trono- era un alto funcionario de la corte, y que Nabonido, en "el tercer año" (probablemente el 3er año oficial de su reinado, aunque habría otras interpretaciones para la expresión), "confió la soberanía" a su hijo mayor (como corregente) y también puso al ejército de Babilonia bajo su comando. La elevación al reinado ocurrió en vísperas de una campaña militar contra Tema, en el interior de Arabia del Norte. Después de capturar Tema, Nabonido la reedificó, la proclamó ciudad de su residencia y permaneció en ella por 10 años. Durante ese período, los deberes oficiales del rey en Babilonia fueron realizados por Belsasar. Entre ellos, los del período de duelo por la madre de Nabonido, quien falleció por esos años. 74. Ladera de una colina en Belén con campos en forma de terraza y la Iglesia de la Natividad en el centro, al fondo. La afirmación de Daniel de que Belsasar era "el rey" ha sido plenamente vindicada. Aún no se ha hallado una confirmación de que Belsasar fuera descendiente de Nabucodonosor (según Dn. 5:2); pero, como resultado de los estudios de Dougherty, parece razonable suponer que la madre de Belsasar habría sido una hija del gran rey, y por eso, Belsasar sería nieto de Nabucodonosor. De acuerdo con la costumbre semítica, a menudo se usaba la palabra "padre" con el sentido de "abuelo" o "antepasado". Dn. 5 describe el banquete que presidió Belsasar la noche cuando los persas capturaron Babilonia. Declara que mientras el rey bebía vino en los vasos sagrados del templo de Jerusalén, su suerte quedó escrita en una escritura misteriosa que apareció en la pared enlucida del salón del banquete. También señala cómo Daniel interpretó el mensaje y cómo se cumplió antes del amanecer. Jenofonte sugiere que el rey murió durante la captura de Babilonia. Bib.: Raymond P. Dougherty, Nabonidus and Belshazzar [Nabonido y Belsasar] (New Haven, Conn., 1929); CBA 4:826-835; G. F. Hasel, AUSS 15 (1977):153-168; J-C vii,5.15, 30.
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