viernes, 7 de noviembre de 2014

Genealogía de Cristo

Se admite generalmente que la genealogía Bíblica de Cristo implica varias dificultades exegéticas; pero los racionalistas no tienen ninguna razón sólida para rehusar admitir cualquiera de las soluciones intentadas, tampoco nosotros podemos estar de acuerdo con recientes escritores que han dejado, toda esperanza, de armonizar las genealogías de Cristo encontrados en el Primer y Tercer Evangelios. La verdadera condición de la pregunta se hará evidente estudiando, primero separadamente, las genealogías Bíblicas de Cristo, después en yuxtaposición, y finalmente en relación a ciertas excepciones para su armonización o concordancia.
1. San Mateo y su genealogía de Cristo 2. San Lucas y su genealogía de Cristo 3. Concordancia entre San Mateo y San Marcos 4. Excepciones a la explicación precedente


SAN MATEO Y SU GENEALOGÍA DE CRISTO
La genealogía de Cristo según el Primer Evangelista desciende de Abraham a través de tres series de catorce miembros cada una; la primera pertenece al orden patriarcal, la segunda al real y la tercera al de ciudadanos privados. Mateo 1:17, muestra que este ordenamiento fue intencional; porque el escritor expresamente expone: "De manera que todas las generaciones, de Abraham a David, fueron catorce generaciones. Y de David a la transmigración de Babilonia, fueron catorce generaciones y de la transmigración de Babilonia a Cristo fueron catorce generaciones"
1ª Serie 1. Abraham 2. Isaac 3. Jacob 4. Judá 5. Fares 6. Esrom 7. Aram 8. Aminadab 9. Naasón 10. Salmón 11. Booz 12. Obed 13. Isaí 14. David
2ª Serie 
1. Solomón 2. Roboam 3. Abías 4. Asa 5. Josafat 6. Joram 7. Uzías 8. Jotam 9. Acaz 10. Ezequías 11. Manasés 12. Amón 13. Josías 14. Jeconías
3ª Serie 
1. Jeconías 2. Salatiel 3. Zorobabel 4. Abiud 5. Eliaquim 6. Azor 7. Sadoc 8. Aquim 9. Eliud 10. Eleazar 11. Matán 12. Jacob 13. José 14. Jesús


La lista del Primer Evangelista omite a ciertos miembros en la genealogía de Cristo:
El escritor da sólo tres nombres durante el tiempo del exilio egipcio (Esron, Aram, y Aminadab), aunque el período duró 215 o 430 años; esto concuerda con Génesis 15:16, donde Dios promete guiar a Israel, de vuelta en la cuarta generación. Pero según Génesis 15:13, el extranjero afligirá a Israel durante cuatrocientos años.
Los tres nombrados Booz, Obed e Isaí cubren un período de 366 años. Omitiendo otras explicaciones menos probables, la dificultad se resuelve más fácilmente admitiendo una laguna entre Obed e Isaí.
Según I Paralipómenos 3:11-12, Ocozías, Joas, y Amasías median entre Joram y Azarías (el Uzías de San Mateo); estos tres nombres no pueden haber sido desconocidos para el Evangelista, ni puede suponerse que fueron omitidos por los transcriptores y por esta conjetura se destruiría el cómputo de catorce reyes, del Evangelista.
Según I Paralipómenos 3:15, Joaquín interviene entre Josías y Jeconías. Nosotros podemos aplazar la pregunta si San Mateo habla de sólo un Jeconías o de dos personas que llevan ese nombre; ni hay necesidad de exponer aquí todas las dudas o dificultades conectadas con cualquier respuesta.
San Mateo pone sólo nueve eslabones entre Zorobabel y San José para un período que cubre unos 530 años, así que cada generación debe haber durado más de 50 años. La genealogía como la presenta San Lucas enumera dieciocho generaciones para el mismo período, número que concuerda mejor con el curso ordinario de los eventos.
Acerca de la omisión de miembros en las listas genealógicas ver GENEALOGÍA.

SAN LUCAS Y SU GENEALOGÍA DE CRISTO
La genealogía en Lucas 3:23-28 asciende de José a Adán y hasta Dios; esta es la primera diferencia notable entre las genealogías presentadas en el Primer y Tercer Evangelio. Otra diferencia se encuentra en su disposición: San Mateo pone la lista al principio de su Evangelio; San Lucas, al principio de la vida pública de Cristo. El carácter artificial de la genealogía de San Lucas puede observarse en la tabla siguiente:
1ª Serie 1. Jesús 2. José 3. Elí 4. Matat 5. Leví 6. Melqui 7. Jana 8. José 9. Matatías 10. Amós 11. Nahúm 12. Esli 13. Nagai 14. Maat 15. Matatías 16. Semei 17. Josec 18. Judá 19. Joanán 20. Resa 21. Zorobabel
2ª  Serie 
22. Salatiel 23. Neri 24. Melqui 25. Adi 26. Cosam 27. Elmadan 28. Er 29. Jesús 30. Eliezer 31. Jorim 32. Matat 33. Leví 34. Simeón 35. Judá 36. José 37. Jonam 38. Eliaquim 39. Melea 40. Mena 41. Matata 42. Natán
3ª  Serie 
43. David 44. Isaí 45. Obed 46. Booz 47. Sala 48. Naasón 49. Aminadab 50. Aram 51. Esrom 52. Fares 53. Judá 54. Jacob 55. Isaac 56. Abraham
4ª  Serie
57. Taré 58. Nacor 59. Serug 60. Ragau 61. Peleg 62. Heber 63. Sala 64. Cainán 65. Arfaxad 66. Sem 67. Noé 68. Lamec 69. Matusalén 70. Enoc 71. Jared 72. Mahalaleel 73. Cainán 74. Enós 75. Set 76. Adán 77. Dios


De la estructura artificial de esta lista pueden deducirse las siguientes peculiaridades: contiene once septénios de nombres; tres septénios nos llevan de Jesús a la Cautividad; tres, desde la cautividad al tiempo de David, dos, de David a Abraham, tres, asimismo, desde el tiempo de Abraham a la creación de hombre. San Lucas no llama
explícitamente la atención sobre la construcción artificial de su lista, pero este silencio, no prueba que el número repetitivo de nombres no sea intencional, al menos en la fuente del Evangelista. En la genealogía de San Lucas, los nombres Isaí, Obed, Booz, también cubren un periodo de 366 años; Aminadab, Aram, Esron llenan un hueco de 430 (o 215) años, así que aquí se deben haber omitido varios nombres. En la cuarta serie que da los nombres de patriarcas del antediluviano y postdiluviano, Cainán se ha insertado según lectura de la Septuaginta. El texto hebreo no contiene este nombre.

CONCORDANCIA ENTRE SAN MATEO Y SAN MARCOS

La cuarta serie de la lista de San Lucas cubre el período entre Abraham y la creación del hombre, San Mateo no alcanza ese tiempo, así que no puede haber cuestión de concordancia. La tercera serie de San Lucas concuerda nombre por nombre con la primera de San Mateo, solamente el orden de los nombres está invertido. En esta sección las genealogías, más que meramente en armonía están bastante idénticas. En la primera y segunda serie, San Lucas presenta los descendientes de David a través de su hijo Natán, mientras que San Mateo enumera, en su segunda y tercera serie, a los descendientes de David, a través de Salomón. Es verdad que el Primer Evangelio da sólo veintiocho nombres para este período, contra los cuarenta y dos nombres del Tercer Evangelio, pero no puede esperarse que dos líneas diferentes de descendientes, deban mostrar el mismo número de vínculos para un período de mil años. Resumiendo, desde el carácter inspirado de las fuentes, uno está dispuesto considerar el número dado por el Tercer Evangelista, como más en armonía con la extensión de tiempo, que el número del Primer Evangelio; pero hemos señalado, que San Mateo omitió conscientemente varios nombres en su lista genealógica, para reducirlos al múltiplo requerido de siete.

EXCEPCIONES A LA EXPLICACIÓN PRECEDENTE
Se proponen tres dificultades principales contra la concordancia anterior de las genealogías: ¿Primera, cómo pueden converger ellos en San José, si dan linajes diferentes de la descendencia de David ? ¿Segunda, cómo podemos considerarla para su convergencia en Salatiel y Zorobabel ? ¿Tercera, qué sabemos sobre la genealogía de la Santa Virgen ?
Primera Dificultad
La convergencia de las dos líneas genealógicas distintas en la persona de San José, se ha explicado de dos maneras:
La genealogía de San Mateo es, la de San José. La de San Lucas, la de la Santa Virgen. Esta controversia implica que la genealogía de San Lucas incluye, solo aparentemente, el nombre de José. Esta basada en el texto griego recibido, on (os enomizeto ouios Ioseph) tou Heli, "siendo el hijo de Heli"( tal como se supuso, verdaderamente, de José). Este paréntesis realmente elimina el nombre de José de la genealogía de San Lucas, y hace a Cristo, por medio de la Santa Virgen, directamente, hijo de Heli. Esta consideración es sostenida por una tradición que designa al padre de la Virgen Bendita "Joaquín", una variante de la forma: Eliacim, o su abreviación Eli: una variante de Heli, la cual se encuentra en la genealogía del Tercer Evangelista. Pero estas dos consideraciones ocultas del texto recibido y del nombre tradicional del padre de María, que favorecen la visión de San Lucas sobre la genealogía de la Santa Virgen, se contrapesan con dos consideraciones similares que hacen que la lista de San Lucas termine con el nombre de José. Primero, el texto griego preferido por los críticos textuales, on ouios, hos enomizeto, Ioseph tou Heli, leen "siendo hijo, tal como se supuso, de José, hijo de Heli", así el paréntesis anterior se vuelve menos probable. Segundo, según Patrizi, la visión de San Lucas en la genealogía de María empezó a ser defendida solamente hacia fines del decimoquinto siglo por Annio de Viterbo, y tuvo seguidores en el decimosexto. San Hilario menciona esta opinión, como adoptada por muchos, pero él la rechaza (Mai, "Nov. Bibl, Patr"., t. I, 477). Puede decirse con seguridad que la tradición patrística considera que la lista de San Lucas, no representa la genealogía de la Santa Virgen.
Tanto, San Mateo, como San Lucas dan la genealogía de San José, uno a través del linaje de Salomón y el otro a través de Natán. ¿Pero cómo pueden converger ambas líneas en San José? San Augustín sugirió que José, hijo de Jacob y descendiente de David a través de Salomón, podría haber sido adoptado por Heli y así, podría haber llegado a ser descendiente adoptivo de David, a través de Natán. Pero Augustín fue el primero en abandonar esta teoría después de conocer la explicación ofrecido por Julio el Africano. Según éste, Estha se casó con Matán, un descendiente de David a través de Salomón, y vino a ser la madre de Jacob. Después de la muerte de Matán, ella tomó por segundo marido a Matat, un descendiente de David a través de Natán, y por él vino a ser madre de Heli. Jacob y Heli fueron, por consiguiente, hermanos uterinos. Heli se casó, pero murió sin descendencia; por eso, su viuda vino a ser, por el levirato (Nota del traductor: Levitario (del latín levir: cuñado). En la ley mosaica, obligación que tenía el hermano del que moría sin hijos de casarse con la viuda), esposa de Jacob, y dio a luz a José que fue hijo carnal de Jacob, pero hijo legal de Heli, combinando así en su persona dos linajes de los descendientes de David. La explicación parecerá más clara en el diagrama siguiente:
MATAT (2º marido de ESTHA) --- viuda de ----------------- MATHAN
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HELI ( dejó viuda sin hijos) --- después por levirato, mujer de --- JACOB
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JOSÉ ( hijo de levirato) JOSÉ


Segunda Dificultad
La segunda dificultad alegada, contra la concordancia entre las dos genealogías, se basa en la aparición de los nombres Zorobabel y Salatiel en ambas listas; aquí, nuevamente, dos linajes distintos descendientes de David parecen converger. Y nuevamente, dos respuestas son posibles:
Se admite usualmente que los dos nombres en la lista de San Mateo, son idénticos a los dos en la serie de San Lucas; pues deben de haber vivido aproximadamente en la misma época, y siendo nombres tan raros, sería extraño encontrarlos apareciendo al mismo tiempo, en el mismo orden y en dos series genealógicas diferentes. Pero dos matrimonios de levirato explicarán la dificultad. Melqui, descendiente de David a través de Natán, puedo haber engendrado a Neri por la viuda del padre de Jeconías; esto hizo hermanos uterinos a Neri y a Jeconías. Jeconías puedo haber contraído, entonces, un matrimonio levirato con la viuda del Neri sin hijos, y engendrar a Salatiel que fue, por consiguiente, hijo levirático de Neri. Zorobabel hijo de Salatiel engendró a Abiud; quien también pudo haber sido obligado a pactar un matrimonio levirato con la viuda de un pariente legal sin hijos, perteneciente a los descendientes de David a través de Natán y haber engendrado a Reza y así, continuar legalmente el linaje de Natán.
Una solución más simple de la dificultad se obtiene, si no admitimos que: el Salatiel y el Zorobabel que aparecen en la genealogía de San Mateo son idénticos a aquéllos de San Lucas y que las pruebas anteriores de su identidad son convincentes. Si Salatiel y Zorobabel se distinguieran en absoluto entre los descendientes de Salomón, ¿no sería asombroso que aproximadamente al mismo tiempo, dos miembros de los descendientes de Natán, deban ser llamados así, después?. El lector observará que solamente sugerimos posibles respuestas a la dificultad. Con tal que éstas posibilidades puedan señalarse, nuestros oponentes no tienen ningún derecho para negar, que puedan armonizarse las genealogías que se encuentran en el Primer y Tercer Evangelio.
Tercera Dificultad
¿Cómo puede llamarse a Jesús Cristo " hijo de David", si la Virgen Santa no es una hija de David?.
Si en virtud del matrimonio de José con María, Jesús pudo llamarse hijo de José, por la misma razón pudo llamarse "hijo de David" (San Agustín, Sobre la Concordancia de los Evangelios, II, i, 2).
La tradición nos dice también que María fue descendiente de David. Según Números 36:6-12, solo una hija tenía que casarse en su propia familia, para afianzar el derecho de herencia. Después de San Justino (Adv. Tryph. 100) y San Ignacio (Carta a los Efesios 18), los Padres generalmente estuvieron de acuerdo en mantener la descendencia Davídica de María, conociendo esto por tradición oral o lo dedujeron de la Escritura, ej. Romanos 1:3; II Timoteo 2:8. San Juan Damasceno (Del fid. Orth, IV, 14) expone que el bisabuelo de María, cestero, fue un hermano de Matat, que su abuelo, vendedor de cestas, fue primo de Heli y que su padre Joaquín, primo de José, hijo levirato de Heli. Aquí Matat ha sido sustituido por Melqui, puesto que el texto usado por San Juan Damasceno, Julio el Africano, San Ireneo, San Ambrosio, y San Gregorio de Naziano omite las dos generaciones que separan a Heli de Melqui. De todos modos, la tradición presenta a la Santa Virgen como descendiente de David, a través de Natán.
KNABENBAUER en HAGEN, Lexicon Biblicum (París, 1907), II, 389 sq.; PRAT en Dictionnaire de la Bible (París, 1903), III, 166 sqq. La pregunta también se trata en las recientes Vidas de Cristo de FOUARD, DIDON, GRIMM, etc. El lector encontrará el asunto también tratado en los comentarios sobre el Evangelio de San Mateo o San Lucas, ej. KNABENBAUER, SCHANZ, FILION, MACEVILLY, etc. DANKO, Historia revelationis divinae Novi Testamenti (Viena, 1867), 180-192, ofrece todas las publicaciones principales sobre la cuestión, hasta 1865.

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