Decir que en Ciudad del Vaticano nacen pocos niños es una perogrullada, porque, de lo contrario, estaría feo. Pero para cuando eso ocurre, hay un Registro Civil como Dios manda, y ese Registro Civil se inauguró el 17 de junio de 1929. Ese día se inscribió al primer nacido dentro de los límites del Vaticano, pero, teniendo en cuenta que el país sólo existía desde cuatro meses antes, está claro que el crío fue concebido en el extranjero.
Ciudad del Vaticano existe como país desde febrero de 1929, por eso todos los nacidos anteriormente en el recinto de la Santa Sede eran simplemente romanos. Tampoco es que nazcan una enormidad de críos en el Vaticano; de hecho, es el país con el índice de natalidad más bajo del mundo, pese a que su gobierno es el más preocupado por la baja tasa de nacimientos en el planeta Tierra. Lo que pasa es que no se les puede sugerir que prediquen con el ejemplo.
Otro asunto son los bautizados, en su mayoría hijos de parejas que trabajan como funcionarios de la Santa Sede, y que suelen contar con el privilegio de ser cristianados por el papa. Uno de los bautizos multitudinarios se produjo el 13 de enero de 2007, día en que Benedicto XVI bautizó a trece críos en la Capilla Sixtina. El dato de 13 niños bautizados el día 13 arroja un nuevo dato: en el Vaticano no son supersticiosos.
La cuestión demográfica vaticana es muy curiosa, porque es un Estado que cuenta sólo con alrededor de 900 habitantes. Pero según el padrón elaborado por Ciudad del Vaticano, sólo 557 de ellos tienen la ciudadanía vaticana. Si tenemos en cuenta que de esos 557 ciudadanos vaticanos, vaticacenses o vaticaceños sólo 43 son laicos, así se entiende cómo tienen tan poca prole.
El resto son cardenales, eclesiásticos y los 101 componentes de la Guardia Suiza, que, vaya por Dios, son los únicos que están en edad de merecer porque tienen entre diecinueve y treinta años. Lamentablemente, para ejercer como guardias suizos también se les exige soltería, con lo cual es del todo imposible que la población del Vaticano alcance niveles mínimamente decentes de natalidad. Así no hay quien pueda.
NIEVES CONCOSTRINA.
MENUDAS HISTORIAS DE LA HISTORIA.