“ENSEÑANZA Y NACIONALISMO INTELECTUAL AL FINAL DE LA COLONIA”
La educación indígena y la instrucción elemental.
La
educación indígena durante la colonia era muy pobre, puesto que se le
daba más preferencia a los hijos de las personas con mejor estatus
social, estos niños eran quienes principalmente recibían una educación
que les permitiera superarse, asistían a mejores escuelas, al principio
como todos los niños de la Colonia tenían que asistir a las
escuelas-templos donde les enseñarían a leer, escribir, cantar, tocar
instrumentos y la doctrina cristiana. (Su desarrollo se encuentra en un
apartado más adelante). Esta educación la prescindían los frailes que
venían de Europa, quienes no sabían cómo comunicarse, pero pronto
decidieron enseñar latín y por medio de señas, y quienes ellos llamaron “indios”
resultaron ser muy inteligentes que al cabo de medio año ya podían
comunicarse con los frailes. Así que comenzó la conversión, puesto que
los españoles se basaron en su religión para conquistarnos y así
tenernos más fácil bajo su control y dominio, por medio de los niños
educados comenzó la destrucción de nuestro México Prehispánico.
Pero
poco más adelante durante el final del siglo XVIII los novohispanos
confirmaban su confianza en sí mismos, y existió entonces un comentario
negativo que ofendía irritaba: la inferioridad intelectual de los
habitantes del nuevo mundo. Esto fue reportado como un error de parte de Manuel Fabri.
Pero
se fomentó un orgullo marcado en la capacidad intelectual y los logros
culturales de los novohispanos y los indígenas precolombinos y se
fomentó un resentimiento frente a tramas y calumnias perpetradas por los
españoles en su contra. Este nacionalismo intelectual se intensifico
debido a tres acontecimientos: la pelea académica de españoles y
criollos, la política discriminatoria de empleos y el contacto entre
criollos y jesuitas exiliados. En las cuatro instituciones educativas
promovidas por la Corona presentaron un reto intelectual que pusieron en
tela de juicio la teoría y la práctica de los novohispanos:
Anatomía practica en el hospital de indios → la anatomía comparada.
La enseñanza del arte neoclásico en la Academia de San Carlos → el arte barroco y el neóstilo.
El sistema botánico de Linneo en el Jardín Botánica → la descripción botánica de Hernández.
El método de Born promovido por los profesores del Colegio de Minería → el método de patio.
Pero perduraba un ambiente de resentimiento debido al trato preferencial dado a los españoles en esas cuatro instituciones.
Los
criollos quisieron preservar y difundir sus conocimientos artísticos,
botánicos y mineros porque pensaron que eran más adecuados a la realidad
mexicana, pues eran los resultados de años de investigación y práctica,
y también porque presentaban una manera de defenderse frente al
predominio académico de los profesores europeos. Para indicar la
injusticia de la política discriminatoria uno de los argumento
utilizados por los criollos fue que dicha práctica iba en contra de la
probada capacidad intelectual de los novohispanos. Resaltar el genio,
los logros académicos, las publicaciones y el sistema educativo llegaron
a ser parte de su defensa.
Entre los americanos había más y más profundos conocimientos y esta era una de las cualidades que… hacia ver con desprecio a
los europeos y que no poco fomentaban la rivalidad suscitada contra
ellos. Al tiempo que los criollos enfrentaban el rechazo de los puestos
académicos y administrativos se dieron cuenta de que sus compatriotas en
Europa, los jesuitas exiliados estaban ganando reconocimiento y aclamo.
El
nacionalismo intelectual debido a la realidad vivida por los criollos a
finales del siglo contenía elementos de afirmación orgullosa de la
capacidad de los novohispanos y de reacción defensiva en contra de los
académicos y administradores españoles. Entre los científicos criollos
se manifestó un deseo de promover la aceptación de nuevos conocimientos y
al mismo tiempo de que se conservaran ciertas ideas y prácticas
existentes.
Al
desaparecer el grupo criollo de renovadores ilustrado, los novohispanos
tendieron a polarizarse en dos tendencias: misoneístas que se opusieron
al cambio y se aferraron al pasado y los ilustrados que rechazaron ese
pasado y aceptaron plenamente la doctrina Europea de un futuro racional y
progresista.
La creación de nuevas instituciones y sus finalidades educativas.
Antes
de la colonia existían en el México Prehispánico dos principales
escuela que fueron el Calmécac y el Telpochcalli, posteriormente con la
venida de los españoles vinieron los frailes también quienes venían con
el propósito de instruir a los hijos de los indios,
pero obviamente con una intención más, a través de esta educación que
ellos impartían evangelizarían a los pobladores del Nuevo Mundo, porque
de esta forma seria mas fácil tener el control y el dominio sobre
nosotros, así que comenzando con los pequeños estos contarían a sus
padres y todo sería más fácil.
Y
así fue, los grupos de frailes que llegaron de parte de la Corona
fueron aceptados por los principales de y sacerdotes mexicanos y con
ello consiguieron el apoyo para la construcción de escuelas donde ya se
habían edificado templos, es decir, a un costado de estos, de esta forma
los hijos de los principales asistían a los templos-colegios a recibir
su educación, por su parte los hijos de los nobles tenían que recibir su
instrucción en los patios de las iglesias pero esta educación era mas
pobre.
Se
promovieron cuatro instituciones educativas de parte de la Corona: el
hospital de indios, la Academia de San Carlos, el Jardín Botánica y el
Colegio de Minería.
A) El desarrollo de la educación en la época colonial.
La
educación de los caciques y principales fue la primera que se puso en
práctica en la Nueva España, a los cuales se les enseñaba a leer,
escribir, cantar y tañer instrumentos musicales, y la doctrina
cristiana.
Al
principio llego un grupo llamado “los tres flamencos” (frailes) quienes
en sus primeras docencias en Texcoco enseñaban lo mencionado
anteriormente que muestran la santa fe, posteriormente llego un grupo
más llamado “lo doce” quienes a su llegada tuvieron una serie de
entrevistas con los principales y sacerdotes indígenas de la Nueva
España donde manifestaban su propósito de hacerse cargo de educar a sus
hijos niños y mozuelos. Ellos eran expedicionarios apostólicos de
carácter oficial tanto de la corona española como de la Santa Sede, y su
jefe, Martin de Valencia, venia investido toda autoridad plena del Sumo
Pontífice. Al mismo tiempo la autoridad civil ahora obligaba de modo
también oficial a prestar a los “doce” su protección y favor en todo
cuanto les fuese necesario. Y así tomaron primero el congregar y eregir
seminarios de niños, como obra inspirada en el Espíritu Santo.
La
obra iniciada en Texcoco por los tres flamencos fue heredada y seguida
por los “doce”. Así los divididos en cuatro grupos, los primeros
establecimientos fueron México, Tezcoco, Tlaxcala y Huexotzinco, se dio
inicio a la construcción de las nuevas escuelas, de esta forma: habiendo
tomado asiento en los sitios que les parecieron cómodos, dieron orden a
los indios principales de que junto a su monasterio se edificara un
aposento en el cual hubiese una pieza muy grande como una sala, donde se
enseñaría y dormirían sus niños (los mismos hijos de los principales), y
junto con esa sala habría otras más pequeñas para los servicios que
fuesen necesarios. De esta forma para 1570 en todos los pueblos donde
residían religiosos franciscanos había escuelas las cuales eran
edificadas dentro del circuito de los frailes, pegados a las iglesias,
en donde además se en las cuales hasta mil niños. Las prácticas de
enseñanza sobre estos niños era predicar y enseñar de día y noche. Se
les enseño a levantarse a medianoche para rezar los maitines de “Nuestra
Señora” y al amanecer sus horas, hasta se les enseño a disciplinarse
con azotes de noche y tener oraciones mentales. La instrucción no era
tan rigurosa como los antiguos mexicas lo planteaban pero aún continuaba
presente el lema de: las letras con sangre entre.
Pero los alumnos se volvían cada vez más intolerables a los frailes.
Entonces junto con el régimen de vida monacal se les impuso a los niños
alumnos un programa de estudio que no les dejaba ociosos un momento de
día, además de que en todo el día había frailes que no se apartaban de
ellos. Las materias de enseñanza eran el leer, escribir, cantar y la
doctrina cristiana, esta última consistía en enseñarles a los niños el signase y santiguarse, el rezar el Paternóster, el Ave María, el Credo y la Salve Regina.
El
desconocimiento del náhuatl forzó los primeros días a los religiosos a
enseñar a sus alumnos todas las oraciones en latín, y a explicarles la
doctrina por medio de señas, pero al cabo de medio año empezaron a
hablar y entenderse razonablemente con los indios.
Así
su éxito más sorprendente y trascendental fue el que los niños educados
se convirtieran en un medio eficacísimo para la promoción del
apostolado y al mismo tiempo de una ofensiva contrata la religión
prehispánica, pues estas características de la juventud destrozarían la
sociedad de sus mayores. Este proceso comenzó con los alumnos más
destacados en las clases y por ser hijos de los principales salían para
predicar lo que en la escuela les enseñaban para así logran una
conversión más rápida de los lugares poco accesibles, estos niños eran
acompañados por algunos frailes en sus prácticas apostólicas. Durante
este proceso los jóvenes realizaron algunos actos fuertemente ofensivos a
sus mayores, los cuales fueron tres:
Destrucción de ídolos de una parte, mientras otros los hacen por otra, y levantando iglesias al dios verdadero.
Se
hicieron cargo de descubrir y delatar las prácticas y costumbres
recónditas de la idolatría que seguían los mayores a espaldas de los
frailes. Cuando eran descubiertos eran castigados, los hacían hacer
penitencia y les enseñaban la doctrina cristiana.
Algunos
de los jóvenes predicadores de Tlaxcala asesinaron a un sacerdote
pagano del dios Ometochtli, con esto las personas quedaron asustadas por
el tan atrevimiento de los muchachos.
Posteriormente
se ideo un sistema en el cual los hijos de los plebeyos asistirían a
recibir educación donde aprenderían a leer y escribir pero no tan
relevante como a los hijos de los principales, a estos era más
importante que aprendiesen al doctrina cristiana y luego de muchachos
siguieran los oficios de sus padres para sustentarse a sí mismos. Los
hijos de la gente plebeya tenían que reunirse todos los días amaneciendo
en los patios de las iglesias, antes de que se diga misa los cuentan y
buscan por sus barrios o tribus, luego de misa eran asentados en grupos
(ubicados en los patios de la iglesia) conforme a lo que han de aprender
cada quien y así se van examinando y cuando ya saben toda la doctrina
son despedidos y enviados a sus casas, para que los varones ayuden en sus
casas en la agricultura y las muchachas junto a sus madres aprendan los
quehaceres mujeriles con que han de servir a sus maridos, haciendo un
compromiso con los padres de estos muchachos quienes habrán de decir
doctrina y rezar las oraciones.
B) La educación elemental en la época colonial: maestros y prácticas escolares
Los maestros: usaban una terminología elevada e idealizada. De la educación primaria dependía “la felicidad o ruina de la república”.
Espinoza
de los Monteros recomendaba a los gobernadores bajaran de sus despachos
y entraran a las escuelas para conocer la realidad. Los maestros se
quejaban de la falta de ingreso adecuado, de falta de reconocimiento por
parte del estado y de la falta de respeto de parte de los niños y sus
padres.
Los maestros manifestaban como sus dificultades
el pago de la renta, el alimento de sus familias y el cuidado de su
salud. El ayuntamiento colonial, en el momento más amargo de su disputa
con el gremio, ataco dura y sarcásticamente a los maestros: “Por lo
regular los sujetos que han dedicado y dedican a poner Escuela, son unos
infelices, que no han podido lograr colocarse en ninguna oficina, ni en
un estudio de abogado, por su mala letra, o tal vez por no ser de la
más arreglada conducta”.
A los maestros los consideraban parte de una profesión de menos estatus social que hubieran querido.
Se
enfrentaron a dos dilemas durante su trabajo, el primero era que los
padres de los niños exigían que no se les castigase, esto era
lamentable, y el segundo fue el de no poder recibir justo crédito cuando
los alumnos demostraran adelantos: “Si logramos enseñar bien a algunos
discípulos se atribuye a sus excelentes potencia y a sus buenas
cualidades; si no aprenden, nuestra es toda la culpa, y solo nuestra
excelencia” decían.
Así
gracias a la falta de respeto de los padres, los maestros tuvieron que
aguantar el irse llamar: “Directores, Chichiguas, Pilmanes y cuanto la fortuna adversa ha inventado”.
Practicas escolares
Los niños:
Terminando la Educación de Primeras Letras (11 años) los niños entraban
a los Colegios Mayores o al seminario para estudiar gramática latina
por dos años y después el curso de humanidades y filosofía que les
garantizaba su título de bachiller. Después podían estudiar carreras de
leyes, medicina, ingeniería, filosofía o teología a nivel de estudios
mayores (licenciatura).
Edificio escolar:
En 1782 se propuso construir cuatro edificios especiales para cuatro
escuelas municipales, pero nunca se llevó a cabo este proyecto, es por
esto que se utilizaban estos espacios como aulas de clases, adaptándolos
a las necesidades pedagógicas. Enfrentando problemas tales como el
servicio sanitario, la luz y el frio.
La amiga:
Muchos niños recibieron su primera experiencia escolar en la Amiga d
vecindad o barrio donde vivían. Su anciana maestra usaba un método
individual para enseñar a una docena de niños y niñas que asistían.
Llamaba a cada uno a su lado y le hacía pronunciar una letra impresa en
el silabario. La cartilla o Silabario para uso de las escuelas databa
del siglo XVI, era el medio por el cual los niños se enseñaban a leer y
costaba medio real (8 reales = un peso).
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