Este manuscrito inglés se produjo en Anglia Oriental a mediados del siglo XIII para un mecenas con especial veneración por san Olaf, cuya vida y martirio están representados de forma destacada en la inicial «B» (de «beato») del salmo 1. Aunque se lo conoce como el Salterio de Carrow, debido a que luego se usó en el convento de Carrow cerca de Norwich, es más preciso describirlo como una combinación de salterio y libro de horas, ya que, entre los textos, están el Oficio de los difuntos y las Horas de la Virgen. El manuscrito es llamativo por su rica variedad de iluminaciones, que incluyen ciclos a toda página de santos, mártires y escenas bíblicas. También tiene iniciales historiadas dentro del salterio, además de heráldica que se agregó en el siglo XV a las iniciales sin decorar de las Horas de la Virgen. Se destaca especialmente la miniatura en el verso del folio 15, donde se retrata el martirio de santo Tomás Becket. Después de que Enrique VIII declarara a Becket culpable de traición en 1538, en vez de ser destruida, la imagen fue ocultada con un papel pegado encima. Fue redescubierta con posterioridad.
miércoles, 25 de mayo de 2016
Salterio de Carrow
Este manuscrito inglés se produjo en Anglia Oriental a mediados del siglo XIII para un mecenas con especial veneración por san Olaf, cuya vida y martirio están representados de forma destacada en la inicial «B» (de «beato») del salmo 1. Aunque se lo conoce como el Salterio de Carrow, debido a que luego se usó en el convento de Carrow cerca de Norwich, es más preciso describirlo como una combinación de salterio y libro de horas, ya que, entre los textos, están el Oficio de los difuntos y las Horas de la Virgen. El manuscrito es llamativo por su rica variedad de iluminaciones, que incluyen ciclos a toda página de santos, mártires y escenas bíblicas. También tiene iniciales historiadas dentro del salterio, además de heráldica que se agregó en el siglo XV a las iniciales sin decorar de las Horas de la Virgen. Se destaca especialmente la miniatura en el verso del folio 15, donde se retrata el martirio de santo Tomás Becket. Después de que Enrique VIII declarara a Becket culpable de traición en 1538, en vez de ser destruida, la imagen fue ocultada con un papel pegado encima. Fue redescubierta con posterioridad.
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