Cuarto oráculo
14>>Ahora me vuelvo a mi pueblo, pero antes te explicaré lo que este pueblo hará al tuyo en el futuro>>.
15Y recitó sus versos:
<<Oráculo de Balaán,
hijo de Beor;
oráculo del hombre
de ojos perfectos,
16oráculo del que escucha
palabras de Dios
y conoce los planes
del Altísimo,
que contempla visiones
del Todopoderoso,
en éxtasis,
con los ojos abiertos.
17Lo veo, pero no es ahora;
lo contemplo,
pero no será pronto.
Avanza
la constelación de Jacob
y sube el cetro de Israel.
Triturará la frente de Moab
y el cráneo de los hijos de Set;
18se adueñará de Edom,
se apoderará de Seír,
Israel ejercerá el poder,
19Jacob dominará y acabará
con los que queden
en la capital>>.
24,15-19 La primera estrofa es repetición. La segunda se orienta hacia el futuro. Cada pueblo tiene su estrella o constelación (vocalizando como plural). Como un astrólogo, nuevo oficio, Balaán contempla el movimiento de lo astros del destino: ve cómo "avanza" -o domina, según otra traducción posible- el astro de Jacob. El "cetro" alude a David y su dinastía (Sal 45,7; compárese con Gn 49,8-12), y por este capítulo se leyó este texto como profecía mesiánica. A esta estrella alude la de los magos (Mt 1) y el emblema de la bandera del Estado moderno de Israel. Quizá haya ecos de este oráculo en el Sal 110.
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