El oso que se menciona en la Biblia es el ursus syriacus, apenas diferente del oso pardo deEuropa. Desde la destrucción de los bosques, ahora apenas se le ve al sur del Líbano y el Hermón, donde es común. No pocas veces se encontraba en Tierra Santa durante la época del Antiguo Testamento, donde era muy temido debido a sus instintos feroces y destructivos; enfrentársele era, por lo tanto, una muestra de valentía poco común (1 Sam. 17,34-36). Repetidamente se alude a sus rugidos aterradores y su fiereza, especialmente cuando le robaban sus cachorros.
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