El nombre de
este arcángel (Raphael = “Medicina de Dios” o “Dios ha obrado la
salud”) no aparece en las Escrituras Hebreas ni en el Septuagenario; solamente
en el Libro de Tobías. Aquí aparece primero disfrazado en forma humana, como
el viajero acompañante del hijo de Tobías, llamándose a si mismo “Azarías el
hijo del gran Ananías”. La historia de esta travesía esta llena de aventuras,
y en ella es visible la influencia protectora del ángel que se muestra de
diferentes maneras, incluyendo la atadura “en el desierto del alto Egipto” del
demonio quien previamente había matado a siete esposos de Sara, hija de
Raquel, y que es pintorescamente relatada en Tobías 5-11.
Luego del
retorno y la curación de la ceguera de Tobías, Azarías se hace llamar “el
ángel Rafael, uno de los siete que se paran ante el Señor” (Tob., xii, 15. Cf.
Apoc., viii, 2). De estos siete “arcángeles” que aparecen en la angelología
del Judaísmo post-exilio, solo tres, Gabriel, Miguel y Rafael son mencionados
en las Escrituras canónicas. Los otros, de acuerdo al Libro de Enoc (cf. xxi)
son Uriel, Raguel, Sariel y Jerahmeel, mientras que de otras fuentes apócrifas
obtenemos los nombres de Izidkiel, Hanael y Kepharel, en vez de los últimos
tres en la lista anterior.
En cuanto a las
funciones atribuidas a Rafael, tenemos un poco más que su declaración a
Tobías, que cuando el último estuvo ocupado en su trabajo de misericordia y
caridad, él (Rafael) ofreció sus plegarias al Señor, ya que él fue enviado por
el Señor para curar a Tobías de su ceguera y para sacar a Sara, la esposa de
su hijo, de las garras del demonio. La categoría judía de los arcángeles es
reconocida en el Nuevo Testamento (I Thess., iv, 15; Judit, 9), pero solo
Gabriel y Miguel son mencionados en nombre. Sin embargo, muchos comentadores
identifican a Rafael con el “ángel del Señor” mencionado en Juan 5. Esta
conjetura se basa en la importancia del nombre y en el rol de curación
atribuido a Rafael en el Libro de Tobías. La Iglesia asigna la fiesta de San
Rafael el 24 de octubre. Los himnos del Oficio llaman a su poder de curación y
a su victoria sobre el demonio. Las enseñanzas del primer Nocturno y de las
Antífonas del Oficio completo son tomadas del Libro de Tobías, y las
enseñanzas del segundo y tercer Nocturno de los trabajos de San Agustín, viz.
para el segundo Nocturno un sermón de Tobías (sermón I en el quinceavo
domingo), y para el tercer, una homilía del verso de apertura de Juan, v. La
lectura bíblica en la Misa es tomada del capítulo 12 de Tobías, y el Evangelio
de Juan 5:1-4, refiriéndose a la piscina llamada probática, donde la multitud
de enfermos yacía esperando la agitación del agua, ya que el “ángel del Señor
bajaba de tiempo en tiempo a la piscina y agitaba el agua; y el primero que se
metía después de la agitación del agua, quedaba curado de cualquier mal que
tuviera”. Así las conjeturas hechas antes por los comentadores son confirmadas
por la Liturgia oficial de la Iglesia.
Vigouroux,
Dict. de la Biblia, s. V. Rafael
JAMES F.
DRISCOLL
Transcrito por Sean Hyland
Traducido por Alonso Teullet
Transcrito por Sean Hyland
Traducido por Alonso Teullet
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