viernes, 4 de marzo de 2016

EL SIGNIFICADO DE LA EXPIACIÓN

Hebreos.

EL SACRIFICIO DE CRISTO, EFICAZ Y DEFINITIVO. 9,11-28.

                 11El Mesías, en cambio, presentándose como sumo sacerdote de los bienes que habían de venir, mediante el tabernáculo mayor y más perfecto, no hecho por hombres, es decir, no de este mundo creado,12y mediante sangre no de cabras y becerros, sino suya propia, entró de una vez para siempre en el santuario, consiguiendo una liberación definitiva.
                13Pues si la sangre de cabras y toros y unas cenizas de becerra, cuando rocían a los impuros, los consagran confiriéndoles una pureza externa, 14¿cuánto más la sangre del Mesías, que con decisión irrevocable se ofreció él mismo a Dios como sacrificio sin defecto, purificará nuestra conciencia de las obras de muerte, para que demos culto al Dios vivo?
               15Por esta razón es mediador de una alianza nueva: para que, después de una muerte que librase de los delitos cometidos con la primera alianza, los llamados puedan recibir la herencia perenne, objeto de la promesa.
              16Mirad, por disponer de una herencia es preciso que conste la muerte del testador, 17pues un testamento adquiere validez en caso de defunción; mientras vive el testador,  todavía no tiene vigencia.
              18De ahí que tampoco faltase sangre en la inauguración de la alianza. 19Cuando Moisés acabó de leer al pueblo todas las prescripciones contenidas en la Ley, cogió la sangre de los becerros y las cabras, además de agua, lana escarlata e hisopo, y roció primero el libro mismo y después al pueblo entero 20diciendo: "Esta es la sangre de la alianza que hace Dios con vosotros". 21Con la sangre roció además el tabernáculo y todos los utensilios litúrgicos.
             22Según la Ley, prácticamente todo se purifica con sangre, y sin derramamiento de sangre no hay perdón.
             23Bueno, estos esbozos de las realidades celestes tenían que purificarse por fuerza con tales ritos, pero lo celeste mismo necesita sacrificios de más valor que éstos; 24y de hecho el Mesías no entró en un santuario hecho por hombres, copia del verdadero, sino en el mismo cielo, para presentarse ahora nte Dios en favor nuestro. 25Y no era tampoco para ofrecerse repetidas veces, como sl sumo sacerdote, que entra año tras año en el santuario, llevando una sangre que no es la suya; 26si no habría tenido que sufrir muchas veces desde que se creó el mundo. De hecho, su manifestación ha tenido lugar una sola vez, al final de la historia, para abolir con su sacrificio el pecado.
           27Por cuanto es destino de cada hombre morir una vez, y luego un juicio, 28así también el Mesías se ofreció una sola vez, para quitar los pecados de tantos; la segunda vez, ya sin relación con el pecado, se manifestará a los que lo aguardan para salvarlos.

EXPLICACIÓN.

11-28.       Acto sacerdotal del Mesías, en contraste con la ineficacia del antiguo culto: el nuevo tabernáculo o lugar del encuentro con Dios es la humanidad resucitada de Jesús; la nueva sangre es la suya, derramada en la cruz; así entra en la presencia de Dios y obtiene la liberación definitiva. El autor expone así en símbolos sacerdotales la realidad existencial de Jesús: haber aceptado morir como un criminal por fidelidad a Dios y amor a los hombres fue el acto que lo transformó, realizándolo totalmente; su resurrección lo situó en la esfera divinam, y con el don del Espíritu libera definitivamente a los hombres del pecado (liberación definitiva). El templo y culto terrestres carecen de sentido; culto a Dios es la propia vida ofrecida como la de Jesús, por amor a los hombres (11-12).

             Los ritos exteriores no dan sino pureza exterior; sólo la acción del Mesías, que asegura el perdón de Dios, descarga la conciencia del lastre del pecado, capacitando a los hombres para acercarse a Dios. El acceso a Dios se identifica con la relación Padre-hijo, que se instaura cuando el hombre recibe el Espíritu (13-14).

            La primera alianza no liberaba del pecado e impedía alcanzar la promesa (15). Juega el autor con el doble sentido del término gr. diathêkê, que significa "alianza" y "testamento"; como "testamento", la nueva disposición, para entrar en vigor, exigía la muerte del testador; esa muerte sepulta los pecados del pasado (16-17).

           También la primera alianza exigió sangre/muerte (Éx 24,8) (18-22), pero aquellos ritos materiales servían para las cosas de la tierra. Para purificar la realidad celeste, es decir, la humanidad nueva, la comunidad cristiana, anulando el pecado, hacía falta algo de más valor (23). El único sacrificio del Mesías, su muerte, expresión suprema del amor, bastó de una vez para todas (24-26).

          Los pecados hacían de la muerte y el juicio motivos de temor. La situación ha cambiado: la única entrega de Jesús ha cancelado los múltiples pecados, y su segunda venida será sólo para salvación (27-28).
 
 

1 CARTA DE PEDRO. I. EL NUEVO NACIMIENTO. RENACER A LA ESPERANZA. 1,3-2,10.

               3¡Bendito sea Dios, Padre de nuestro Señor, Jesús Mesías!
               Por su gran misericordia nos ha hecho nacer de nuevo, para la viva esperanza que nos                     dio resucitando de la muerte a Jesús Mesías;
                4para la heredad que no decae, ni se mancha, ni se marchita,
                reservada en el cielo para vosotros, 5que, gracias
                a la fe, estáis custodiados por la fuerza de Dios;
                para la salvación dispuesta a revelarse en el momento final.
                6Por eso saltáis de gozo, si hace falta ahora sufrir por algún tipo de diversas pruebas; 7de esa manera los quilates de vuestra fe resultan más preciosos que el oro perecedero que, sin embargo, se aquilata a fuego, y alcanzará premio, gloria y honor cuando se revele Jesús Mesías. 8Vosotros no lo visteis, pero lo amáis; ahora, creyendo en él sin verlo, sentís un gozo indecible, radiantes de alegría, 9porque obtenéis el resultado de vuestra fe, la salvación personal.
               10Por esta salvación empezaron a interesarse y a investigar ciertos profetas que habían predicho la gracia destinada a vosotros. 11El Espíritu de Cristo que estaba en ellos les declaraba por anticipado los sufrimientos por Cristo y los triunfos que seguirían. 12Indagaban ellos queriendo saber para cuándo y para qué circunstancias lo indicaba, y se les reveló que aquel ministerio profético no miraba a ellos, sino a vosotros. Ahora, por medio de los que os trajeron la buena noticia, os lo ha comunicado el Espíritu Santo enviado del cielo. Los ángeles se asoman deseosos de verlo.
              13Por eso, con la mente preparada para el servicio y viviendo con sobriedad, poned una esperanza sin reservas en el don que os va a traer la manifestación de Jesús Mesías. 14Como hijos obedientes, no os amoldéis más a los deseos que teníais antes, en los días de vuestra ignorancia. 15No, igual que es santo el que os llamó, sed también vosotros santos en toda vuestra conducta, 16porque la Escritura dice: "Seréis santos, porque yo soy santo" (Lv 19,2).
              17Además, si podéis llamar Padre a aquel que juzga imparcialmente las obras de cada uno, conducíos con respeto mientras estáis aquí de paso, 18porque sabéis con qué os rescataron del modo de vivir idolátrico que heredasteis de vuestros padres: no con oro ni plata perecederos, 19sino con una sangre preciosa, la del Mesías, cordero sin defecto y sin mancha, 20escogido desde antes de la creación del mundo y manifestado en los últimos tiempos por vosotros. 21Por medio de él confiáis en Dios que lo resucitó de la muerte y lo glorificó; así vuestra fe y esperanza están puestas en Dios.
             22Purificados ya internamente por la respuesta a la verdad, que lleva al cariño sincero por los hermanos, amaos unos a otros de corazón e intensamente. 23Porque habéis vuelto a nacer, y no de una semilla mortal, sino de una inmortal, por medio de la palabra de Dios viva y permanente, 24porque "todo mortal es hierba y toda su belleza es flor de hierba: se agosta la hierba y cae la flor. 25En cambio la palabra del Señor permanece para siempre" (Is 40,6-8). Y ésa es la palabra que os anunciaron.

2 1 Así pues, despojados de toda maldad, de toda doblez, fingimiento, envidia y de toda maledicencia, 2como niños recién nacidos, ansiad la leche auténtica, no adulterada, para crecer con ella hacia la salvación, 3ya que habéis saboreado lo bueno que es el Señor.
4Al acercaras a él, piedra viva desechada por los hombres, pero elegida y digna de honor a los ojos de Dios, 5también vosotros, como piedras vivas, vais entrando en la construcción del templo espiritual, formando un sacerdocio santo, destinado a ofrecer sacrificios espirituales que acepta Dios por Jesús Mesías. Porque está dicho en la Escritura: 6« Yo coloco en Sión una piedra angular, elegida y digna de honor: quien crea en ella no quedará defraudado» (Is 28,16). 7El honor es para vosotros los creyentes; para los incrédulos, en cambio, es la «piedra que habían desechado los constructores la que se ha convertido en "piedra angular»; 8más, «en piedra para tropezar y en roca para estrellarse» (Sal 118,22). Ellos tropiezan por ser "rebeldes al mensaje: ése es su destino.
9Vosotros, en cambio, sois linaje elegido, sacerdocio real, nación consagrada, pueblo adquirido por Dios, para publicar las proezas del que os llamó de las tinieblas a su maravillosa luz. 10Los que antes no erais pueblo, ahora sois pueblo de Dios; los que nunca habíais alcanzado misericordia, ahora habéis alcanzado misericordia.

EXPLICACIÓN.

1,3-2,10.     Himno. Dios y Padre, etc., d. 2 Cor 1,3; 11,31; Ef 1,3: Rom 15,6. Tema del nuevo nacimiento, que promete una vida sin fin (u viva esperanza), demostrada por la resurrección de Jesús (3) y que identifica con la heredad celeste (4). La fe o confianza en Dios es la defensa del cristiano; ella le asegura la fuerza divina; expectación de la liberación definitiva de las persecuciones y penalidades (5). 

La salvación aparece así al mismo tiempo como presente y como futura: nuevo nacimiento, nuevo horizonte, esperanza de vida para siempre, herencia imperecedera, liberación final. La fe, entrega vital a Dios, asegura el éxito.

Alegría del cristiano por su esperanza, aun en medio de las dificultades; la persecución hace madurar la fe (Sab 3,6; Eclo 2,5). Alegría que nace del amor a Jesús; la fe/adhesión a él es una experiencia liberación (6-9).

Ciertos profetas cristianos, probablemente de comunidades en territorio judío, habían predicho numerosas conversiones, seguidas de persecuciones (cf. 1,6), que serían, sin embargo, ocasiones de triunfo (cf. 1,7); el Espíritu del Mesías (esta expresión, además de la indeterminación «profetas», excluye que se trate de los profetas del AT) les reveló que las conversiones se verificarían no entre los judíos, sino entre los paganos (1,2; cf. 1,1). Alegría de la iglesia (1,12b). Ni siquiera los ángeles, considerados tradicionalmente como iniciados a los secretos de Dios, conocían este designio histórico que se da a conocer a los cristianos (10-12). Es un modo de subrayar la absoluta novedad que representa la integración de los paganos (cf. Ef 3,9: «el misterio oculto»; Col 2,2).

El autor desarrolla el significado de «consagración» (1,2), probablemente como instrucción a los recién bautizados: es la imitación de Dios, que es santo (nuevo código de santidad, en vez del legal de Lv 17-27): servicio, expresión del amor; sobriedad u opción por la pobreza; esperanza, que permite afrontar las dificultades; ruptura con la vida de antes, cambio de la escala de valores (13-14). La santidad de Dios significa su incompatibilidad con el mal. Seréis santos, etc., cf. Lv 11,44; 19,2; 20,7 (15-16).
El privilegio de llamar Padre al que los demás hombres miran como juez debe aumentar el respeto por aquel a quien se debe tal gratitud y que merece tal confianza (17). Estáis aquí de paso, cf. 1,1: «emigrantes dispersos»; sangre preciosa (19), la muerte del Hijo de Dios; cordero, etc., cf. Éx 12,5; Is 53,7. El plan de Dios existía desde siempre (20). La resurrección de Jesús, cuya vida se experimenta en la comunidad, es el fundamento de la confianza en el Padre (21). El propósito de! autor es principalmente moral: exhorta a vivir según las exigencias de la fe y avisa contra las consecuencias de la mala conducta.

La fe/adhesión, respuesta al mensaje de Dios, libera de! pasado (purificados) y hace capaz de amar a los demás (22). Eso significa el nuevo nacimiento a una vida sin término. La semilla, no humana, sino divina, es el mensaje de Dios, que comunica vida (23). Cita adaptada de Is 40,6-8 (24-25).
Parece que también estas exhortaciones aluden al bautismo. Cambio de vida, deseo de conocer el mensaje y ser fiel a él (2, 1). Para el neófito, e! mensaje cristiano es como la leche para e! recién nacido; auténtico es uno de los sentidos del gr. logikos. Apela a la experiencia espiritual de los neófitos (Sal 34,9).

Al acercaras, cf. Sal 34,6. La metáfora de la piedra viva se aplica a Jesús, piedra angular (cf. Mc 12,10; Sal 118,22) (4); el autor compara la comunidad a un templo construido sobre ella, del que los cristianos son las piedras por la adhesión a Jesús (cf. Mt 16,18); templo, «casa»; espiritual, constituido por la presencia del Espíritu, que da vida (piedras vivas). Traslada a los cristianos el carácter sacerdotal que en el judaísmo estaba reservado a los de! linaje de Aarón; como sacerdotes, pueden ofrecer los sacrificios que proceden del Espíritu. Bajo estas metáforas, el autor indica que e! lugar de la presencia de Dios en e! mundo ya no es un templo material sino la comunidad humana animada por e! Espíritu de Dios; que el privilegio de cercanía a Dios que se atribuía a los sacerdotes de las antiguas religiones es ahora propio de todo cristiano y, finalmente, que el modo de honrar a Dios ya no consiste en sacrificios, sino en seguir el impulso del Espíritu, que, identificando con Jesús, lleva a la entrega a los demás (5).

Añade el autor un centón de citas de la Escritura: Is 28,16 (6), para mostrar que es la fe/adhesión a Jesús la que produce los efectos antes expuestos; Sal 118,22 (7), señalando el fracaso de los adversarios de Jesús; Is 8,14, piedra para tropezar, etc. (8), cf. Mt 16,23, previendo la ruina de los que no aceptan el mensaje.

Explica el «honor» de v. 7. Los cristianos son linaje- elegido (Is 43,20), sacerdocio real (d. Ap 1,6.10), nación consagrada (Éx 19,6), pueblo adquirido por Dios, para publicar, etc. (Is 43,21; Mal 3,17; Éx 19,. Dt 7,6; 14,2; 16,18; cf. Ef 1,14); todos los títulos son corporativos y autor los transfiere de Israel a la comunidad cristiana. Con su palabra con su vida, los creyentes han de mostrar, no sólo la bondad de Dio sino también su grandeza. El paso de las tinieblas a la luz incluye el de la muerte a la vida (9). Paradójicamente, la comunidad está formada en su mayoría por paganos; el autor encuentra en Os 1, 6.9; 2,1, una predicción del puesto que ocupan los paganos y de la defección de Israel (cf. Rom 9,25) (9-10). 


LAS DOS FIERAS. Ap 12,18-13,10.

12 18 El dragón se detuvo en la arena del mar.

13 1 Entonces vi una fiera que salía del mar; tenía diez cuernos y siete cabezas, llevaba en los cuernos diez diademas y en las cabezas un título blasfemo.
2 La fiera que vi parecía una pantera con patas de oso y fauces de león. El dragón le confirió su poder, su trono y gran autoridad.
3 Una de sus cabezas parecía tener un tajo mortal, pero su herida mortal se había curado. Todo el mundo, admirado, seguía a la fiera;
4 rindieron homenaje al dragón por haber dado su autoridad a la fiera y rindieron homenaje a la fiera exclamando: "¿Quién hay como la fiera?, ¿quién puede combatir con ella?.
5 Dieron a la fiera una boca grandilocuente y blasfema y el derecho de actuar cuarenta y dos meses.
6 Abrió su boca para maldecir a Dios, insultar su nombre y su morada y a los que habitaban en el cielo.
7 Le permitieron guerrear contra los consagrados y vencerlos y le dieron autoridad sobre toda raza, pueblo, lengua y nación.
8 Le rendirán homenaje todos los habitantes de la tierra, excepto aquellos cuyos nombres están escritos desde que empezó el mundo en el registro de los vivos que tiene el Cordero degollado.
9 Quien tenga oídos que oiga:
10 El que está destinado al cautiverio,
al cautiverio va.
Al que tenía que morir a espada,
a espada lo mataron (
Jr 15,2).
¡Aquí del aguante y la fe de los consagrados!


EXPLICACIÓN.

En la época de Juan, el "Dragón/poder divinizado" se encarna en el Imperio romano, simbolizado por la fiera, que exige adoración divina y lleva a cabo su obra destructora.

En la arena del mar, terreno sin estabilidad (cf. 14,1: el Cordero "en el monte") (18). El mar representa en el Apocalipsis un residuo del caos inicial, destinado a desaparecer (cf.21,1: "y el mar ya no existía). Una fiera que salía del mar (13,1): No es una orden de Dios ni un ángel quien suscita esta fiera. Juan combina las cuatro fieras de Dn 7,1-7 (figuras de imperios paganos), para describir el poder imperial romano, prototipo del opresor. Diez cuernos, cf.17,12s: diez reyes vasallos; siete cabezas, cf. 17,9s; las siete colinas y siete emperadores; diez diademas, los reinos que domina; título blasfemo, los títulos divinos asumidos por los emperadores. El poder imperial no es divino ni procede de Dios, es agente del Enemigo del hombre (cf. 12,9: "el diablo, Satanás"), que reina por su medio (le confirió su poder, etc.) (2). Una de sus cabezas, etc. (3): ha logrado superar una crisis que lo ha puesto en peligro, quizá la guerra civil después de la muerte de Nerón (parodia de Jesús muerto y resucitado). El pueblo admira la fuerza del imperio y hace suya la ideología del poder (rindieron homenaje al dragón); se hace incondicional de sus propios opresores (4).

Blasfema, cf. v,1: "un título blasfemo". Cuarenta y dos meses, cf. 11,2s; 12,6, el tiempo de la persecución. La divinización del poder (culto al emperador), blasfemia contra Dios. No tiene nada positivo que ofrecer (6). Dios no interfiere en el juego de las libertades humanas (7). Sumisión universal (cf. Dn 3), pero los destinados a lavida no se dejan seducir (8). Con el texto de Jr 15,2, Juan describe la suerte de los que niegan su adhesión a la fiera. Reacción cristiana: aceptar la persecución renunciando a toda violencia (9-10).

 Génesis.
31La serpiente era el animal más astuto de cuantos el Señor Dios había creado; y entabló conversación con la mujer:
-¿Conque Dios os ha dicho que no comáis de ningún árbol del parque?
2La mujer contestó a la serpiente:
3-¡No! Podemos comer de todos los árboles del jardín; solamente del árbol que está en medio del jardín nos ha prohibido Dios comer o tocarlo, bajo pena de muerte.
4La serpiente replicó:
5-¡Nada de pena de muerte! Lo que pasa es que sabe Dios que, en cuanto comáis de él, se os abrirán los ojos y seréis como Dios, versados en el bien y el mal.
6Entonces la mujer cayó en la cuenta de que el árbol tentaba el apetito, era un delicia de ver y deseable para tener acierto. Tomó fruta del árbol, comió y se la alargó a su marido, que comió con ella.
7Se le abrieron los ojos a los dos, y descubrieron que estaban desnudos; entrelazaron hojas de higuera y se las ciñeron. 8Oyeron al Señor Dios, que se paseaba por el jardín tomando el fresco. El hombre y su mujer se escondieron entre los árboles del jardín, para que el Señor Dios no los viera.
9Pero el Señor Dios llamó al hombre:
-¿Dónde estás?
10El contestó:
-Te oí en el jardín, me entró miedo porque estaba desnudo, y me escondí.
11El Señor Dios le replicó:
-Y ¿quién te ha dicho que estabas desnudo? ¿A que has comido del árbol prohibido?
12El hombre respondió:
-La mujer que me diste por compañera me alargó el fruto y comí.
13El Señor Dios dijo a la mujer:
-¿Qué has hecho?
Ella respondió:
-La serpiente me engañó y comí.
14El Señor Dios dijo a la serpiente:
-Por haber hecho eso, maldita tú entre todos los animales domésticos y salvajes; te arrastrarás sobre el vientre y comerás polvo toda tu vida; 15pongo hostilidad contra ti y la mujer*, entre tu linaje y el suyo: él herirá tu cabeza cuando tú hieras su talón.
16A la mujer le dijo:
-Mucho te haré sufrir en tu preñez, parirás hijos con dolor, tendrás ansia de tu marido, y él te dominará.
17Al hombre le dijo:
-Porque le hiciste caso a tu mujer y comiste del árbol prohibido, maldito el suelo por tu culpa: comerás de él con fatiga mientras vivas; 18brotará para ti cardos y espinas, y comerás hierba del campo. 19Con sudor de tu frente comerás el pan, hasta que vuelvas a la tierra, porque de ella te sacaron; pues eres polvo y al polvo volverás.
20El hombre llamó a su mujer Eva*, por ser la madre de todos los que viven.
21El Señor Dios hizo pellizas para el hombre y su mujer y se las vistió.
22Y el Señor Dios dijo:
-Si el hombre es ya como uno de nosotros, versado en el bien y el mal, ahora sólo le falta echar mano al árbol de la vida, tomar, comer y vivir para siempre.
23Y el Señor Dios lo expulsó del paraíso, para que labrase la tierra de donde lo había sacado. 24Echó al hombre, y a oriente del parque de Edén colocó a los querubines y la espada llameante que oscilaba para cerrar el camino del árbol de la vida.

Explicación.

3,1 La serpiente representa en las culturas circundantes la fuerza hostil a Dios y a su plan. Personificación del mal activo, seductor o agresor. Ben Sira no la menciona (Eclo 15, 11-20: origen del pecado); Sab 2,24 habla de la "envidia del diablo"; Ap 12,8-9 acumula nombres, identificando e interpretando: "dragón, serpiente primordial, satán, diablo, acusador" ("acusador" traduce el griego diabolos, el cual traduce el hebreo satan).

Además el nombre hebreo de serpiente coincide con el de "vaticinio". El falso oráculo es arma de la serpiente contra Eva: quita la base a la prohibición de Dios, le atribuye aviesas intenciones, promete como bien lo que es mal; pues conocer el mal por experiencia es un mal. Sobre semejante oráculo: Sal 14; Hab 2,18 "maestro de mentiras".
3,5 Véase Ez 28,2.
3,6 Aludido por Pablo en 2 Cor 11,3.
3,7-10 La relación mutua se turba con la vergüenza y surge el encubrimiento. La relación con Dios se turba con la cautela y el miedo, y sucede otro encubrimiento; Ap 3,18; Eclo 23,18-19.
3,7 Gn 20,22s.
3,8 Eclo 24,18.
3,12 1 Tim 2,14.
3,14-19 La sentencia recoge en orden inverso el interrogatorio; contiene elementos etiológicos o de explicación por las causas de la condición actual del hombre, de la mujer, de la serpiente. Imperara la tensión: en la mujer entre ansia y sumisión, en el hombre entre alimento y sudor. Ha vencido la serpiente porque ha introducido el mal: victoria limitada, porque el bien vencerá; toda la historia quedará bajo el signo de dicha hostilidad. En hebreo el sujeto de "herirá" es el linaje, en latín es la mujer (ipsa). Miq 7,17.
3,15 Is 11,8. * La Vulgata lee "ella".
3,16 Gn 25,22; 35,17s.
3,18 Is 27,4.
3,19 Lo que es condición del hombre (Eclo 17,1) se convierta en condena por su pecado.
3,20 "Un juego de palabras liga el nombre de Eva a la raíz de vivir hwh ( = vitalidad).
3,22 Ap 22,2.
3,23 La sentencia de muerte es conmutada en destierro perpetuo del paraíso. Como reminiscencia mítica véase Ez 28,12-19; podría haber una proyección de la experiencia del destierro. En el trabajo arduo el hombre comienza a volver a su lugar de origen, y no como simple dominador.
 
 

CARTA A LOS ROMANOS. LA NUEVA SOLIDARIDAD EXCLUYE EL PECADO. 6,1-23.

6         1-¿Qué sacamos de esto? ¡Persistamos en el pecado para que cunda la gracia!
             2-¡De ningún modo! Nosotros que hemos muerto al pcado, ¿cómo vamos a vivir todavía sujetos a él?
             3¿Habéis olvidado que a todos nosotros, al bautizarnos vinculándonos al Mesías Jesús, nos bautizaron vinculándonos a su muerte? 4Luego aquella inmersión que nos vinculaba a su muerte nos sepultó con él, para que, así como Cristo fue resucitado de la muerte por el poder del Padre, también nosotros empezáramos una vida nueva. Pues si, por esa acción simbólica 5hemos sido incorporados a su muerte, también lo seremos a su resurrección.
            6Tened esto presente: el hombre que éramos antes fue crucificado con él, para que se destruyese el individuo pecador y así no seamos más esclavos del pecado; 7porque, cuando uno muere, el pecado pierde todo derecho sobre él.
            8Ahora bien, por haber muerto con Cristo, creemos que también viviremos con él, 9y sabemos que Cristo resucitado de la muerte no muere ya más, que la muerte no tiene dominio sobre él. 10Porque su morir fue un morir al pecado de una vez para siempre; en cambio, su vivir es un vivir para Dios. 11Pues lo mismo: vosotros teneos por muertos al pecado y vivos para Dios, mediante el Mesías Jesús.
           12Por consiguiente, no reine más el pecado en vuestro ser mortal, obedeciendo vosotros a sus deseos, 13ni tengáis más vuestro cuerpo a su disposición como instrumento para la injusticia; no, poneos a disposición de Dios, como muertos que han vuelto a la vida, y sea vuestro cuerpo instrumento para la honradez al servicio de Dios. 14El pecado no tendrá dominio sobre vosotros, porque ya no estáis en régimen de Ley, sino en régimen de gracia.
           15-Entonces, ¿qué? ¡A pecar, que no estamos en régimen de Ley, sino en régimen de gracia!
           16-¡Ni mucho menos! Sabéis muy bien que estar a disposición de alguien obedeciéndole como esclavos es ser de hecho esclavos de ese a quien obedecéis: si es el pecado, para acabar en la muerte; si es la obediencia a Dios, para la vida honrada.
           17Pero, gracias a Dios, aunque erais esclavos del pecado, respondisteis de corazón a la doctrina básica que os transmitieron y, 18emancipados del pecado, habéis entrado al servicio de la honradez 19(hablo en términos humanos, por lo flojos que estáis). Me explico: igual que antes cedisteis vuestro cuerpo como esclavo a la inmoralidad y al desorden para el desorden total, cedelo ahora a la honradez, para vuestra consagración.
           20Es un hecho que, cuando erais esclavos del pecado, la honradez no os gobernaba. 21Y ¿qué salíais ganando entonces de aquello, que ahora reconocéis funesto? Porque eso lleva a la muerte. 22Ahora, en cambio, emancipados del pecado y entrados al servcio de Dios, os vais ganando una consagración que lleva a vida eterna. 23Porque el pecado paga con muerte, mientras Dios regala vida eterna por medio del Mesías Jesús Señor nuestro.

EXPLICACIÓN.

1-23.     Objeción: si la gracia se concede sin límite, lo mejor es que se dé toda la posible; el pecado no tiene importancia (cf. 3,7s). Cuando se afirma que el valor de la conducta humana ante Dios no estriba en la obediencia a un código, sino en la actitud interior, en la fe que inspira la conducta, el legalista acusa de favorecer la inmoralidad y el libertinaje (1).

             Respuesta: ser cristiano significa haber roto con el pecado, no tener nada que ver con él (2). Explicación: todos conocen el bautismo y admiten su significado simbólico de muerte. Hacer solidarios del Mesías Jesús (vinculándose al Mesías Jesús, sentido de la preposición griega eis, que no señala el lugar de la inmersión, sino la unidad de destino, cf.1 Cor 10,2). El que se bautiza, por tanto, se une a la muerte de Jesús, muerte pública y sellada con la sepultura. Pero no es para quedar muertos, sino para una vida nueva ya ahora, con la promesa de la resurrección futura. Por esa acción simbólica, gr. tô homoiômati, determinado, referido al bautismo/inmersión mencionado antes (3-5). Esa muerte significa quedar libres del dominio del pecado (individuo pecador, el término sôma designa a la persona en cuanto presencia y actividad) (6-7).

              Fundamento cristológico: la nueva solidaridad crea una comunidad de destino con Jesús Mesías (8). Con su muerte, Jesús salió del orden de la injusticia, del egoísmo; también el creyente sale del orden antiguo y nace al nuevo, cuyo centro es Dios, con su amor y su gracia (9-10).

             Exhortación a reproducir lo sucedido en Jesús. Todos los materiales para construir la nueva personalidad están a disposición: hay que ponerse a ello (cf. 8,13) (11). Consecuencia práctica (12-13). Principio: sólo dejando la Ley se puede escapar del dominio del pecado. Lo importante no es el código externo, sino la actitud interior (14).

            Vuelve el objetor (15). Se coloca en el plano jurídico. Si el pecado no se imputa, se puede pecar sin miedo. Pablo responde: no se trata de cuestiones jurídicas, sino de realidades; quien peca, aunque de derecho no sea esclavo del pecado, de hecho lo es (16). Desarrolla exhortando, pero con una metáfora extremadamente impropia para la nueva realidad, pues ésta no es una nueva esclavitud, sino una liberació (17-19). Compara la vida anterior con la presente (20-22). Resumen: pecado-muerte, relación de causa a efecto. Dios no conoce determinismos: vida y libertad (22). 
 
 

1 CARTA A LOS CORINTIOS. LA INMORALIDAD. 6,12-20.

           12-"Todo me está permitido".
           -Sí, pero no todo aprovecha. Todo me está permitido, pero yo no me dejaré dominar por nada.
           13-La comida es para el estómago y el estómago para la comida, y, además, Dios acabará con lo uno y con lo otro.
           -Pero el cuerpo no es para la lujuria, sino para el Señor, y el Señor para el cuerpo, 14pues Dios, que resucitó al Señor, nos resucitará también a nosotros con su poder.
          15¿Se os ha olvidado que sois miembros de Cristo?, y ¿voy a quitarle un miembro al Mesías para hacerlo miembro de una prostituta? ¡Ni pensarlo! 16¿No sabéis que unirse a una prostituta es hacerse un cuerpo con ella? Lo dice la Escritura: "Serán los dos un solo ser" (Gn 2,24). 17En cambio, estar unido al Señor es ser un Espíritu con él. 18Huid de la lujuria; cualquier prejuicio que uno cause queda fuera de uno mismo; en cambio, el lujurioso perjudica a su propio cuerpo.
          19Sabéis muy bien que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, que está en vosotros porque Dios os lo ha dado. 20No os pertenecéis, os han comprado pagando; pues glorificad a Dios con vuestro cuerpo.

EXPLICACIÓN.

12-20.    Pablo crea un objetor ficticio que discute su doctrina, afirmando la absoluta libertad del cristiano. Pablo la reconoce, pero la libertad no puede destruirse a sí misma; para mantenerse libre, el cristiano debe imponerse una autodisciplina (12).

              El objetor afirma que las funciones naturales no son objeto de juicio moral (diferencia con el judaísmo en la cuestión de los alimentos). Pablo destaca que  el cuerpo (la persona en cuanto activa) tiene un vínculo indisoluble con el Señor y que no es algo perecedero, como la necesidad de comer, sino que está destinado a vivir para siempre (13-14).

             Las palabras de Gn 2,24: serán un solo ser ("una sola carne"), eran interpretadas por los rabinos como la creación de una unidad física. En ese sentido, quien se une a una prostituta degrada su propia persona (15-18); con eso profana el templo del Espíritu y es infiel a su dueño, del que es propiedad todo entero (19-20).

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