Grupo de personas muy cercanas al Salvador aparece repetidamente en el Nuevo Testamento con el nombre de “sus hermanos” o “los hermanos del Señor” (Mateo12:46, 13:55; Marcos 3:31-32, 6:3; Lucas 8:19-20; Juan 2:12, 7:3-5; Hechos 1:14; 1 Corintios 9:5).
Cuatro de tales hermanos se menciona por nombre en los textos paralelos de Mateo 13:55 y Marcos 6:3 (donde también se habla de hermanas). Es decir Santiago (también mencionado en Gálatas 1:19), José o Joses, Simón y Judas. La forma de citarlos sin darle importancia muestra, sin embargo, que la lista no dice que sea completa.
Dos cuestiones, en conexión con estos hermanos del Señor ha sido y es hoy más que nunca tema de controversia: (1) La identidad de Santiago, Judas y Simón; (2) la exacta naturaleza de la relación entre el salvador y sus hermanos,
La identidad de Santiago, Judas y Simón
Santiago es sin duda el obispo de Jerusalén (Hechos 12:17, 15:13, 21:18; Gálatas 1:19; 2:9-12) y autor de la primera Epístola Católica. La identificación con Santiago el Menor (Marcos 15:40) y el Apóstol Santiago, hijo de Alfeo (Mateo 10:3; Marcos 3:18), aunque contestada por algunos críticos protestantes, puede también considerarse cierta.
No hay dudas razonable que en Gálatas 1:19: “Y no vi a ningún otro apóstol sino a Santiago, el Hermano del Señor” S. Pablo representa a Santiago como miembro del Colegio Apostólico. El propósito de esta afirmación parece ser aclarar que “apóstoles” sirve para designar solamente a los Doce y la veracidad exige que la cláusula “excepto Santiago” se entienda que quiere decir, que además de Cefas, S. Pablo vio a otro Apóstol, “Santiago, el hermano del Señor”( Cf. Hechos 9:27).
Además, la prominencia y autoridad de Santiago entre los Apóstoles (Hechos 15:13; Gal. 2:9; en este ultimo texto hasta es citado antes que Cefas) solo podía pertenecer a uno de ellos. Pero hay sólo dos Apóstoles llamados Santiago: Santiago el hijo del Zebedeo y Santiago el hijo de Alfeo (Mat. 10:3; Mark 3:18; Luc. 6:16; Hechos Acts 1:13). El primero está fuera de duda, pues había muerto cuando estos sucesos que relatan los Hechos 15:6 y Gal. 2:9-12 (ver Hechos 12:2). Santiago el hermano del Señor es por consiguiente el mismo que Santiago hijo de Alfeo y por consiguiente que Santiago el Menor, puesto que la identidad de estos se concede generalmente. Es más, al comparar Juan 19:25 con Mateo 27:56 y Marcos 15:40 ( ver Marcos 15:47; 16:1) encontramos que María de Cleofás o más correctamente Clopas (Klopas), hermana de María la Madre de Cristo, es la misma María que la madre de Santiago el Menor y de José, o Joses. Como las mujeres casadas no se distinguen añadiendo el nombre de su padre, María de Clopas debe ser la mujer de Clopas y no su hija, como se ha dicho. Más aún, los nombres de sus hijos y el orden en que se dan sus nombres, sin duda el orden de nacimiento, nos garantiza la identificación de estos hijos con Santiago y José, o Joses, los “hermanos” del Señor.
La existencia entre los primeros seguidores de Cristo de dos grupos de hermanos de hermanos con los mismos nombres en orden de edad, no es probable y no se puede admitir sin pruebas. Una vez que se concede esta identidad, la conclusión no puede ser evitada que Clopas y Alfeo son una apersona, aunque los dos nombres sean distintos. Es, sin embargo, altamente probable, y comúnmente admitido, que Clopas y Alfeo son simplemente distintas transcripciones de la misma palabra aramea Halfai. Santiago y José los “hermanos del Señor” son pues los hijos de Alfeo. Nada más se conoce de José. Judas el escritor de la última de las Epístolas Católicas (Judas1). El es identificado con buenas razones por los comentaristas católicos con el "Judas Jacobi" ("Judas el hermano de Santiago en la versión Douay) de Lucas 6:16 y Hechos 1:13. Por otra parte conocido como Tadeo (Mat. 10:3; Marc 3:18).
Está muy de acuerdo con la costumbre griega que un hombre se distinga añadiendo el nombre de su hermano en vez del de su padre, cuando el hermano es más conocido. Ese era el caso de Judas como se infiere del título “hermano de Santiago”, por el que se designa a si mismo en su epístola. Respecto a Simón no se puede decir nada con certeza. La mayoría de los comentadores le identifican con Simeón o Simón Quime según Hegesipo, era hijo de Clopas y sucedió a Santiago como obispo de Jerusalén. Algunos le identifican con el Apóstol Simón el cananeo (Mat. 10:4; Marc3:18) o el Zelote Lucas 6:15; Hechos 1:13). El agrupar juntos a Santiago, Judas o Tadeo y Simón, detrás de los otros apóstoles, exceptuado judas Iscariote, en las listas de apóstoles (Mat. 10:4-5; Marcos 3:18; Lucas 6:16; Hechos 1:13) parece que da alguna probabilidad a este punto de vista, pues parece indicar alguna clase de conexión entre los tres. Sea lo que fuere, es cierto que al menos dos de los “hermanos” de Cristo estaban entre los apóstoles. Esto está claramente implicado en 1 Cor. 9:5: "No tenemos derecho a llevar con nosotros una mujer Cristiana como los demás apóstoles y los hermanos del señor y Cefas? La mención de Cefas al final indica que S. Pablo, después de hablar de los apóstoles en general, llama la atención sobre los más prominentes. “los hermanos” del Señor y Cefas. La objeción de que ningún “hermano del Señor” pudo haber sido miembro del colegio apostólico, porque seis meses antes de morir Cristo no creían en El (Juan 7: 3-5) se basa en un malentendido del texto. Sus “hermanos” creían en su poder milagroso y le urgían a que lo manifestase ante el mundo. Su creencia era relativa. No era una necesidad de creer en su mesianismo, sino una falsa concepción del mismo. Aun no se habían librado de la idea judía del un Mesías que sería un dirigente temporal. Encontramos esta idea entre los Apóstoles hasta el mismo día de la Ascensión (Hechos 1:16). En todo caso cuando aparece la expresión “sus hermanos” no incluye necesariamente a todos y cada uno de los “hermanos”. Esto contesta suficientemente a la dificultad de Hechos 1:13-14, donde se hace una clara distinción en los Apóstoles y los “hermanos” del Señor.
Naturaleza exacta de la relación entre el Salvador y sus “hermanos”
El texto citado al principio de este artículo muestra más allá de duda que existía una relación de familia cercana entre Jesús y Sus “hermanos”. Pero como “hermanos” (o hermano) se aplica a hermanastros de la misma forma que a hermanos de sangre y en la en el uso en la Escritura y por los semitas en general, se extiende libremente a todos los parientes cercanos y aún lejanos (Génesis 13:8, 14:14-16; Levítico 10:4; 1 Crónicas 15:5-10, 23:21-22), la palabra no da indicaciones ciertas de la naturaleza exacta de la relación. Algunos herejes antiguos, como Helvidio o los Antidicomarianitas, mantenían que “hermanos” de Jesús eran sus hermanos uterinos hijos de José y María, Esta opinión ha sido revivida en tiempos modernos y adoptada por la mayoría de los exégetas protestantes. Entre los Ortodoxos han existido desde hace tiempo dos posturas. La mayoría de los Padres y autores griegos, influenciados al parecer por las legendarias narraciones de los evangelios apócrifos, consideraban a los hermanos de Jesús como hijos de un primer matrimonio de José. Los latinos, por el contrario, con pocas excepciones (S. Ambrosio S. Hilario S. Gregorio de Tours entre los Padres) mantienen que eran primos del Señor. Que no eran hijos de José y María se demuestra por lo siguiente, dejando aparte la gran antigüedad de la creencia en la virginidad de María. Es significativo que en el Nuevo Testamento maría aparece como madre de Jesús y sólo de Jesús, lo que es aún más notable puesto que es repetidamente mencionada en relación con sus supuestos hijos y en algunos casos al menos, hubiera sido natural llamarlos sus hijos (Cf. Mat.12:46; Marc. 3:31; Lucas 8:19; Hechos 1:14).
Además el peregrinaje anual de María a Jerusalén (Lucas 2:41) en muy increíble a no ser que no tuviera otros hijos además e Jesús. ¿Habría hecho el viaje regularmente en un tiempo en que las molestias de los embarazos y el cuidado de un creciente número de pequeños (sería al menos la madre de otros cuatro y varias hijas cf. Mat13:56) resultaba tan pesado?
Otra prueba es el hecho de que en su muerte, Jesús encomendó su madre a S. Juan. ¿No es su solicitud por ella a la hora de la muerte un gesto que no tendría sentido si hubiera alguien cuyo deber fuera cuidarla? ¿Por qué recomendarla a un extraño si tenía otros hijos? Puesto que no había separación entre El y Sus” hermanos “, o entre ellos y María, no hay argumento plausible confirmado por las palabras con las que la recomienda: ide ho uios sou, con el artículo antes de uios (hijo); si hubiera habido otros hijos, ide uios sou, sin el artículo, hubiera sido la forma apropiada de expresión.
La prueba decisiva, sin embargo, es que el padre y madre de al menos dos de esos “hermanos” nos son conocidos. Santiago y José, o Joses, son, como hemos visto, los hijos de Alfeo, o Clopas, y de María, la hermana de María la madre de Jesús y todos están de acuerdo en que si estos no son hermanos del Salvador, los otros tampoco lo son. Este último argumento deshace también la teoría de que eran hijos de un matrimonio anterior de José. Por ende no son ni hermanos ni hermanastros del Señor. Santiago, José y Judas son sin duda sus primos. Si Simón es el mismo que Simeón de Hegesipo, también es un primo, puesto que este escrito afirma expresamente que era hijo de Clopas, el tío del Señor y primo de Jesús.
Pero si eran primos por parte de madre o de padres o si lo eran por sangre o simplemente por matrimonio, no se puede determinas con certeza. María de Cleofás es llamada “hermana” de la Virgen (Juan 19:25), pero no está claro su “hermana” significa hermana o cuñada. Hegesipo llama a Cleofás ( Clopas) hermano de S. José. Esto significaría que María de Cleofás era solamente la cuñada de la Virgen, a no ser que sea verdad, como se dice en el manuscrito de la versión Peshitta que José y Cleofás se casaron con hermanas. La relación de los otros “hermanos” puede haber sido más distante que la de los mencionados arriba.
La principal objeción contra la postura católica se basa en Mat. 1:25: "El , José no la conoció hasta que dio a luz a su primogénito” y en Lucas 2:7: " y dio a luz a su primogénito”. Primogénito (prototokos), sin embargo no connote necesariamente que sus nacieran otros hijos después. Esto es evidente en Lucas 2:23, y Ex 13:2-12 (cf. El texto griego) al que se refiere Lucas. “Adaperiens vulvam”, “apertura del vientre materno es equivalente de primogénito (prototokos). Un hijo solo no es menos “primogénito” que el primero de muchos. Ni las palabras “No la conoció hasta que parió a su primogénito” implican, como demuestra S. Jerónimo contra Helvidio usando ejemplos paralelos que la conoció después El significado de ambas expresiones si se consideran en relación con el nacimiento virginal relatado por los dos evangelistas.
Bibliografía
Para la teoría de los primos: S. Jerónimo, Adv. Helvid. in P.L., XXIII; MILL, Pantheistic Principles, 220-316; VIGOUROUX, Les Livres saints et la critique, V, 397-420; CORLUY, Les frères de N.S.J. C. en Etudes (1878), I, 5, 145; MEINERTZ, Der Jacobusbrief und sein Verfasser (Freiburg im Br., 1905), 6-54; CORNELY, Introductio (Paris, 1897), III, 592 ss.; SCHEGG, Jacobus der Bröder des Herrn (Munich, 1883); LAGRANGE in Rev. Bibl. (1906), 504, 505. Para la teoría de los hermanastros: LIGHTFOOT, Comm. on Gal., 252-291. Para la postura de Helvidio: HASTINGS, Dict. Bib., I, 320; ZAHN, Forschungen, VI, Brueder und Vettern Jesu (Leipzig, 1900).
F. Bechtel.
Transcrito por Gerard Haffner.
Traducido por Pedro Royo.