(heb. nejôsheth, nejûshâh y nâjûsh; aram. nejâsh; gr. jalkóus y jálkeos). Aleación de cobre y estaño de uso muy difundido para hacer instrumentos musicales, utensilios e imágenes, puesto que es mucho más dura que el cobre puro. Los términos hebreo y griego se pueden referir tanto al Bronce como al cobre, pero la aleación de cobre y zinc no se conoció casi hasta el período romano (aleación que da lugar al latón [heb. jashmal] y que aparece en Ez. 1:4). Las minas más conocidas y grandes eran las de Chipre, de Edom y de la Península de Sinaí (fig 94). En la región del antiguo Edom se han descubierto muchas minas de cobre en las que los nódulos de metal se separaban por medios mecánicos de las rocas que los rodeaban. Dichos nódulos se fundían en hoyos hechos en el suelo, proceso por el cual se producían lingotes. El calor necesario para fundir el cobre era provisto por el carbón y una corriente de aire producido por fuelles. En Tell Qasile se excavó un horno donde se fundían lingotes que tal vez todavía tenían impurezas (fig 265). Cuando se le añadía la cantidad adecuada de estaño, se producía el bronce, que a su vez se fundía para elaborar distintos objetos. 94. Columna a la entrada de una antigua mina de cobre en Umm el- Amad, Edom, que muestra las vetas y nódulos del mineral. El cobre y/o Bronce ya se conocían en tiempos antediluvianos (Gn. 4:22). Se usó mucho en la construcción del tabernáculo y del templo, y en su equipamiento (Ex. 25:3: etc.). También se lo empleó para hacer la serpiente de Bronce de Moisés (Nm. 21:9). Las puertas de casas y ciudades estaban revestidas con planchas de ese metal (fig 516). Una buena 178 parte de la armadura de Goliat era de Bronce (1 S. 17: 5, 6), y la imagen de la primera visión de Daniel tenía el vientre y los muslos de idéntico material (Dn. 2:32). La palabra cobre aparece varias veces en la RVR, algunas delas cuales se pueden identificar con el bronce. En el NT, Pablo habla de un elaborador del cobre, Alejandro el calderero (2 Ti. 4:14), como de un enemigo del evangelio. Juan describe la apariencia de los pies del Hijo de Dios como de Bronce bruñido (Ap. 1: 15). Bib.: A. Lucas, Ancient Egyptian Materials and Industries [Materiales e industrias del antiguo Egipto] (4ª edición, Londres, 1962), pp 217-223; B. Rothenberg, PEQ 94 (1962): 5-71.
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