Este Evangelio proveniente de Weihenstephan, en
Baviera, creado circa 1170-1180, representa un ejemplo tardío del arte
de la iluminación de libros, tal como se practicaba en el scriptorium de la abadía de Tegernsee durante el siglo XI y a principios del XII. En ese entonces, el scriptorium
de la abadía de Tegernsee se tenía en alta estima, como lo prueba una
carta que sobrevive del emperador del Sacro Imperio Romano, Federico I
(circa 1123-1190). En ella, elogiaba la reputación del scriptorium
y encargaba dos manuscritos, que, por desgracia, no se han conservado.
La decoración y el estilo de las iniciales y de los retratos de los
evangelistas, así como las tablas canónicas de nueve páginas de este
manuscrito, muestran rasgos típicos de la escuela de Tegernsee, también
conocida como la escuela monástica de Baviera. Muchos de estos rasgos
presentan ligeras variaciones, lo que enriquece sus elementos
característicos. Puede verse una notable diferencia en las pinturas de
los evangelistas, a quienes se representa, como era costumbre en
Tegernsee, dentro de un marco arquitectónico estrecho. A diferencia de
las versiones más tradicionales, se los ve interactuar con sus
respectivos símbolos (ángel, león, toro y águila). Este diseño sigue
ejemplos del arte carolingio de dos siglos antes. Según los eruditos,
este estilo particular también se encuentra en algunos manuscritos
creados en otros scriptoria bávaros en el período posterior a 1150.
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