En
el Vienesado, san Ferréolo, mártir, que, gozando de la potestad de
tribuno, fue detenido por orden del impiísimo presidente Crispín, y
primero cruelmente azotado, luego, cargado de pesadas cadenas y
encerrado en horrible calabozo; de donde, rotas milagrosamente las
cadenas, y abiertas de par en par las puertas de la cárcel, al salir,
fue de nuevo preso por los que le seguían, y cortada la cabeza, recibió
la corona del martirio.
Rodolfo Vargas Rubio
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