Teólogo y escritor, de gran actividad, franciscano de la observancia, n. en Herborn (Nassau), en 1480. El 10 en. 1525 era Guardián del convento de Marburgo, según consta por la carta que él mismo dirigió a Felipe, Landgrave de Hessen, suplicándole seguir los pasos de sus antepasados, permaneciendo fiel a la religión de sus padres. No tuvo éxito: a fines de octubre de 1526, Felipe de Hessen celebró en Homberg un sínodo al que fue invitado F. de H., quien rehusó entablar ante unos jueces incompetentes una controversia con el ex franciscano Francisco Lambert de Aviñón, llamado para defender sus Paradojas. Lambert introdujo allí la Reformatio Hessiae, que sirvió luego de modelo a otros territorios para implantar oficialmente el culto protestante. Vuelto a su convento de Marburgo, F. de H. publicó las Assertiones (Colonia 1526), contestando a las Paradojas de Lambert. Éste replicó haciendo circular, con fecha 15 febr. 1527, una Carta a los habitantes de Colonia, a la que respondió F. de H. en noviembre mediante la Epístola ad Coloniensem felicissimam urbem (Colonia 1527); y a esa carta siguió pronto un opúsculo sobre las obligaciones de los clérigos, acompañado de los motivos por los que rehuía someter sus escritos al juicio de los protestantes: Ein kurzer Berycht von den dreien gelobten der Geystlichen (Colonia 1527).
La publicidad de F. de H. crece de un modo impresionante y su fama trasciende las fronteras nacionales: Federico I rey de Dinamarca organizó en 1529 una disputa teológica en Copenhague, donde, ante la invitación del obispo de Aarhus, F. de H. defenderá el catolicismo junto con el carmelita Pablo Elías del 2 jul. al 2 ag. 1530. Fiel a sus principios, escribió para el rey un opúsculo De non agenda disputatione religiosa coram populo iudice, y luego refutando a los protestantes Menige Danmarkis Rigis Biscoppers och Prelaters christelige oc retsindige geenswar till the Lutheriansche artikle (Aarhus 1533).
Su polifacetismo sorprende: defiende la validez del matrimonio del rey inglés Enrique VIII, con un tratado muy raro en su tiempo. Publica una Oratio extemporalis coram clero Gronigensis oppidi (Colonia 1531), etc. Y, sobre todo, su actividad dentro de su Orden: el 18 mayo 1532, en Toulouse, el Capítulo de la Orden le elige Comisario general para las provincias cismontanas, casi la totalidad de las provincias fuera de Italia; y como tal, encargado de las misiones de su Orden en América, escribe una carta pastoral a sus religiosos, Epitome convertendi gentes Indiarum (Colonia 1532), reproducida en un volumen -Novus orbis, id est navigationes primae in American (Rotterdam 1616)- y luego por Wadding en sus Annales (t. XVI, 311-322); también escribe Enarrationes latinae evangeliorum quadragesimalium (Anvers 1533), añadiendo a su segunda edición (París 1543) el Monotessaron passionis D. n. f. Christi.
En 1533 es nombrado Vicario general de su Orden, y por tales funciones residirá en Francia hasta su muerte, que tuvo lugar en Toulouse (15 abr. 1534). Aquí mismo dedicó a una noble y piadosa mujer, Catalina de Byron (alias la Adurantia), sus Paradoxa theologica seu theologicae assertiones divinis eloquiis adversus neotericos haereticos doctissime simul et elegantissime roboratae, publicadas por el P. Juan Azafra, in-8°, París 1534. Además, se le atribuye Commentaires sur les psaumes, que habían sido editados en París. El manuscrito Relatio de novis insulis podría ser el Epitome citado, como también el primer libro de un Opus tripartitum de conversione gentium.
Por encima de su actividad misionera, debida a los cargos que desempeñó en su Orden, destaca su faceta de polemista antiluterano dentro y fuera de su patria, y por la que la dio a conocer: precisamente por el nombre de su ciudad natal (Herborn) será más conocido que por su propio nombre (Ferber).
La publicidad de F. de H. crece de un modo impresionante y su fama trasciende las fronteras nacionales: Federico I rey de Dinamarca organizó en 1529 una disputa teológica en Copenhague, donde, ante la invitación del obispo de Aarhus, F. de H. defenderá el catolicismo junto con el carmelita Pablo Elías del 2 jul. al 2 ag. 1530. Fiel a sus principios, escribió para el rey un opúsculo De non agenda disputatione religiosa coram populo iudice, y luego refutando a los protestantes Menige Danmarkis Rigis Biscoppers och Prelaters christelige oc retsindige geenswar till the Lutheriansche artikle (Aarhus 1533).
Su polifacetismo sorprende: defiende la validez del matrimonio del rey inglés Enrique VIII, con un tratado muy raro en su tiempo. Publica una Oratio extemporalis coram clero Gronigensis oppidi (Colonia 1531), etc. Y, sobre todo, su actividad dentro de su Orden: el 18 mayo 1532, en Toulouse, el Capítulo de la Orden le elige Comisario general para las provincias cismontanas, casi la totalidad de las provincias fuera de Italia; y como tal, encargado de las misiones de su Orden en América, escribe una carta pastoral a sus religiosos, Epitome convertendi gentes Indiarum (Colonia 1532), reproducida en un volumen -Novus orbis, id est navigationes primae in American (Rotterdam 1616)- y luego por Wadding en sus Annales (t. XVI, 311-322); también escribe Enarrationes latinae evangeliorum quadragesimalium (Anvers 1533), añadiendo a su segunda edición (París 1543) el Monotessaron passionis D. n. f. Christi.
En 1533 es nombrado Vicario general de su Orden, y por tales funciones residirá en Francia hasta su muerte, que tuvo lugar en Toulouse (15 abr. 1534). Aquí mismo dedicó a una noble y piadosa mujer, Catalina de Byron (alias la Adurantia), sus Paradoxa theologica seu theologicae assertiones divinis eloquiis adversus neotericos haereticos doctissime simul et elegantissime roboratae, publicadas por el P. Juan Azafra, in-8°, París 1534. Además, se le atribuye Commentaires sur les psaumes, que habían sido editados en París. El manuscrito Relatio de novis insulis podría ser el Epitome citado, como también el primer libro de un Opus tripartitum de conversione gentium.
Por encima de su actividad misionera, debida a los cargos que desempeñó en su Orden, destaca su faceta de polemista antiluterano dentro y fuera de su patria, y por la que la dio a conocer: precisamente por el nombre de su ciudad natal (Herborn) será más conocido que por su propio nombre (Ferber).
BIBL.: L. WADDING, Scriptores minorum, Roma 1806; J. H. SBARALEA, Supplementum ad scriptores minorum, Roma 1806; L. SCHMITT, Der Kólner Theologe Nikolaus Stagelyr und der Franziskaner Nikolaus Herborn, en Stimmen aus Maria-Laach, Friburgo 1896; E. KURTEN, Franz Lambert v. Avignon und N. Herborn, Miinster 1950; DTC VI,2205-2207 (voz HERBORN).
A. MARTÍNEZ ALBIACH.
Cortesía de Editorial Rialp. Gran Enciclopedia Rialp, 1991
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Procura comentar con libertad y con respeto. Este blog es gratuito, no hacemos publicidad y está puesto totalmente a vuestra disposición. Pero pedimos todo el respeto del mundo a todo el mundo. Gracias.