Xavier Noguez
| Los mexicas se preparan para guerrear contra un poblado. Códice Florentino, lib. VIII, f. 33v. Digitalización: Raíces |
BREVE HISTORIA
Después de la llegada del manuscrito a España, en 1580, se pierde la pista del mismo. Es probable que de España se haya enviado a Roma y de ahí, sin saber cómo, aparece en Florencia, Italia. Angelo María Bandini, bibliotecario florentino, hizo una descripción cuidadosa del manuscrito, en un catálogo publicado en 1793. En 1886, Joaquín García Icazbalceta le da el título de Códice Florentino, en su famosa bibliografía mexicana del siglo XVI. Entre 1905 y 1907, durante su estancia en Europa, Francisco del Paso y Troncoso se da a la tarea de dar a conocer las ilustraciones del códice, en una edición cromolitográfica de 158 láminas. El trabajo de copiado estuvo a cargo del artista Genaro López. Estas imágenes fueron utilizadas, a color o en blanco y negro, en numerosos trabajos posteriores. Fue hasta 1979, cuando el Archivo General de la Nación de México publica una extraordinaria edición facsimilar del códice, que ha impulsado análisis más confiables y profundos en torno a la proveniencia iconográfica, formas, colores, ubicaciones y relaciones del material gráfico con los textos escritos.
Después de la llegada del manuscrito a España, en 1580, se pierde la pista del mismo. Es probable que de España se haya enviado a Roma y de ahí, sin saber cómo, aparece en Florencia, Italia. Angelo María Bandini, bibliotecario florentino, hizo una descripción cuidadosa del manuscrito, en un catálogo publicado en 1793. En 1886, Joaquín García Icazbalceta le da el título de Códice Florentino, en su famosa bibliografía mexicana del siglo XVI. Entre 1905 y 1907, durante su estancia en Europa, Francisco del Paso y Troncoso se da a la tarea de dar a conocer las ilustraciones del códice, en una edición cromolitográfica de 158 láminas. El trabajo de copiado estuvo a cargo del artista Genaro López. Estas imágenes fueron utilizadas, a color o en blanco y negro, en numerosos trabajos posteriores. Fue hasta 1979, cuando el Archivo General de la Nación de México publica una extraordinaria edición facsimilar del códice, que ha impulsado análisis más confiables y profundos en torno a la proveniencia iconográfica, formas, colores, ubicaciones y relaciones del material gráfico con los textos escritos.
Ilustración con “Flor y canto”
Se percibe la persistencia de ciertos conjuntos glíficos tradicionales en las imágenes del códice. Se trata del difrasismo “in xóchitl, in cuícatl”, expresado por una flor y una vírgula de la palabra, y que significa recitar poesía o un texto literario, cantar y, en este caso, leer un códice o mapa. En el primer ejemplo (lib. VIII, capítulo 17), un grupo de militares tenochcas se prepara para asaltar una población. Uno de ellos señala con un dedo un mapa; de su boca sale una voluta y una flor. El texto en español nos aclara: “Y luego enviaban espías a aquella tal provincia que querían conquistar para que mirasen la disposition de la tierra y la llanura asperura della, y los pasos peligrosos y los lugares por donde seguramente podrían entrar. Y todo lo traían pintado y lo presentaban al señor para que viese la disposición de la tierra. Visto esto, el señor mandaba llamar a los capitanes principales que siempre eran dos: uno se llamabatlacochcálcatl [con diadema de turquesa o xiuhuitzolli y dardo]; otro el tlacatécatl [sólo con xiuhuitzolli]. Y mostrándoles la pintura, señalábanles los caminos que habían de llevar, por donde habían de ir los soldados…”.
Se percibe la persistencia de ciertos conjuntos glíficos tradicionales en las imágenes del códice. Se trata del difrasismo “in xóchitl, in cuícatl”, expresado por una flor y una vírgula de la palabra, y que significa recitar poesía o un texto literario, cantar y, en este caso, leer un códice o mapa. En el primer ejemplo (lib. VIII, capítulo 17), un grupo de militares tenochcas se prepara para asaltar una población. Uno de ellos señala con un dedo un mapa; de su boca sale una voluta y una flor. El texto en español nos aclara: “Y luego enviaban espías a aquella tal provincia que querían conquistar para que mirasen la disposition de la tierra y la llanura asperura della, y los pasos peligrosos y los lugares por donde seguramente podrían entrar. Y todo lo traían pintado y lo presentaban al señor para que viese la disposición de la tierra. Visto esto, el señor mandaba llamar a los capitanes principales que siempre eran dos: uno se llamabatlacochcálcatl [con diadema de turquesa o xiuhuitzolli y dardo]; otro el tlacatécatl [sólo con xiuhuitzolli]. Y mostrándoles la pintura, señalábanles los caminos que habían de llevar, por donde habían de ir los soldados…”.
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Xavier Noguez. Profesor-investigador de El Colegio Mexiquense, dedicado al estudio y publicación de códices coloniales del centro de México.
Xavier Noguez. Profesor-investigador de El Colegio Mexiquense, dedicado al estudio y publicación de códices coloniales del centro de México.
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