miércoles, 9 de abril de 2014

BAKUNIN, MIJAIL ALEXANDROVICH

Personalidad interesante y poderosa, típico revolucionario del s. XIX, n. en Torjov, cerca de Moscú, el 30 mayo 1814. Hijo de un propietario acomodado, ingresa en la carrera militar, por la que sentía aversión. Su padre quiso orientarle hacia la burocracia; pero a él le atraía la filosofía y la ciencia. En 1835 escapa inesperadamente de Moscú, sin despedirse de sus familiares y entonces comienza su vida de revolucionario aventurero. Su primera inspiración ideológica está en el filósofo alemán Fichte, de quien toma el afán de libertad, independencia y afirmación del yo; y muy pronto se sentirá atraído por Hegel, inspirador de la mayor parte de los movimientos revolucionarios de la pasada centuria. Al comenzar los a. 40 llega a Berlín, donde entra en contacto con la izquierda hegeliana (Feuerbach, Strauss, Bauer, etc.), formándose ya su espíritu revolucionario. De Hegel toma (pasada una veleidad conservadora del ruso) el tema de la negación, de la destrucción de lo positivo. Con ello inicia un radicalismo total, que ya no abandonará jamás.
      De 1842 a 1848 viaja por diversos países (Suiza, Bélgica, Francia, Alemania), poniéndose en contacto con todos los conspiradores de la época, entre ellos Marx, Proudhon, George Sand, etc., y con los emigrados polacos. El Gobierno ruso le retiró el permiso para viajar por el extranjero y, ante su desobediencia, le confiscó los bienes. Tomó mayor o menor parte en las revoluciones de 1848 y años inmediatamente siguientes (París, Berlín y Dresde). El fracaso de la de Dresde le costó dos penas de muerte, que le fueron conmutadas. Entregado al Gobierno ruso, éste lo desterró a Siberia, de donde huye en 1860 y, a través del Japón y los Estados Unidos, vuelve a Europa, encontrando en Londres otra vez el ambiente que convenía a su espíritu inquieto, agitado y agitador, tratando de promover revoluciones en Rusia, Italia (en colaboración con Garibaldi) y en Polonia. Tras sus fracasos en Italia - donde estuvo de 1865 a 1867- toma parte en el I Congreso de la Liga de la Paz y de la Libertad, fundada recientemente; y allí, frente al puro pacifismo de Víctor Hugo, Stuart MilI, Garibaldi, etc., expone sus ideas sobre el federalismo y el socialismo, como base de la paz. El II Congreso de la Liga, en Berna, 1868, le separa más de los dirigentes de la misma, que abandona para fundar la Alianza de la Democracia Socialista, unida al principio.. a la I Internacional. Pero entonces surgirá la gran oposición entre Marx y B. Este último, al ser expulsado en el Congreso de La Haya (1872), por triunfo de los marxistas, fundó la Federación Jurasiana, que habría de ser cuna del anarquismo de fines de siglo. Pero el gran revolucionario estaba ya viejo y enfermo. Se retira a Suiza, y m. en Berna el 13 jun. 1876.
      Variable en sus ideas, sin intentar un sistema doctrinal riguroso (o sea, todo lo contrario que Marx), B. significa, sin embargo, algo claro en la historia de las ideas sociales: el anarquismo, la federación libre, la supresión de las clases y de la propiedad privada. Otro aspecto suyo también muy típico, es el afán revolucionario y destructor: la pandestrucción universal fue uno de sus tópicos de agitación. Ejerció influencia en Rusia, en los llamados nihilistas, y en los «bakuninistas» de Italia y España. En esta última le vemos penetrar desde 1864 y, sobre todo, desde la revolución de 1868, que quiso convertir en el final de monárquicos y de republicanos. Entre sus obras destacan Dios y el Estado, Cartas a un francés, El catecismo revolucionario y Los principios de la revolución. Quizá podríamos terminar transcribiendo una frase suya, que refleja en buena parte su carácter y, sobre todo, su radical diferencia con la personalidad de Marx. «Éste. escribe B., me llamó un idealista sentimental, y tenía razón; yo le llamé un hombre vanidoso, pérfido y pícaro, y yo también tenía razón».
     

 

A. PERPIÑÁ RODRÍGUEZ.

BIBL.: M. A. BAKUNIN, Oeuvres, bajo el cuidado de Guillaume. 6 vol.. París 1907-11; Obras completas de Miguel Bakunln, 5 vol., Barcelona 1924-29; H. ISWOLSKY, La vida de Bakunin, Madrid 193

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