sábado, 12 de abril de 2014

BELLUGA Y MONCADA, LUIS ANTONIO


Cardenal español, obispo de Cartagena ( 1705-23). Por móviles religiosos apoyó a Felipe V en la guerra de Sucesión; firme defensor de la Iglesia frente a la política regalista; celoso fomentador de la disciplina eclesiástica y piadoso fundador de instituciones benéficas y educativas. Cardenal en 1719, renunció a su sede en 1723 para servir en la Curia romana hasta su muerte el 23 feb. 1743.
      N. en Motril (Granada) el 30 nov. 1662, de familia noble. Pronto huérfano, estudió en los Colegios Mayores de Santiago, de Granada, y de Santa María de Jesús, de Sevilla. En 1686 era doctor en Teología, y en 1687, lectoral de Zamora, donde impresionó por su virtud y doctrina. Por obediencia a su prelado opositó a lectoral de Córdoba y la fue por voto unánime en 1689, a los 27 años. Allí enseñó y predicó la Sagrada Escritura durante 16 años, fundó una casa de filipenses, en la que ingresó, y compuso el libro Psalle et sile que "que causa de que muchos canónigos cambiasen de costumbres y se observase silencio en el Coro durante los Divinos Oficios" (J. Zelada, f. 244). A petición de su obispo, card. Salazar, Felipe V la presentó para la sede de Cartagena, que ocupó en mayo de 1705. En la diócesis se difundía entonces, incluso desde los confesonarios, la invalidez del juramento a Felipe V y el deber de apoyar al archiduque. B. razonó en una pastoral, octubre de 1705, la obediencia debida a Felipe V. La guerra llegó a Murcia en 1706, y al saber B. las profanaciones cometidas en Alicante por los partidarios del archiduque formó milicias y, forzando su «natural genio», «se puso a caballo llevando en una mano el Crucifijo, exhortando a sus súbditos a defenderse de los enemigos de nuestra Santa Fe y a defender sus iglesias y no verlas ultrajar, declarando que era guerra de Religión» (J. Zelada, f. 245). Felipe V le nombró virrey de Valencia, cargo que aceptó con resistencia hasta lograr dejarlo.
      En 1709 Clemente XI reconoció al archiduque como rey del territorio ocupado en España. Felipe V rompió entonces con Roma y limitó la libertad eclesiástica. B., sin mengua de su afecto y lealtad a Felipe V, defendió ejemplarmente los derechos de la Iglesia en su Memorial de 26 nov. 1709, actitud siempre mantenida.
      Fue siempre incansable en la visita pastoral a su extensa diócesis, en la atención a los pobres, fomento de la piedad e instrucción, decoro moral y disciplina eclesiástica. Esto pretendían sus disposiciones de 1711 sobre «la profanidad de los trajes» y la vida clerical y, sobre todo, su Casa de Huérfanos, Casa de Recogidas, Hospital de Convalecientes, Seminario de Teólogos, Colegio de Infantillos, Casa de Filipenses y Montepíos frumentarios. Para sostenerlos mandó desecar 40.000 tahullas cedidas por Orihuela y Guardamar, donde fundó las villas de Nuestra Señora de los Dolores, San Felipe y San Fulgencio. Por amor a su sede rehusó las de Córdoba y Zaragoza, y por mandato de Clemente XI aceptó ser cardenal. Presentó a Felipe V los males del reino en memoriales plenos de libertad y respeto, escritos, como sus pastorales - unas 30 obras- con extraordinaria documentación teológica, jurídica e histórica.
      En la Santa Sede se consagró a las Misiones de Oriente y a la disciplina eclesiástica. La bula Apostolici ministerii ( 1723) sobre la reforma tridentina en España se llamó bellugana, por su intervención en ella. Benedicto XIV comunicó al obispo de Murcia la muerte de B. diciéndole: «ha muerto como ha vivido... pobre y santo. Tenía sus defectos, como los tienen todos los hombres; pero eran pequeños lunares en un bellísimo cuerpo. La intención... siempre santa, la fatiga continuada hasta los últimos momentos, la mano siempre abierta para los pobres: era el honor del Sacro Colegio».
     
BIBL. : J. BAGUENA, El Cardenal Belluga, Su vida y su obra, Murcia 1935; I. MARTÍN, Figura y pensamiento del Cardenal Belluga a través de su memorial antirregalista a Felipe V, Murcia 1960 (incluye el documento de J. ZELADA, Ristretto della vita del C. Belluga, Archivo Vaticano Fondo Albani, 96); El Cardenal Belluga, Pastorales y documentos de su época publicados en el tercer centenario de su nacimiento, Introducción de A. PÉREZ y GÓMEZ, Murcia 1962; J. TORRES FONTES-R. BOSQUE CANCELLER, Epistolario del Cardenal Belluga, Murcia 1962; A. SOBEJANO, El Cardenal Belluga, Murcia 1962; R. SERRA RUIZ, El pensamiento social-político del Cardenal Belluga (1662-1743), Murcia 1963.


I. MARTÍN MARTÍNEZ.

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