Bernardo de Sédirac (Bernard de Sédirac) o
de Sauvetat,
Don Bernardo,
Bernardo de Cluny o
Bernardo de Toledo (
Aquisgrán, ? –
Toledo, abril de
1128) fue
monje cluniacense y
arzobispo de Toledo. Ha sido confundido con
Bernardo de Agén,
obispo de Sigüenza (1124-1151), también monje cluniacense que vino a
España, con otros, acompañando a Bernardo de Sedirac a finales del s. XI
.
Abad de Sahagún
No se conoce el año de su nacimiento, y las primeras noticias sobre él lo sitúan en 1080 como monje
benedictino en el monasterio de Aux, dependiente de
Cluny. Formó parte de la comunidad cluniacense que llegó a
Castilla, probablemente requerido por el rey
Alfonso VI (influido por su esposa
Constanza de Borgoña), e inmediatamente fue nombrado abad de
Sahagún en 1081 para sustituir a otro cluniacense, Roberto. Este había sido destituido por el abad
Hugo de Cluny tras una petición del papa
Gregorio VII, seguramente por su poca diligencia en la sustitución del
Rito hispánico por el
Romano que había sido establecida por el
Concilio de Burgos de 1080. Desde su papel de
abad de Sahagún y consejero real desarrolló una importante labor en la aplicación de la
Reforma gregoriana, especialmente en lo referente a la disciplina del
clero, la expansión de la
reforma cluniaciense y a la implantación del
Rito romano (bajo su mandato se reorganiza el
Scriptorium del monasterio, que se convierte en la fuente de nuevos códices).
Arzobispo de Toledo
Tras la
reconquista de Toledo por Alfonso VI, en 1085, don Bernardo jugó un papel muy importante en la rendición de la ciudad y en la aceptación del
Rito romano por la población, aconsejando al rey que mantuviera la
Liturgia hispánica en algunas
parroquias toledanas. De hecho, antes de su muerte (el mismo día de la reconquista toledana) el papa
Gregorio VII
lo había nombrado arzobispo de Toledo, no pudiendo tomar posesión de la
sede. Para confirmar el nombramiento viajó a encontrarse con el nuevo
papa,
Urbano II, en
Italia, quien lo invistió arzobispo toledano en
1088, y, además, accedió a que Toledo volviese a ser la
sede primada de
Hispania. El Papa dirigió una carta desde
Anagni
a los obispos hispanos dándoles noticia del nombramiento y de su apoyo;
en ella decía que tal acontecimiento está de acuerdo con la
magnificencia del reino godo:
« antiquis adtestantibus priuilegiis »
Actividad reformista
En 1091 convocó a los obispos de los reinos de
Castilla,
León y
Galicia en un concilio celebrado en la
capital leonesa,
donde renovó las normas reformadoras del Concilio de Burgos de 1080. De
hecho, su fervor en la aplicación de los preceptos reformistas en la
Iglesia hispánica fue reconocido por Urbano II en 1093 (o 1096), cuando
le nombró
legado en
Hispania y en la
Narbonense, anulando de esa manera la pretendida primacía de la sede metropolitana de
Tarragona que tuvo que aceptar la sumisión a
Toledo.
En 1095 viajó a
Francia para encontrarse con
Urbano II, quien se encontraba de
visita apostólica en la Narbonense, y asistió a los concilios de
Clermont y de
Nimes (1096). En 1097 convocó un concilio de la
Tarraconense y de la
Narbonense en
Gerona, y durante 1098 se dedicó a confirmar la aplicación de las medidas tomadas. En 1099 asistió en
Roma a un concilio durante la Pascua, y consiguió del papa Urbano II una
bula por la que las
diócesis de
Oviedo,
León y
Palencia se convirtieron en
sufragáneas de
Toledo.
Esta visita sirvió de argumento a una de las primeras sátiras antipapales, la llamada
Garcineida.
Últimos años
Tras el desastre de Alfonso VI en la
Batalla de Uclés y la muerte del rey en 1109 vio reducida su influencia en la
corte castellana de la reina doña
Urraca. Aun así, participó activamente en la tarea
reconquistadora y tomó (3 de mayo de 1118) la ciudad de
Alcalá de Henares que pasó desde ese momento a depender de Toledo jurídica y eclesiásticamente. Allí mandó construir un
palacio arzobispal que sería residencia de los Arzobispos de Toledo en Alcalá.
Sus malas relaciones con doña Urraca y la aparición de un nuevo papa,
Calixto II, cuñado de doña Urraca, tío de
Alfonso VII y amigo personal de
Diego Gelmírez, hicieron disminuir su poder: en 1120, por ejemplo, el papa Calixto concedió la dignidad metropolitana a
Santiago de Compostela, aunque no se tocó la primacía toledana.
Murió en
Toledo durante el mes de abril de 1128.
Referencias
Bibliografía
- RIVERA RECIO, Juan Francisco (1962): El Arzobispo de Toledo Don Bernardo de Cluny (1086-1124), Roma, Iglesia Nacional Española.
- Muñoz Parraga, M. del Carmen (1987): La catedral de Sigüenza (Las fábricas románica y gótica). Publicaciones del cabildo de la SICB de Sigüenza. 560 p.